"HEDY LAMARR: ÉXTASIS Y YO"


¡¡Aquel ensueño de mujer llamado Hedy Lamarr!! Estreno en el cine de barrio de "Sansón y Dalila". Embrujo bíblico de una inolvidable Dalila "made in Hollywood" que, por medio de la subyugadora cadencia dobladora de la impagable voz de Elsa Fábregas, rostro de la Lamarr en un primer plano casi "Davinciano", y con la más inspirada y majestuosa de las músicas de Victor Young de fondo, exclamando en perfecto castellano: "Ven a Egipto conmigo.
No seremos Danita y Filistea, sino Sansón y Dalila. En el valle del
Nilo el aire está perfumado de mirra, y sólo el vuelo de los ibis
oscurece el sol. ¿Quieres acompañarme?...", ¡ay!, estremeció mi noche cinéfila, y el apogeo orgiástico del gran pastiche del señor De Mille hechizó mis días de infancia.
"...
Mr. De Mille y yo nunca pudimos trabajar de acuerdo. A pesar del éxito
fabuloso de "Sansón y Dalila", rechacé la oferta de De Mille para actuar
en "El mayor espectáculo del mundo". Me exigía demasiado. No sé si
tenía o no tenía razón, pero sé que, como actriz de éxito, estaba en mi
derecho de trazarme mis propias líneas de conducta y trabajo. (Resulta
irónico que después que rechacé el papel en "El mayor espectáculo del
mundo", De Mille contratara a Betty Hutton, la actriz a quien primero ofreciera el papel estelar en "Sansón y Dalila")
Cuando
se terminó la película y ya empezaban a desaparecer las cicatrices de
los combates, entrevistaron a Mr. De Mille por la radio, y se expresó
así de mí: "Discutíamos bastante, pero yo respetaba a Hedy. Le gusta
hacer películas; esto se advierte a primera vista. No tenía ni idea de
que Hedy fuera tan buena actriz como demostró serlo. Es orgullosa, pero
hace lo que se espera de ella. Cuando más furioso estaba, Hedy no perdía
la calma. Tiene mucha confianza en sí misma y se respeta. Es una
persona muy sencilla si se tiene en cuenta su fama y su belleza. Aunque
temo hacer otra película con ella, debido a nuestra incompatibilidad
personal, ya le he pedido que sea la actriz principal en "El mayor
espectáculo del mundo"...
"El
final fue glorioso y ya no me importó lo que ocurrió durante el rodaje.
Terminé queriendo mucho al señor De Mille, aunque durante la filmación
no le adorara precisamente... Con "Sansón y Dalila" había "olido
sangre". Estaba en la cumbre. Enamorada de la vida. Quería hacer otra
gran película. Era una verdadera compulsión..." [Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida como Hedy Lamarr,
nacida en Viena, Austria el "9 de noviembre 1915 (¿1914?) -declarado
"Día del Inventor"- "Fallecida en Casselberry, Florida, EE.UU el 19 de
enero de 2000 de enfermedad cardiovascular a la edad de 85 años]"

"Nací
regordita, y fue en Viena, el 9 de noviembre de 1915 (¿1914?) Me bautizaron
Hedwig Eva María Kiesler. Mi padre, Emil, era director de Banco, y mi
madre, Gertrude (Trudi) dejó su carrera de pianista para cuidarme. Era
muy niña y ya todo el mundo me llamaba la princesita Hedy. Era bonita,
pero no tenía nariz. Una cara redonda con dos agujeros. A los trece años
me llamaban "el patito feo" Y a los catorce años, un hombre que hacía la
limpieza, como vio que no había nadie en mi casa, trató de violarme dos
veces. Le herí con una miniatura de marfil que había en casa y le herí
donde más duele. La estatuilla se quebró. Yo no me atreví a contarle
nada a mis padres. Me pegaron por lo de la estatuilla. Hacia 1929 me
gastaba el poco dinero que me daban "escapándome" al mundo fantástico de
la revistas de cine. Empecé a pensar en ser actriz..." 


