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miércoles, 12 de marzo de 2025

INGRID BERGMAN y ROBERTO ROSELLINI -BERGMAN -Filmografía- -2-

 

 




 

La irrupción inesperada en 1949 del gran mito cinematográfico, como fue Ingrid Bergman, en la vida de Roberto Rossellini  cierra el primer período de esplendor del tándem formado por el director y su primera actriz fetiche que fue Anna Magnani. Ignoraremos siempre como se habría estructurado el futuro rosario fílmico entre aquellas dos personalidades arrebatadoras que contribuyeron con su unión artística a emprender uno de los más virtuosos ejercicios de lenguaje cinematográfico jamás recordado, y que en dos o tres años alcanzaron un prestigio universal sin precedentes. Si bien es cierto que la obra de Roberto Rossellini con Ingrid Bergman tampoco se resintió en el plano artístico, aunque lo hiciera en el plano crematístico, ya que sus films fueron boicoteados en EE.UU. Pero la nueva unión con la gran actriz sueca también jugó un papel especial en la historia del cine. El naturalismo inconformista de Rossellini siguió mostrando al mundo el gran testimonio de su talento innato, y su neorrealismo junto a la Bergman fue capaz, además, de crear unas imprevistas atmósferas poéticas e inquietantes gracias siempre a la rigurosa y genial originalidad con que el director italiano experimentó sus nuevas ténicas narrativas fuera del contexto de la anquilosada temática cinematográfica que precediera su llegada al universo cinematográfico. La misma Anna Magnani, que tuvo que enfrentarse varias veces a "los choques entre fans Magnanianos y Bergmannianos en la  mismísima Vía Veneto romana" no dejó nunca de admitir que "Roberto Rossellini había sido el más grande de los directores cinematográficos con el que había trabajado".














 
 
 
La unión de Roberto Rossellini con Ingrid Bergman, y la sombra de la temperamental Anna Magnani, que se interpuso entre ellos durante el primer año de aquella unión impensable entre la actriz hollywoodense y el primer gigante del neorrealismo italiano, sigue siendo todavía hoy un caso apasionante. Realmente convenció al mundo de que la realidad más inesperada, en efecto, y dentro del contexto cinematográfico y sus fantasías, podía muy bien llegar a rebasar las ficciones que hasta entonces nos fueron mostradas en la pantalla grande. ¡Ingrid Bergman, uno de los mayores mitos vivientes de Hollywood entregándose a una turbación pasional y artística por un director italiano prácticamente desconocido como Roberto Rossellini!  El carácter excepcional e independiente de Ingrid Bergman era, en consecuencia, capaz de desentenderse de las críticas de aquel otro universo chismoso de Hollywood para mirarse, contra todo lo imaginable, en el espejo de la realidad más polémica, inmolando su éxito norteamericano en aras del amor por aquel misterioso Mr. Rossellini que aportara a la actriz un nuevo sentido estético, no tan sólo en la vida real, sino en su carrera como actriz consagrada por la Meca del Cine. Y para Anna Magnani el gran trauma no fue únicamente vivir el drama que significara su ruptura con Roberto Rossellini; fueron también las perspectivas futuras de su ansiada colaboración cinematográfica con él las que se vieron violadas flagrantemente por aquella unión con la actriz sueca. La realización del film "Stromboli" había sido anunciado ya antes de la aparición de Ingrid Bergman. Iba a convertirse en la tercera muestra del gran concierto artístico que había unido a Rossellini con la Magnani. Otro hito esplendoroso, según las encuestas del año 1948, que reafirmaría definitivamente las carreras de la actriz y del director. Pero "Stromboli, terra di Dio" ("Stromboli, tierra de Dios"), 1950,  clara muestra del acentuado idealismo paracristiano de Rossellini, sería el primer vehículo triunfal para la nueva recién llegada Ingrid Bergman, acompañada por un joven e inexperto actor Mario Vitale, además de Renzo Cesana, Mario Sponzo, y Roberto Onorati. Se rodó en 1949. Pero, pese a ser la experiencia cinematográfica más interesante de aquella inicial colaboración entre la célebre pareja, la nutrida avalancha de conflictos en que se verían inmersos Rossellini y la Bergman también dio comienzo con aquella inquietante "profesión de fe en un Dios turbulento" con que se significaría "Stromboli"; película que a todas luces, según juzgaron los distribuidores de la misma, la R.K.O. en EE.UU., podría ser muy mal comprendida por el importantísimo sector más populista del espectador norteamericano, que era el que en verdad llenaba las arcas del Box-Office. R.K.O. exigió que se llevaran a cabo dos montajes distintos, uno para Europa y otro para Estados Unidos.



