Vistas de página en total

domingo, 18 de diciembre de 2022

El pisito (The Little Flat)

 

Una pareja arrastra años de noviazgo por no poderse casar a falta de habitación de realquilados, o, por supuesto, de piso. Se desesperan, en especial la novia. Son los tiempos negros y truculentos de la dictadura franquista. Pero los problemas de la vivienda son tan viejos como el mundo. Claro que aquel Madrid, no es el de hoy. No era por la especulación reinante en nuestro siglo XXI, sino porque construcciones, haberlas no las había, aunque por aquellos tristes descampados polvorientos asomasen ya los esqueletos balbuceantes de las primeras colmenas humanas. Es un Madrid  feo y triste, de adoquinados sucios y paredes descascarilladas por los que aparecían los recuerdos de los bombardeos y de la metralla de la pasada y nefasta Guerra Civil, y la incivil victoria Franquista.



Asistimos, pues, a las caricaturas poco amables de unas comunidades y de sus tipos (tópicos) más representativos. El gran guionista Rafael Azcona {Logroño, 24 de octubre de 1926-Madrid, 24 de marzo de 2008} y Marco Ferreri {Milán, 11 de mayo de 1928-París, 9 de mayo de 1997} director italiano radicado en España por aquel entonces (que no tardaría en ser puesto de patitas en la calle como "residente non grato" por el gobierno de la dictadura franquista, imprimen, con un talento desmedido para la época, un viraje radical a tantos films como les habían precedido (sin incluir, por supuesto, a Juan Antonio Bardem y a Luis García Berlanga, que con tantos esfuerzos seguían tratando de burlar la censura), e introducen con "El pisito" la crueldad del "humor negro" en esta sátira primeriza, que, naturalmente, olvidan los viejos vuelos poéticos y patrioteros de los años 40, para adquirir mayor mordacidad e incisividad crítica, que, aunque pareciera increíble, se entroncaba con la gran tradición satírica que presidiera nuestro Siglo de Oro Español. Esta célebre colaboración entre Ferreri y Azcona empieza por tanto a sentirse ya con mayor fuerza entrados en la década de los 50, aunque fueran años dolorosamente cruciales dado que la industria cinematográfica española vivía todavía regulada por la Orden Ministerial de Censura de 16 de julio de 1952, la cual discriminaba su protección económica otorgando subvenciones tan sólo a las películas que se regían por su categoría artística estimada por una nefasta Junta de Clasificación.
 

Dichas ayudas económicas selectivas actuaron como elementos de presión sobre muchos directores recién llegados como Carlos Saura {Huesca, 4 de enero de 1932}. que en 1960, se había dado a conocer con "Los golfos", interpretada por los jóvenes Manuel Zarzo, Óscar Cruz, Juanjo Losada, Rafael Vargas, y María Mayer erigiéndose precisamente como testimonio de la frustración vocacional de una generación a causa de la asfixiante presión del medio que les rodea. Al aparecer "Los golfos" no faltaron críticos que hablaron de influencia extranjera (se citaron "Los olvidados" de Luis Buñuel, "Torero" de Carlos Velo, director cinematográfico español exiliado en México, y el "free cinema" inglés). No obstante, esas nuevas ráfagas creativas fueron precisamente una garantía de renovación y la expresión de una voluntad colectiva de ruptura con una cultura anquilosada y retórica, y con el sistema de valores que la sustentaban. 
 


 

Marco Ferreri vuelve a ponerse tras la cámara y dirige "Los chicos", en 1959, con Joaquín Zaro, Alberto Jiménez, María Luisa Ponte, José Sierra, y Ana María Vidal, y el italiano Adriano Rimoldi, que junto con "Los golfos" se ven condenadas a una vida cinematográfica de triste semi clandestinidad. Aquellas nefandas ayudas colectivas vuelven a mostrar su selectividad únicamente sobre guionistas, productores y directores que orientan sus películas hacia naftalinados senderos sonrosados, y no a los que se alejan de temas y enfoques que no resultan gratos a la Administración. Y así, quien más sale perdiendo con todo esto es el naciente  nuevo cine español. 
 