"Años después,
cuando los cirujanos plásticos no daban abasto para terminar las narices
a lo Hedy Lamarr que les pedían las mujeres, y cuando Hollywood
me estaba convirtiendo en una diosa, todavía sufría por esos
sobrenombres en el sofá del psiquiatra ... A los veintiún años me
hallaba en Berlín esperando las noticias sobre mi cuarta película y mi
primer papel estelar "Éxtasis". La Junta de Censura del Estado de New
York, en USA, había prohibido la exhibición pública de la película. Me
bañaba desnuda en un lago, corría en cueros entre los árboles. El film
fue tachado de indecente, inmoral y corruptor de la juventud. Pero un
famoso juez, Learned Hand, declaró que "no veía nada que en ningún
sentido fuera inmoral". Así pues, en diciembre de 1935, Estados Unidos
aprobó la entrada de "Éxtasis" en el país. Conocí a Louis B. Mayer
en París. El famoso magnate de la MGM viajaba por Europa en busca de
talentos. Por entonces yo no andaba muy segura de mi inglés. -Ya vi
"Éxtasis". En Hollywood no se sale adelante con esas cosas. Las nalgas
de la mujer son para su marido, no para los espectadores..." 




"Cuando
una vez me preguntaron si pensaba hacer películas al desnudo en
América, exclamé "Mirad vuestras revistas americanas y fijaos en la
propaganda de los jabones. Eso es todo lo que hice... ¡me bañé!" En MGM
siempre me sentí vulnerable. Rodé muchas películas. Las reseñas que
hablaban de mí, exclamaban: "Una belleza que arrebata" "Fascinante como
un horizonte nocturno de joyas" "Hedy Lamarr es una gloria" En
1944 cancelé mi contrato. Fui directa al grano: "Señor Mayer, he llegado
a la fase adulta de mi carrera. Tengo una hija. No quiero hacer tantas
películas. Y quiero sueldo extra, especial, en las que hago. No sólo
sueldo; quiero que sean también las mejores". (Uno de mis grandes fallos
fue la incapacidad para escoger buenas películas en donde actuar. Antes
de rodar "The Conspirators", todavía para MGM, la Warner Brothers me
ofreció "Casablanca". El relato me pareció demasiado complejo y lo
rechacé. Pero ganó toda clase de premios y se la consideró la mejor
película del año. Si la hubiera escogido, quizás habría cambiado el
curso de mi carrera)"
"Ya me habían precavido contra los trucos del señor
Mayer: "Se pierde demasiado cuando se nos escabulle la publicidad que
aporta un gran estudio- dijo- No me gustaría verla en decadencia y en
busca de cualquier cosa. Después de todo yo fui quien la descubrió.
Había resuelto dar la espalda a dos frentes de lucha: a mi matrimonio
con John Loder y a la MGM".
"Hollywood
siempre ha estado lleno de agentes, de agentes en ciernes, de
arribistas y de parásitos: algunos son buenos y otros son malos. A uno
de estos últimos le llamaré Sidney. Le cité a comer. Louis era otro
agente amigo suyo a quien también había invitado. 





Alguien llamó por
teléfono mientras cenábamos. Escuché atentamente desde que le oí nombrar
C. B. -Se refería a Cecil B. De Mille- Me dijo que le había preguntado si Betty Hutton
estaría disponible para hacer el papel de Dalila, en el mayor
espectáculo que planeaba: "Sansón y Dalila". "¿Y qué tiene eso que ver
conmigo? ¿No se trata de un drama bíblico?... C. B. es un genio-dijo Sidney- cuando
empiece a repartir dinero y talento, todo el mundo querrá acostarse con
la heroína de un drama bíblico. Es natural: "un tipo con músculos y una
joven virgen" El análisis de Sidney daba náuseas; pero tenía talento para oler los éxitos. "Usted
tiene el cuerpo adecuado, y en el rostro tiene escrita la virginidad.
Le cortará el pelo a Sansón y todos los hombres que haya en el público
se van a estremecer... Sansón quedará ciego y usted le entregará en
manos de sus enemigos. ¡Oh!, lo hombres que vean esa película la amarán,
la desearán como se desea a una virgen infiel" "¿Eres un psiquiatra?", le interrumpí. "Escúcheme,
Hedy, la gente es como los témpanos. Esconde la mayor parte bajo el
agua. Toda mi parte oculta es puro sadismo. Los hombres desean acostarse
con una zorra y hacer todo con ella mientras la poseen... Basta
combinar músculos, senos y sadismo, y ya se tiene asegurado el éxito
financiero. Se agrega un genio como C. B. y todo el dinero del mundo, y
ya se tiene todo en la mano. Cada película que hace el viejo tiene su
importancia"... "¿Qué trajes llevaría?" "Nada, algo de oro y algún trapo" "¿Quién hará de Sansón" "Están pensando en Victor Mature. Sólo se tratará de un cuerpo que la haga resaltar todavía más a usted, Hedy.
Músculos y senos endulzados con religión. Perfecto para una belleza
como la suya. arreglaremos una cita con C. B. Usted me dará una
prima
como gratificación, y si se realiza el negocio, ¿qué le parece?, ¿nos
vamos al lago Tahoe por unos días y nos divertimos en la cama?"..."No,
-repliqué yo- la asociación de actores de cine no establece en sus
estatutos que
exista tal clase de pago" Tenía los ojos turbios. No hizo caso del
sarcasmo. "De acuerdo. Sólo quería que supiera cómo me funciona la
cabeza... Cuando me presenté en el despacho de C. B., el genio brillaba de alegría contándome la gran empresa. Le voy a preguntar algo. No quiero que me conteste ahora mismo. Quiero que lo piense" Hubo un momento de silencio. "¿Le gustaría ser la Dalila de mi "Sansón y Dalila"? Levantó la mano. "No me diga nada. La llamaré mañana." 


