"HEDY LAMARR: ÉXTASIS Y YO"
¡¡Aquel ensueño de mujer llamado Hedy Lamarr!! Estreno en el cine de barrio de "Sansón y Dalila". Embrujo bíblico de una inolvidable Dalila "made in Hollywood" que, por medio de la subyugadora cadencia dobladora de la impagable voz de Elsa Fábregas, rostro de la Lamarr en un primer plano casi "Davinciano", y con la más inspirada y majestuosa de las músicas de Victor Young de fondo, exclamando en perfecto castellano: "Ven a Egipto conmigo.
No seremos Danita y Filistea, sino Sansón y Dalila. En el valle del
Nilo el aire está perfumado de mirra, y sólo el vuelo de los ibis
oscurece el sol. ¿Quieres acompañarme?...", ¡ay!, estremeció mi noche cinéfila, y el apogeo orgiástico del gran pastiche del señor De Mille hechizó mis días de infancia.
"... Mr. De Mille y yo nunca pudimos trabajar de acuerdo. A pesar del éxito fabuloso de "Sansón y Dalila", rechacé la oferta de De Mille para actuar en "El mayor espectáculo del mundo". Me exigía demasiado. No sé si tenía o no tenía razón, pero sé que, como actriz de éxito, estaba en mi derecho de trazarme mis propias líneas de conducta y trabajo. (Resulta irónico que después que rechacé el papel en "El mayor espectáculo del mundo", De Mille contratara a Betty Hutton, la actriz a quien primero ofreciera el papel estelar en "Sansón y Dalila")
Cuando
se terminó la película y ya empezaban a desaparecer las cicatrices de
los combates, entrevistaron a Mr. De Mille por la radio, y se expresó
así de mí: "Discutíamos bastante, pero yo respetaba a Hedy. Le gusta
hacer películas; esto se advierte a primera vista. No tenía ni idea de
que Hedy fuera tan buena actriz como demostró serlo. Es orgullosa, pero
hace lo que se espera de ella. Cuando más furioso estaba, Hedy no perdía
la calma. Tiene mucha confianza en sí misma y se respeta. Es una
persona muy sencilla si se tiene en cuenta su fama y su belleza. Aunque
temo hacer otra película con ella, debido a nuestra incompatibilidad
personal, ya le he pedido que sea la actriz principal en "El mayor
espectáculo del mundo"...
"El
final fue glorioso y ya no me importó lo que ocurrió durante el rodaje.
Terminé queriendo mucho al señor De Mille, aunque durante la filmación
no le adorara precisamente... Con "Sansón y Dalila" había "olido
sangre". Estaba en la cumbre. Enamorada de la vida. Quería hacer otra
gran película. Era una verdadera compulsión..."
[Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida como Hedy Lamarr,
nacida en Viena, Austria el "9 de noviembre 1915 (¿1914?) -declarado
"Día del Inventor"- "Fallecida en Casselberry, Florida, EE.UU el 19 de
enero de 2000 de enfermedad cardiovascular a la edad de 85 años]"
"Nací regordita, y fue en Viena, el 9 de noviembre de 1915 (¿1914?) Me bautizaron Hedwig Eva María Kiesler. Mi padre, Emil, era director de Banco, y mi madre, Gertrude (Trudi) dejó su carrera de pianista para cuidarme. Era muy niña y ya todo el mundo me llamaba la princesita Hedy. Era bonita, pero no tenía nariz. Una cara redonda con dos agujeros. A los trece años me llamaban "el patito feo" Y a los catorce años, un hombre que hacía la limpieza, como vio que no había nadie en mi casa, trató de violarme dos veces. Le herí con una miniatura de marfil que había en casa y le herí donde más duele. La estatuilla se quebró. Yo no me atreví a contarle nada a mis padres. Me pegaron por lo de la estatuilla. Hacia 1929 me gastaba el poco dinero que me daban "escapándome" al mundo fantástico de la revistas de cine. Empecé a pensar en ser actriz..."
