Su
primera novela ve la luz en 1905: "Where Angels Fear to Tread" ("Donde
los ángeles no se aventuran"), adaptada a la pantalla en 1991 por el
ditrector inglés Charles Sturridge- con Helena Bonham Carter, Judy Davis, Rupert Graves, Giovanni Guidelli, Barbara Jefford, y Helen Mirren.
"... Lilia Herrinton, una joven viuda inglesa, tras un recorrido por la Toscana con su compañera de viaje Caroline Abbott, se enamora del joven italiano Gino.
Decidida a encontrarse de nuevo con él, viaja hasta su pueblo natal
llamado Monteriano (en la obra nombre ficticio de San Gimignano). La
burguesa disciplina moral de sus escandalizados parientes no impide que Lilia contraiga matrimonio en Italia, donde morirá de parto al dar a luz un niño. Tras la dura noticia del fallecimiento, su cuñado Philip
(que en un viaje anterior por decisión de la familia había intentado
inútilmente que el matrimonio no se llevase a cabo, y acabó felicitando a
la pareja), y su neurótica hermana Harriet se trasladan hasta Monteriano decididos a obtener por parte de Gino
la custodia de su hijo. El objetivo en cuestión de ambos familiares es
considerar lo perjudicial que puede llegar a ser para el futuro del
pequeño Herrinton no recibir la debida atención en su crianza
lejos de los superiores estamentos ingleses, y sobre todo salvar así la
decorosa y arrogante reputación familiar. Al mismo tiempo Caroline Abbott presente también en el pueblecito italiano ha entablado amistad con el joven Gino,
e intenta hacerle comprender con mucho tacto que su hijo podría se
objeto de una instrucción muy superior en Inglaterra. Pero durante los
días en que permanece cerca de Gino y observa el maravilloso amor
paternal que el joven profesa a su bebé, no puede por menos que
sentirse fuertemente atraída por el joven toscano. Philip,
durante su estancia en Monteriano, muestra una desidia irritante, y su
manifiesta ineptitud para tratar de dar solución al problema que le ha
llevado hasta allí. Seducido a su vez por Caroline, en uno
de sus encuentros con la joven, ella se indigna con su comportamiento;
se muestra displicente con él, y le reprocha su actitud y su
inconstancia. Philip profiere que la encuentra maravillosa, y Caroline
exclama que preferiría que no sintiera tal inclinación afectiva hacia
ella. Que aunque vea todo lo bueno que pueda haber en los demás, él
interiormente se halla muerto. No obstante, ante la tribulación y
sentimiento de torpeza que muestra Philip, expresa su deseo de que algo suceda alguna vez para que él se sienta bien consigo mismo. Philip
manifiesta que hay personas que han nacido para no hacer nada
importante en la vida, y que él es uno de ellos. Que admira a su
fallecida cuñada porque ha sido capaz de entregarse sin reservas a una
pasión, y que por ella ha muerto. En cambio él ni muere, ni se enamora, y
cuando otros lo hacen nunca se halla presente. La corta estancia en
Monteriano y la forzada convivencia con la vida rural del pueblo
desequilibran por completo a la ya desatinada Harriet, que finalmente convence a su apocado hermano para secuestrar al pequeñín. Philip vivirá una amarga y dolorosa experiencia cuando se enfrenta a Gino. Tras un trágico accidente, ambos hermanos, destrozados, regresan a Inglaterra. Philip en su último encuentro con una afligida y resentida Caroline
le confiesa con entristecida confusión su amor por ella. Tras un abrazo
entre ambos, una no menos compungida despedida hará patente el decidido
rechazo de Caroline hacia Philip".
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