"La
película sería una de las que ganaría más dinero en la historia del
cine, pero tuvimos muchos problemas. Me sentía como una pieza de ajedrez
que el amo movía a su voluntad. No me gustaba hacer películas de ese
modo. Se lo dije a C.B. Me escuchó con sus grandes ojos de pájaro y me dijo:
"Yo no actúo y usted no dirige"... Un león causó problemas debido a la
camisa roja de Victor Mature. "Señor De Mille, a los animales no
les gusta el rojo (C. B. había culpado al domador), bastará con que
Victor se cambie de camisa." En efecto, el león se portó bien: "Creía
que sólo los toros reaccionaban con el rojo", me dijo agradecido el
viejo genio".
"ON THE SET OF SHOOTING"





"Durante el
rodaje acabé convencida de que Victor me estaba "robando cámara", dado
su gran tamaño, y me quejé: "Victor trabaja siempre como si la cámara
debiera enfocar sólo su rostro y mi espalda" C. B. supo tranquilizarme:
"¿Cree que en América habrá muchos hombres que van a preferir mirarle la
cara a Victor Mature y no las nalgas a usted, Hedy?" El
fotógrafo del estudio tenía instrucciones de seguirme a todas partes y
fotografiarme hiciera lo que hiciese. Tenía que asegurarme de que la
puerta de mi camarín quedaba bien cerrada cada vez que entraba en él; en
caso contrario, ¡Dios sabe qué fotografías habría tomado! Las
comidillas que suscitaron mi fotografías resultaron un buen gancho para
el futuro éxito del film".
"Sansón y Dalila" fue uno de los mayores booms del "box-office". Los estudios Paramount insistieron" a cualquier precio" para que Hedy Lamarr rodase de nuevo con ellos: "Me presentaron un western: "Copper Canyon" ("El desfiladero del cobre"), con Ray Millandy Mac Donald Carey, y como director el popular John Farrow. ¡Todos nos equivocamos!" ...
"No
creo en otra vida después de la muerte. Las cenizas son cenizas y el
polvo es polvo. Ciertamente no quiero convertirme en polvo (ya tengo
bastante problema con él en la limpieza de la casa). De todos los
ingredientes que hacen una vida: salud, amor y dinero, he tenido mucho
de cada uno de ellos y he utilizado los tres al máximo. Mi historia
favorita es ya conocida: Se dice que C. B. De Mille llegó al
cielo y que el Señor le dio la bienvenida. "C. B- le dijo- ya has pasado
las puertas del cielo y quiero concederte todas las necesarias
garantías para que hagas lo que quieras"... "Señor, ya que hay en el
cielo tantos nombres famosos del cine, Harlow, Lombard, Barrymore, Bogart,
Cooper, me gustaría realizar una película... ¡la mejor película jamás
producida en el Cielo y en la Tierra!"... "Se te concede el deseo- le dijo el Señor sonriendo- Y querido C. B. -le agregó-, tengo una muchacha..." "HEDY JUVENIL"