"Años después, cuando los cirujanos plásticos no daban abasto para terminar las narices a lo Hedy Lamarr que les pedían las mujeres, y cuando Hollywood me estaba convirtiendo en una diosa, todavía sufría por esos sobrenombres en el sofá del psiquiatra ... A los veintiún años me hallaba en Berlín esperando las noticias sobre mi cuarta película y mi primer papel estelar "Éxtasis". La Junta de Censura del Estado de New York, en USA, había prohibido la exhibición pública de la película. Me bañaba desnuda en un lago, corría en cueros entre los árboles. El film fue tachado de indecente, inmoral y corruptor de la juventud. Pero un famoso juez, Learned Hand, declaró que "no veía nada que en ningún sentido fuera inmoral". Así pues, en diciembre de 1935, Estados Unidos aprobó la entrada de "Éxtasis" en el país. Conocí a Louis B. Mayer en París. El famoso magnate de la MGM viajaba por Europa en busca de talentos. Por entonces yo no andaba muy segura de mi inglés. -Ya vi "Éxtasis". En Hollywood no se sale adelante con esas cosas. Las nalgas de la mujer son para su marido, no para los espectadores..."
"Cuando
una vez me preguntaron si pensaba hacer películas al desnudo en
América, exclamé "Mirad vuestras revistas americanas y fijaos en la
propaganda de los jabones. Eso es todo lo que hice... ¡me bañé!" En MGM
siempre me sentí vulnerable. Rodé muchas películas. Las reseñas que
hablaban de mí, exclamaban: "Una belleza que arrebata" "Fascinante como
un horizonte nocturno de joyas" "Hedy Lamarr es una gloria" En
1944 cancelé mi contrato. Fui directa al grano: "Señor Mayer, he llegado
a la fase adulta de mi carrera. Tengo una hija. No quiero hacer tantas
películas. Y quiero sueldo extra, especial, en las que hago. No sólo
sueldo; quiero que sean también las mejores". (Uno de mis grandes fallos
fue la incapacidad para escoger buenas películas en donde actuar. Antes
de rodar "The Conspirators", todavía para MGM, la Warner Brothers me
ofreció "Casablanca". El relato me pareció demasiado complejo y lo
rechacé. Pero ganó toda clase de premios y se la consideró la mejor
película del año. Si la hubiera escogido, quizás habría cambiado el
curso de mi carrera)"
"Ya me habían precavido contra los trucos del señor
Mayer: "Se pierde demasiado cuando se nos escabulle la publicidad que
aporta un gran estudio- dijo- No me gustaría verla en decadencia y en
busca de cualquier cosa. Después de todo yo fui quien la descubrió.
Había resuelto dar la espalda a dos frentes de lucha: a mi matrimonio
con John Loder y a la MGM".
"Hollywood siempre ha estado lleno de agentes, de agentes en ciernes, de arribistas y de parásitos: algunos son buenos y otros son malos. A uno de estos últimos le llamaré Sidney. Le cité a comer. Louis era otro agente amigo suyo a quien también había invitado.
Alguien llamó por teléfono mientras cenábamos. Escuché atentamente desde que le oí nombrar C. B. -Se refería a Cecil B. De Mille- Me dijo que le había preguntado si Betty Hutton estaría disponible para hacer el papel de Dalila, en el mayor espectáculo que planeaba: "Sansón y Dalila". "¿Y qué tiene eso que ver conmigo? ¿No se trata de un drama bíblico?... C. B. es un genio-dijo Sidney- cuando empiece a repartir dinero y talento, todo el mundo querrá acostarse con la heroína de un drama bíblico. Es natural: "un tipo con músculos y una joven virgen" El análisis de Sidney daba náuseas; pero tenía talento para oler los éxitos. "Usted tiene el cuerpo adecuado, y en el rostro tiene escrita la virginidad. Le cortará el pelo a Sansón y todos los hombres que haya en el público se van a estremecer... Sansón quedará ciego y usted le entregará en manos de sus enemigos. ¡Oh!, lo hombres que vean esa película la amarán, la desearán como se desea a una virgen infiel" "¿Eres un psiquiatra?", le interrumpí. "Escúcheme, Hedy, la gente es como los témpanos. Esconde la mayor parte bajo el agua. Toda mi parte oculta es puro sadismo. Los hombres desean acostarse con una