Salvando algunos auténticos exitazos como la tópica visión cristianizante y santificadora de  "Marcelino pan y vino", 1954, del húngaro radicado también en España Ladislao Vajda {Budapest, 18 de agosto de 1906 – Barcelona, 25 de marzo de 1965}, que descubrió al angelical, extraordinario e inolvidable actor infantil Pablito Calvo {Madrid, 16 de marzo de 1949 - Alicante, España, 1 de febrero de 2000} -y cuya verdadera voz, doblada por la actriz radiofónica Matilde Vilariño, no llegamos a oír nunca-, coprotagonizada entre otros por Rafael Rivelles, Antonio Vico, Juan Calvo, y Juanjo Menéndez.

Ladislao Vajda volvió a ofrecernos dos nuevos ejercicios cinematográficos de atractivo sorprendente con su estrella infantil Pablito Calvo: "Mi tío Jacinto", 1956, con Antonio Vico, José Marco Davó, Juan Calvo, Mariano Azaña, Miguel Gila, José Isbert, Paolo Stoppa, y Walter Chiari, que consiguió los Premios: Festival de Berlín: Oso de Plata, Fotogramas de Plata al Mejor Actor Infantil, y Mejor Fotografía del Sindicarto Nacional del Espectáculo. Film que mide magnificamente su virtud neorrealista, valiéndose de los modelos más carismáticos y enternecedores que nos ofreciera el cine italiano de esa época. Y "Un ángel pasó por Brooklyn", 1957, con un espectacular reparto encabezado, además de Pablito Calvo -que nos recuerda a Bobby Driscoll-, por Peter Ustinov, Aroldo Tieri, Maurizio Arena, José Isbert, Enrique Diosdado, Carlos Casaravilla y Renato Chiantoni. Una recreación ambiental extraordinaria en la que, siguiendo el estilo de Frank Capra y de Vittorio de Sica en "Miracolo a Milano" ("Milagro en Milán"), de 1951, Vajda mostró todo su talento en esta comedia de tintes sobrenaturales cuyo protagonista es un antipático e inmisericorde administrador de fincas que se verá condenado a vivir como un perro hasta que consiga ganarse el cariño de alguien.




Y "El último cuplé", 1957, del inefable y patriotero Juan de Orduña {Madrid, 27 de diciembre de 1900-íd., 3 de febrero de 1974}, que convirtió a Sara Montiel {Campo de Criptana, Ciudad Real, 10 de marzo de 1928- Distrito de Salamanca, 8 de abril de 2013}-tras su paso por México y Hollywood-} en la primera diva del Star-System nacional. El film estuvo coprotagonizado por figuras relevantes del cine español como Armando Calvo, el joven torero Enrique Vera, Julia Martínez, Matilde Muñoz Sampedro y Alfredo Mayo. En consecuencia, nuestra cinematografía vivía amamantada por un proteccionismo estatal sin parangón con el de ninguna otra actividad industrial. Prueba de ello, y del divorcio que existía entre el público y el cine nacional, fue la famosa "cuota de pantalla" implantada en 1955, que obligaba a las empresas de distribución cinematográfica a incluir en sus lotes una película española por cada cuatro extranjeras, y a las empresas de exhibición a programar un día de película española por cada cuatro días de película extranjera. El cine español, por desgracia, estaba viviendo así en un pulmón de acero, destinado a mantenerlo en vida artificialmente.


 
 

"El Pisito", ¡aún hoy!, es un fuera de serie, un suculento regodeo cinematográfico, tan irrepetible como inolvidable. José Luis López Vázquez {Madrid, 11 de marzo de 1922-Madrid, 2 de noviembre de 2009} Mari Carrillo {Toledo, 13 de octubre de 1919-Madrid, 31 de julio de 2009} y la inolvidable "dueña del pisito" Doña Martina, interpretada por Concha López Silva,{1 de enero de 1886-1 de enero 1962} nos dejaron un extraordinario recital interpretativo, y  como  neorrealismo a la española conserva su matrícula de honor. Un  cronicón infortunado de aquellos oscuros tiempos de posguerra Ibérica, apta únicamente para curiosos impenitentes.
¡Loca y miserabilista como la España que retrata! ¡Tragedia "typical Spanish" con geniales delirios neorrealistas a la italiana, y premiada en el XI Festival de Cinema Locarno!




MARCO FERRERI, RAFAEL AZCONA Y JOSÉ ISBERT EN