Hedy Lamarr abominó desde un principio del ascenso de Adolf Hitler al poder y la posterior anexión de Austria al III Reich. En 1933 había contraído matrimonio con Friedrich Mandl, afecto al régimen fascista. Como Hedy cuenta en su autobiografía, Mandl era el propietario de las Hirstenberger-Patronen-Fabrick Industries. Entidad temida por todas las capitales del mundo. Su fama se debía a un dicho muy conocido en Europa: "La Hirstenberger empezaba y terminaba guerras". Mandl
era un personaje violento en todas sus facetas, tanto en los negocios
como en el amor. Había contraído matrimonio con una de las mujeres más
bellas de Viena, Hella Strauss, a la que engañó en repetidas
ocasiones con sonadas experiencias extramatrimoniales en los dos años
que estuvieron casados. Una de las más célebres fue con la famosa actriz
alemana Eva May, que se suicidó cuando Mandl la abandonó.



Hedy Lamarr abominó desde un principio del ascenso de Adolf Hitler al poder y la posterior anexión de Austria al III Reich. En 1933 había contraído matrimonio con Friedrich Mandl, afecto al régimen fascista. Como Hedy cuenta en su autobiografía, Mandl era el propietario de las Hirstenberger-Patronen-Fabrick Industries. Entidad temida por todas las capitales del mundo. Su fama se debía a un dicho muy conocido en Europa: "La Hirstenberger empezaba y terminaba guerras". Mandl
era un personaje violento en todas sus facetas, tanto en los negocios
como en el amor. Había contraído matrimonio con una de las mujeres más
bellas de Viena, Hella Strauss, a la que engañó en repetidas
ocasiones con sonadas experiencias extramatrimoniales en los dos años
que estuvieron casados. Una de las más célebres fue con la famosa actriz
alemana Eva May, que se suicidó cuando Mandl la abandonó. 

Hedy Kiesler ya había actuado en cuatro films para los Estudios Vieneses Sascha. Su director Alexis Granovski había pedido que hiciesen una prueba a aquella jovencita de dieciséis años que se había presentado sin cita previa en el Sascha.
A tal edad cursaba estudios de ingeniaría, y según sus profesores se
trataba de una joven "superdotada". No obstante, los había abandonado
decidida a dedicarse a los artísticos. Fue alumna en el teatro berlinés
de Max Reinhardt, renombrado director teatral austriaco que
ofrendaría una nueva experimentación del arte de la actuación y de los
montajes escénicos. Hedy explica que había convencido a sus padres para que la dejaran seguir sus estudios de Arte Dramático en Berlín y que fue un joven Otto Preminger quien la ayudó a colarse en la escuela de teatro de Reinhardt.
Éste se fijó en ella asombrado de su comparecencia inesperada en la
academia, pero como había dejado de ser un patito feo, (así apodada a
los trece años), acabó preguntándole si sabía actúar. "Le dije que sí, y recordó que tenía un papel disponible, aunque secundario, en "Das Schwächere Geschlecht" ("El sexo débil"). No
le desilusioné, y hasta mandó flores a mi madre. Mi actuación teatral
provocó buenas críticas -más que las que se escribirán después sobre la
película de 1933, cuyo título se cambiaría por "Ekstase / Symphonie der
Liebe" ("Éxtasis")- Continué mejorando como actriz gracias a Max Reinhardt, que me presentó gente del mundillo teatral, y pude asistir a grandes representaciones teatrales". 


La prueba en Sascha resultó horrible, pero Granovski consideró que aquella bella jovencita tenía la suficiente calidad como para poder intervenir en un fragmento del film mudo austriaco-germano "Sturm im Wasserglas" ("Tempestad en un vaso de agua"), que fue estrenado en 1931, pero fue rodado en 1929. Georg Jacoby la dirigió y Hansi Niese fue su actriz principal. Los Estudios Sascha comprendieron en seguida que era necesario mantenerse a tono con las corrientes industriales que ya imponía el cine sonoro. Hedy Kiesler intervino en la siguiente producción de los estudios vieneses: "Geld auf der Straßy" ("No precisamos dineros"), 1930, que se había planteado como película muda y también sonora, dirigida por Carl Boese. Hedy
interpretó a una ingenua muchachita, hija de un comandante. Cuando el
film se proyectó en los Estados Unidos, en 1932, un comentarista de cine
del New York Times aseguró que las cualidades dramáticas de la joven Kiesler eran mediocres, pero que su resplandeciente belleza daría que hablar. Un
muchacha por aquel entonces desconocida para el gran público
estadounidense, pero que era ya famosa en Austria y Alemania, tras haber
rodado tres películas más para Sascha: "Die Blumenfrau von Lindenau" ("La mujer de Lidenau"), 1931, dirigida por Georg Jacoby, y "Die Koffer der Herrn O.F". ("El pantalón del señor O.F."), 1931, dirigida por Alexis Granowsky, y la versión sonora "Man braucht kein Geld" ("No precisamos dinero"), que dirigió también Carl Boese. "SISSY TEATRAL"