zorra y hacer todo con ella mientras la poseen... Basta combinar músculos, senos y sadismo, y ya se tiene asegurado el éxito financiero. Se agrega un genio como C. B. y todo el dinero del mundo, y ya se tiene todo en la mano. Cada película que hace el viejo tiene su importancia"... "¿Qué trajes llevaría?" "Nada, algo de oro y algún trapo" "¿Quién hará de Sansón" "Están pensando en Victor Mature. Sólo se tratará de un cuerpo que la haga resaltar todavía más a usted, Hedy. Músculos y senos endulzados con religión. Perfecto para una belleza como la suya. arreglaremos una cita con C. B. Usted me dará una prima como gratificación, y si se realiza el negocio, ¿qué le parece?, ¿nos vamos al lago Tahoe por unos días y nos divertimos en la cama?"..."No, -repliqué yo- la asociación de actores de cine no establece en sus estatutos que exista tal clase de pago" Tenía los ojos turbios. No hizo caso del sarcasmo. "De acuerdo. Sólo quería que supiera cómo me funciona la cabeza... Cuando me presenté en el despacho de C. B., el genio brillaba de alegría contándome la gran empresa. Le voy a preguntar algo. No quiero que me conteste ahora mismo. Quiero que lo piense" Hubo un momento de silencio. "¿Le gustaría ser la Dalila de mi "Sansón y Dalila"? Levantó la mano. "No me diga nada. La llamaré mañana."
"La
película sería una de las que ganaría más dinero en la historia del
cine, pero tuvimos muchos problemas. Me sentía como una pieza de ajedrez
que el amo movía a su voluntad. No me gustaba hacer películas de ese
modo. Se lo dije a C.B. Me escuchó con sus grandes ojos de pájaro y me dijo:
"Yo no actúo y usted no dirige"... Un león causó problemas debido a la
camisa roja de Victor Mature. "Señor De Mille, a los animales no
les gusta el rojo (C. B. había culpado al domador), bastará con que
Victor se cambie de camisa." En efecto, el león se portó bien: "Creía
que sólo los toros reaccionaban con el rojo", me dijo agradecido el
viejo genio".
"ON THE SET OF SHOOTING"
"Durante el
rodaje acabé convencida de que Victor me estaba "robando cámara", dado
su gran tamaño, y me quejé: "Victor trabaja siempre como si la cámara
debiera enfocar sólo su rostro y mi espalda" C. B. supo tranquilizarme:
"¿Cree que en América habrá muchos hombres que van a preferir mirarle la
cara a Victor Mature y no las nalgas a usted, Hedy?" El
fotógrafo del estudio tenía instrucciones de seguirme a todas partes y
fotografiarme hiciera lo que hiciese. Tenía que asegurarme de que la
puerta de mi camarín quedaba bien cerrada cada vez que entraba en él; en
caso contrario, ¡Dios sabe qué fotografías habría tomado! Las
comidillas que suscitaron mi fotografías resultaron un buen gancho para
el futuro éxito del film".
"Sansón y Dalila" fue uno de los mayores booms del "box-office". Los estudios Paramount insistieron" a cualquier precio" para que Hedy Lamarr rodase de nuevo con ellos: "Me presentaron un western: "Copper Canyon" ("El desfiladero del cobre"), con Ray Millandy Mac Donald Carey, y como director el popular John Farrow. ¡Todos nos equivocamos!" ...
"No
creo en otra vida después de la muerte. Las cenizas son cenizas y el
polvo es polvo. Ciertamente no quiero convertirme en polvo (ya tengo
bastante problema con él en la limpieza de la casa). De todos los
ingredientes que hacen una vida: salud, amor y dinero, he tenido mucho
de cada uno de ellos y he utilizado los tres al máximo. Mi historia
favorita es ya conocida: Se dice que C. B. De Mille llegó al
cielo y que el Señor le dio la bienvenida. "C. B- le dijo- ya has pasado
las puertas del cielo y quiero concederte todas las necesarias
garantías para que hagas lo que quieras"... "Señor, ya que hay en el
cielo tantos nombres famosos del cine, Harlow, Lombard, Barrymore, Bogart,
Cooper, me gustaría realizar una película... ¡la mejor película jamás
producida en el Cielo y en la Tierra!"... "Se te concede el deseo- le dijo el Señor sonriendo- Y querido C. B. -le agregó-, tengo una muchacha..."