Hedy asediada por pretendientes varios, había rechazado a Ritter Franz Von Hochstatten, hijo de una de las familias alemanas más distinguidas y que acabó ahorcándose."Vi a Fritz Mandl por
primera vez durante una representación en Viena. Yo interpretaba a
"Sissy", obra teatral basada en la vida de Isabel de Austria. Mandl me bombardeó con flores, cuyos ramos eran acompañados por escuetas tarjetas que decían: "Fritz Mandl", y nada más" A partir de ese día Hedy
se vio obligada a renunciar a su carrera. Viajó constantemente en su
compañía. La llevó a su finca de caza donde le presentó a sus
"diecisiete perros", y a un desmesurado, aunque amistoso, conjunto de
servidores, formado por cocineros, jadineros, mayordomos y doncellas
para los dos pisos que formaban la enorme finca de caza. Finalmente,
cuenta también Hedy: "Me pidió -me exigió- que me casara con
él. Te amo profundamente -fue parte de su declaración- Nos casaremos
para siempre... Seremos el uno del otro, ¡sí!,... para siempre. Ese "para siempre" significó tan sólo dos años de matrimonio. La boda tuvo lugar el 10 de agosto de 1933, en la iglesia de San Carlos, Viena.

Hedy asediada por pretendientes varios, había rechazado a Ritter Franz Von Hochstatten, hijo de una de las familias alemanas más distinguidas y que acabó ahorcándose."Vi a Fritz Mandl por
primera vez durante una representación en Viena. Yo interpretaba a
"Sissy", obra teatral basada en la vida de Isabel de Austria. Mandl me bombardeó con flores, cuyos ramos eran acompañados por escuetas tarjetas que decían: "Fritz Mandl", y nada más" A partir de ese día Hedy
se vio obligada a renunciar a su carrera. Viajó constantemente en su
compañía. La llevó a su finca de caza donde le presentó a sus
"diecisiete perros", y a un desmesurado, aunque amistoso, conjunto de
servidores, formado por cocineros, jadineros, mayordomos y doncellas
para los dos pisos que formaban la enorme finca de caza. Finalmente,
cuenta también Hedy: "Me pidió -me exigió- que me casara con
él. Te amo profundamente -fue parte de su declaración- Nos casaremos
para siempre... Seremos el uno del otro, ¡sí!,... para siempre. Ese "para siempre" significó tan sólo dos años de matrimonio. La boda tuvo lugar el 10 de agosto de 1933, en la iglesia de San Carlos, Viena.
"Siempre
he tenido una cualidad respecto a los hombres: hacerles sentir que me
poseen... en un noventa y nueve por ciento. Y este último uno por ciento
enfurecía a Mandl. Su ego requería el ciento por ciento y más. Debía amarle compulsivamente, aunque no me lo pidiera"
"MADAME MANDL"









"Symphonie der Liebe" / "Ekstase" ("Ecstasy"-"Éxtasis") fue lo que se interpuso definitivamente entre nosotros. Una noche Mandl hizo
proyectar una sesión privada de la película. Como únicos espectadores
nos hallábamos sus subordinados y yo. Sabía por la publicidad que había
acompañado a la película lo que iba a ver. Pero yo no dudaba de que se
iba a enfurecer al ver a su esposa desnuda correr por la pantalla. Tenía
la cara congestionada, y sin mirarme, exclamó: "¡Comprad todas las
copias en existencia! ¡Y sobre todo conseguid el negativo! ¡El precio no
me importa!" Pero como suele suceder en estos casos, el negativo se
halló celosamente guardado hasta que los rusos lo destruyeron después de
entrar en Budapest. Mandl se pasó gran parte de esos dos años
tratando de suprimir la película. Corrió la voz de que mi marido ofrecía
un preció muy alto por las copias de "Ekstase". Pero el film fue
doblado a todos los idiomas, e incluso se le agregaron y suprimieron
varias escenas. Pero las escenas de mi desnudo nunca se cortaron. Y
puedo añadir que las versiones legítimas de "Ekstase" hasta ganaron más
de un premio"








Lo cierto fue que Hedy Kiesler se había negado a rodar desnuda. Su director, Gustav Machatý,
fuera de sí, las exigió porque según su particular y desaforada opinión
sin esas escenas la película quedaría totalmente arruinada. Hedy tenía un salario muy bajo, y del rendimiento de "Ekstase",
el film maldito que, sin embargo, la lanzaría a la fama, nunca percibió
ni un centavo. La joven, durante el rodaje, lloró amargamente. Hubo un
compromiso por parte del director y de todo el equipo. Las cámaras se
situarían muy apartadas del cerro donde tenía lugar la escena. Ella
correría entre los árboles, hacia la laguna en la que debería nadar unos
minutos. Se desvestiría detrás de un árbol, y tras una rápida señal del
director debería partir corriendo. Por fortuna, hacía calor y había
viento. Los técnicos se perfilaban a lo lejos como unos puntitos. "Cuando Gustav Machatý dio la señal, disparó un arma", cuenta también Hedy. "Respiré
profundamente, corrí zigzagueando entre los árboles, y me lancé al
lago. Después de unas cuantas brazadas en el agua fría, dejé de nadar,
me apoyé en el fondo y doblé las rodillas de modo que se me viera sólo
la cabeza. Alguien me estaba gritando con un megáfono portátil que debía
repetir la escena. Quería negarme, pero ya no podía volverme atrás.
Tiritando, regresé al árbol. Alguien (nunca supe quién) había puesto una
toalla en el suelo. Me sequé y esperé el condenado disparo de mi
director. ¡Pero el arma se estropeó! Poco después, la voz del megáfono
gritó que partiera. Otra vez zizagueé bajo los árboles, quizás batí
todas las marcas de velocidad.De nuevo nadé un poco y volví a sacar la cabeza fuera. ¡Bien!- fue la opinión oficial- ¡Maravilloso!... " Hubieron varias versiones de la película. Y también copias nuevas legítimas e ilegítimas. La United Artists utilizó muchas imágenes para su film de 1964 "The love Goddesses". 
Pero, como confiesa Hedy:"Si
alguna vez visteis "Ekstase", sólo os puedo decir que en los famosos
primeros planos recordéis que estaba sufriendo. Yo misma vi esa parte y
comprobé que la emoción que se manifiesta en mi rostro es la del más
total agotamiento. Había momentos en que ya no podía más, en que ni
siquiera lograba concentrar la mirada..." Los padres de Hedy asistieron al estreno junto a su hija. Emil Kiesler su esposa y Hedy salieron de la sala cinematográfica tras las "escenas famosas" Hedy escribió: "Las
imágenes en el lago eran rápidas. Pero no lo bastante. Los técnicos me
engañaron, usaron teleobjetivos. ¡Y la cámara parecía estar a menos de
siete metros de distancia! Me dieron ganas de matar a Machatý allí
mismo. Después quise huir y esconderme. Tardé una semana en atreverme a
salir de casa. De todas formas, es importante recordar que todo esto no
sucedía en América, sino en la Europa de los años treinta" LA HUIDA DE AUSTRIA