"HEDY LAMARR, FRIDRICH MANDL, "EKSTASE/SYMPHONIE DER LIEBE" "HEDY JUVENIL"
Hedy Lamarr abominó desde un principio del ascenso de Adolf Hitler al poder y la posterior anexión de Austria al III Reich. En 1933 había contraído matrimonio con Friedrich Mandl, afecto al régimen fascista. Como Hedy cuenta en su autobiografía, Mandl era el propietario de las Hirstenberger-Patronen-Fabrick Industries. Entidad temida por todas las capitales del mundo. Su fama se debía a un dicho muy conocido en Europa: "La Hirstenberger empezaba y terminaba guerras". Mandl era un personaje violento en todas sus facetas, tanto en los negocios como en el amor. Había contraído matrimonio con una de las mujeres más bellas de Viena, Hella Strauss, a la que engañó en repetidas ocasiones con sonadas experiencias extramatrimoniales en los dos años que estuvieron casados. Una de las más célebres fue con la famosa actriz alemana Eva May, que se suicidó cuando Mandl la abandonó.
Hedy Lamarr abominó desde un principio del ascenso de Adolf Hitler al poder y la posterior anexión de Austria al III Reich. En 1933 había contraído matrimonio con Friedrich Mandl, afecto al régimen fascista. Como Hedy cuenta en su autobiografía, Mandl era el propietario de las Hirstenberger-Patronen-Fabrick Industries. Entidad temida por todas las capitales del mundo. Su fama se debía a un dicho muy conocido en Europa: "La Hirstenberger empezaba y terminaba guerras". Mandl era un personaje violento en todas sus facetas, tanto en los negocios como en el amor. Había contraído matrimonio con una de las mujeres más bellas de Viena, Hella Strauss, a la que engañó en repetidas ocasiones con sonadas experiencias extramatrimoniales en los dos años que estuvieron casados. Una de las más célebres fue con la famosa actriz alemana Eva May, que se suicidó cuando Mandl la abandonó.
Hedy Kiesler ya había actuado en cuatro films para los Estudios Vieneses Sascha. Su director Alexis Granovski había pedido que hiciesen una prueba a aquella jovencita de dieciséis años que se había presentado sin cita previa en el Sascha. A tal edad cursaba estudios de ingeniaría, y según sus profesores se trataba de una joven "superdotada". No obstante, los había abandonado decidida a dedicarse a los artísticos. Fue alumna en el teatro berlinés de Max Reinhardt, renombrado director teatral austriaco que ofrendaría una nueva experimentación del arte de la actuación y de los montajes escénicos. Hedy explica que había convencido a sus padres para que la dejaran seguir sus estudios de Arte Dramático en Berlín y que fue un joven Otto Preminger quien la ayudó a colarse en la escuela de teatro de Reinhardt. Éste se fijó en ella asombrado de su comparecencia inesperada en la academia, pero como había dejado de ser un patito feo, (así apodada a los trece años), acabó preguntándole si sabía actúar. "Le dije que sí, y recordó que tenía un papel disponible, aunque secundario, en "Das Schwächere Geschlecht" ("El sexo débil"). No le desilusioné, y hasta mandó flores a mi madre. Mi actuación teatral provocó buenas críticas -más que las que se escribirán después sobre la película de 1933, cuyo título se cambiaría por "Ekstase / Symphonie der Liebe" ("Éxtasis")- Continué mejorando como actriz gracias a Max Reinhardt, que me presentó gente del mundillo teatral, y pude asistir a grandes representaciones teatrales".