La mansión de los Mandl (conocida por "Der Gipfel"-"La Cumbre"-) fue punto clave del mapa mundial en 1937. Hitler se movía, y a Hedy le
resultaba sorprendente que los austriacos no cayeran en la cuenta de lo
que se avecinaba: la inminente destrucción del idílico mundo europeo. Hedy Mandl" ansiaba recobrar su libertad. En una cena conoció al coronel inglés Righter. Cuando pudo hallarse a solas con él, (Mandl,
como perfecto anfitrión, salió en busca de cigarrillos para el coronel)
le propuso que la ayudara a escapar de Viena. Se hallaba prisionera en
su casa y en su propio país. Righter lo consideró una locura pasajera, pero cuando Hedy le comentó que su marido la hacía vigilar y que la situación resultaba cada vez más insoportable, Righter prometió ayudarla. El avispado Mandl,
desconfiando de su esposa, había grabado en un disco toda la
conversación mantenida con el oficial inglés. Cínicamente, se lo hizo
escuchar a Hedy, y luego añadió que en los negocios era necesario saber lo que pasaba en todas partes. Y que Righter no
podría ayudarla a salir de Viena porque dependía enteramente de él. Le
comunicó que aumentaría la vigilancia, y que a partir de aquel día debía
limitar sus actividades a sus habitaciones. Sin embargo, la amenazadora
situación política obligaba a Mandl a viajar constantemente a
Alemania. Al regreso de sus viajes exigía de su esposa noches enteras de
ferviente sexualidad. Acostumbraba de igual forma a colmarla de
importantes regalos. Como anfitriona de la casa, Dame Mandl
aprendió bien su papel. El lujoso caserón estaba siempre lleno de toda
clase de políticos influyentes y hombres de negocios más o menos
aventureros. Hedy cuenta que todo empezó cuando pudo cambiar de criada. Encontró una tan alta como ella. Su nombre era Laura.
Imitó el modo de caminar y de hablar de su criada. Se enteró bien de
sus costumbres diarias. Usó a escondidas algunos de sus trajes y
cosméticos. La oportunidad surgió cuando le contó que un jueves de
asueto, tras un par de días libres, debía reunirse con un amigo íntimo
en París. "Envié inmediatamente algunas joyas y dinero a una persona
de confianza en París. Me levanté temprano ese jueves y puse píldoras
para dormir en el café de Laura. Coloqué mi ropa en su maleta, le
dejé dinero, me vestí de criada y me escabullí por la puerta de
servicio. Tenía las llaves del viejo coche de Laura y llegué al
ferrocarril sin problemas. Esperaba contar con cinco horas de gracia. Me
había preparado para todo esto con varios días de anticipación. Me
quedaba en cama hasta muy tarde y exigía que se me dejara tranquila.
Sabía que apenas descubrieran mi desaparición, la alarma llegaría a Mandl,
que estaba en Alemania, con la misma rapidez que si estuviera en la
habitación contigua. No había nadie en la estación cuando compré el
billete. Debí esperar doce minutos. Como cualquier espía novato, suponía
que todo el mundo me estaba observando. Me las arreglé para darle la
espalda al jefe de estación, que tenía el teléfono a su lado. Supongo
que mi estudiada indiferencia me sirvió para actuar en una película del
año 1944 -"The Conspirators" ("Los conspiradores")- la respuesta
de la Warner Brothers a "Casablanca"- En la aduana apenas si me miraron
los documentos. Llegué a París sin incidentes y empecé a sentirme libre
de peligros. Calculaba que Mandl no estaba dispuesto a dejarse
envolver en ningún escándalo internacional. Y menos en Francia. No me
podía llevar de regreso contra mi voluntad. Esto era importante para él;
pero no le importaba tanto como los negocios. Había jugado a tenerme
prisionera. Yo jugué a escaparme. Y él perdió..." Hedy Mandl
consiguió el divorcio, tras rechazar todos los derechos de indemnización
y la repartición de la propiedad. Probablemente, habría ganado unos
cuantos millones. Sólo aceptó quedarse con las joyas que había llevado
consigo. Estaba decidida a borrar de una vez su insufrible y
catastrófico matrimonio. Algunos amigos influyentes de París le
aconsejaron que acudiera a Roma y solicitara la anulación definitiva. Al
fin se la concedieron. Durante ese frenético periodo le llegó un
telegrama anunciándole la muerte de su padre. Pero Hedy, tras una "insoportable" conversación telefónica con su madre, no se atrevió a volver para los funerales. Hedy Kiesler confesaría: "No
me avergüenzo en declarar que no he conocido ningún hombre comparable a
mi padre y que nunca amé a ningún hombre tanto como a él. Pero, por
supuesto, nunca he podido regresar otra vez "a casa", a esa casa de la
calle vienesa "Peter Jordan" Y lo que durante mi vida he poseído que más
se parezca a ese hogar, lo disfruté en América a principios de la
década de 1940, después de mi divorcio de Gene Markey. Me las arreglé para traer a mi madre a los Estados Unidos y vivimos en Hedgerow, con mi hijo adoptivo Jimmy. Pero con diez películas en tres años, con el matrimonio con John Loder, con el nacimiento de Denise y de Tony... no, así no se puede regresar al hogar..."






































































































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