La prueba en Sascha resultó horrible, pero Granovski consideró que aquella bella jovencita tenía la suficiente calidad como para poder intervenir en un fragmento del film mudo austriaco-germano "Sturm im Wasserglas" ("Tempestad en un vaso de agua"), que fue estrenado en 1931, pero fue rodado en 1929. Georg Jacoby la dirigió y Hansi Niese fue su actriz principal. Los Estudios Sascha comprendieron en seguida que era necesario mantenerse a tono con las corrientes industriales que ya imponía el cine sonoro. Hedy Kiesler intervino en la siguiente producción de los estudios vieneses: "Geld auf der Straßy" ("No precisamos dineros"), 1930, que se había planteado como película muda y también sonora, dirigida por Carl Boese. Hedy interpretó a una ingenua muchachita, hija de un comandante. Cuando el film se proyectó en los Estados Unidos, en 1932, un comentarista de cine del New York Times aseguró que las cualidades dramáticas de la joven Kiesler eran mediocres, pero que su resplandeciente belleza daría que hablar. Un muchacha por aquel entonces desconocida para el gran público estadounidense, pero que era ya famosa en Austria y Alemania, tras haber rodado tres películas más para Sascha: "Die Blumenfrau von Lindenau" ("La mujer de Lidenau"), 1931, dirigida por Georg Jacoby, y "Die Koffer der Herrn O.F". ("El pantalón del señor O.F."), 1931, dirigida por Alexis Granowsky, y la versión sonora "Man braucht kein Geld" ("No precisamos dinero"), que dirigió también Carl Boese.
"SISSY TEATRAL"
Hedy asediada por pretendientes varios, había rechazado a Ritter Franz Von Hochstatten, hijo de una de las familias alemanas más distinguidas y que acabó ahorcándose."Vi a Fritz Mandl por primera vez durante una representación en Viena. Yo interpretaba a "Sissy", obra teatral basada en la vida de Isabel de Austria. Mandl me bombardeó con flores, cuyos ramos eran acompañados por escuetas tarjetas que decían: "Fritz Mandl", y nada más" A partir de ese día Hedy se vio obligada a renunciar a su carrera. Viajó constantemente en su compañía. La llevó a su finca de caza donde le presentó a sus "diecisiete perros", y a un desmesurado, aunque amistoso, conjunto de servidores, formado por cocineros, jadineros, mayordomos y doncellas para los dos pisos que formaban la enorme finca de caza. Finalmente, cuenta también Hedy: "Me pidió -me exigió- que me casara con él. Te amo profundamente -fue parte de su declaración- Nos casaremos para siempre... Seremos el uno del otro, ¡sí!,... para siempre. Ese "para siempre" significó tan sólo dos años de matrimonio. La boda tuvo lugar el 10 de agosto de 1933, en la iglesia de San Carlos, Viena.
Hedy asediada por pretendientes varios, había rechazado a Ritter Franz Von Hochstatten, hijo de una de las familias alemanas más distinguidas y que acabó ahorcándose."Vi a Fritz Mandl por primera vez durante una representación en Viena. Yo interpretaba a "Sissy", obra teatral basada en la vida de Isabel de Austria. Mandl me bombardeó con flores, cuyos ramos eran acompañados por escuetas tarjetas que decían: "Fritz Mandl", y nada más" A partir de ese día Hedy se vio obligada a renunciar a su carrera. Viajó constantemente en su compañía. La llevó a su finca de caza donde le presentó a sus "diecisiete perros", y a un desmesurado, aunque amistoso, conjunto de servidores, formado por cocineros, jadineros, mayordomos y doncellas para los dos pisos que formaban la enorme finca de caza. Finalmente, cuenta también Hedy: "Me pidió -me exigió- que me casara con él. Te amo profundamente -fue parte de su declaración- Nos casaremos para siempre... Seremos el uno del otro, ¡sí!,... para siempre. Ese "para siempre" significó tan sólo dos años de matrimonio. La boda tuvo lugar el 10 de agosto de 1933, en la iglesia de San Carlos, Viena.
"Siempre
he tenido una cualidad respecto a los hombres: hacerles sentir que me
poseen... en un noventa y nueve por ciento. Y este último uno por ciento
enfurecía a Mandl. Su ego requería el ciento por ciento y más. Debía amarle compulsivamente, aunque no me lo pidiera"
"MADAME MANDL"
"Symphonie der Liebe" / "Ekstase" ("Ecstasy"-"Éxtasis") fue lo que se interpuso definitivamente entre nosotros. Una noche Mandl hizo
proyectar una sesión privada de la película. Como únicos espectadores
nos hallábamos sus subordinados y yo. Sabía por la publicidad que había
acompañado a la película lo que iba a ver. Pero yo no dudaba de que se
iba a enfurecer al ver a su esposa desnuda correr por la pantalla. Tenía
la cara congestionada, y sin mirarme, exclamó: "¡Comprad todas las
copias en existencia! ¡Y sobre todo conseguid el negativo! ¡El precio no
me importa!" Pero como suele suceder en estos casos, el negativo se
halló celosamente guardado hasta que los rusos lo destruyeron después de
entrar en Budapest. Mandl se pasó gran parte de esos dos años
tratando de suprimir la película. Corrió la voz de que mi marido ofrecía
un preció muy alto por las copias de "Ekstase". Pero el film fue
doblado a todos los idiomas, e incluso se le agregaron y suprimieron
varias escenas. Pero las escenas de mi desnudo nunca se cortaron. Y
puedo añadir que las versiones legítimas de "Ekstase" hasta ganaron más
de un premio"
Lo cierto fue que Hedy Kiesler se había negado a rodar desnuda. Su director, Gustav Machatý,
fuera de sí, las exigió porque según su particular y desaforada opinión
sin esas escenas la película quedaría totalmente arruinada. Hedy tenía un salario muy bajo, y del rendimiento de "Ekstase",
el film maldito que, sin embargo, la lanzaría a la fama, nunca percibió
ni un centavo. La joven, durante el rodaje, lloró amargamente. Hubo un
compromiso por parte del director y de todo el equipo. Las cámaras se
situarían muy apartadas del cerro donde tenía lugar la escena. Ella
correría entre los árboles, hacia la laguna en la que debería nadar unos
minutos. Se desvestiría detrás de un árbol, y tras una rápida señal del
director debería partir corriendo. Por fortuna, hacía calor y había
viento. Los técnicos se perfilaban a lo lejos como unos puntitos. "Cuando Gustav Machatý dio la señal, disparó un arma", cuenta también Hedy. "Respiré
profundamente, corrí zigzagueando entre los árboles, y me lancé al
lago. Después de unas cuantas brazadas en el agua fría, dejé de nadar,
me apoyé en el fondo y doblé las rodillas de modo que se me viera sólo
la cabeza. Alguien me estaba gritando con un megáfono portátil que debía
repetir la escena. Quería negarme, pero ya no podía volverme atrás.
Tiritando, regresé al árbol. Alguien (nunca supe quién) había puesto una
toalla en el suelo. Me sequé y esperé el condenado disparo de mi
director. ¡Pero el arma se estropeó! Poco después, la voz del megáfono
gritó que partiera. Otra vez zizagueé bajo los árboles, quizás batí
todas las marcas de velocidad.De nuevo nadé un poco y volví a sacar la cabeza fuera. ¡Bien!- fue la opinión oficial- ¡Maravilloso!... " Hubieron varias versiones de la película. Y también copias nuevas legítimas e ilegítimas. La United Artists utilizó muchas imágenes para su film de 1964 "The love Goddesses".
Pero, como confiesa Hedy:"Si alguna vez visteis "Ekstase", sólo os puedo decir que en los famosos primeros planos recordéis que estaba sufriendo. Yo misma vi esa parte y comprobé que la emoción que se manifiesta en mi rostro es la del más total agotamiento. Había momentos en que ya no podía más, en que ni siquiera lograba concentrar la mirada..." Los padres de Hedy asistieron al estreno junto a su hija. Emil Kiesler su esposa y Hedy salieron de la sala cinematográfica tras las "escenas famosas" Hedy escribió: "Las imágenes en el lago eran rápidas. Pero no lo bastante. Los técnicos me engañaron, usaron teleobjetivos. ¡Y la cámara parecía estar a menos de siete metros de distancia! Me dieron ganas de matar a Machatý allí mismo. Después quise huir y esconderme. Tardé una semana en atreverme a salir de casa. De todas formas, es importante recordar que todo esto no sucedía en América, sino en la Europa de los años treinta"
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