Aquellas discrepancias con la distribuidora hollywoodense podría favorecer el lanzamiento del no menos claustrofóbico "Vulcano" ("Volcán"), proyecto italo-estadounidense de Panaria Films con capital del Príncipe Francesco Alliata, que, con un guión de Renzo Avanzo, había dirigido el artesanal William Dieterle aquel mismo año 1949 en la isla Salina, a pocos kilómetros de Stromboli, y que Anna Magnani interpretó junto a Rossanno Brazzi y la joven actriz norteamericana Geraldine Brooks. El temperamental mito italiano, una Anna Magnani ya capaz de sobreponerse ante aquel asombroso trueque de la suerte, no dudó en mostrarse ansiosa por demostrar que la dimensión social de su potencial neorrealista podía seguir gravitando sobre la creatividad imaginativa del director que, tras convertirla en su más sagrado icono, la había abandonado.
"Vulcano" se estrenó en las salas de todo el mundo el 2 de febrero de 1950 dispuesto, pues, a rivalizar con la "legítima paternidad rosselliniana" de "Stromboli". Pese al reto que supuso competir con su predecesora "Stromboli", el esperado triunfo del film, que se asentaba preferentemente en la turbadora presencia de Anna Magnani, se enfrentó a las apasionadas tomas de posición que adoptaron los críticos de todo el mundo sobre ambas películas. Y como consecuencia de este antagonismo, su recaudación en taquilla comenzó a elevarse junto a la de "Stromboli" (infinitamente superior a "Vulcano"), y en muchos países, especialmente en Italia y EE.UU., batió considerables records de audiencias. No obstante, el éxito comercial obtenido por ambas películas estuvo más en función de la polvareda polémica y del escándalo publicitario que suscitara el abandono de la Magnani por Roberto Rossellini y su unión con Ingrid Bergman; matrimonio destinado a acabar con una dolorosa separación en 1957. Pese a todo, "Stromboli" supuso otra pieza fundamental de la nueva gramática de imágenes naturalistas creada por Rossellini, y hoy se ha convertido, al contrario que "Vulcano", en uno de los grandes patrimonios del cine universal.
 
 
 
 



 

 


Ingrid Bergman se entregó así, como inmensa prueba de amor, a rodajes infernales, consiguiendo, ya que no enriquecerse crematísticamente hablando, sí muchas de sus más geniales interpretaciones cinematográficas (papeles que, probablemente, aguardaban a la gran diva del neorrealismo Anna Magnani, y que la inolvidable romana también habría aceptado de mil amores). Las comparaciones son siempre odiosas, ya lo sabemos. Pero si la célebre y exquisita actriz sueca no hubiera aparecido por los horizontes de Cineccitá, no dudamos en que la genial Magnani, interpretándolos, nos habría dejado también un imborrable recuerdo a todos los adoradores de su grandiosidad interpretativa neorrealista.


Su matrimonio con Rossellini decayó y finalmente terminó en divorcio en 1957. El primo de Rossellini, Renzo Avanzo, estaba preocupado de que Bergman disuadiera a Rossellini de hacer películas que debería estar haciendo. A Rossellini no le gustaban sus amigos, temiendo que la atrajeran de regreso a Hollywood. Era posesivo y no permitía que Bergman trabajara para nadie más. En 1957, Rossellini tuvo un romance con Sonali Das Gupta mientras filmaba en la India.

 

 

De la unión matrimonial con Rossellini nacieron tres hijos: as gemelas Isabella [que se convertiría en actriz] e Isotta Ingrid Rossellini y Roberto Ingmar Rossellini. Además de Pia Lindstrom, nacida de su primer matrimonio con Petter Lindstöm. 

 

 

El 21 de diciembre de 1958, Bergman se casó con Lars Schmidt, un empresario teatral de una rica familia naviera sueca. Conoció a Schmidt a través de su publicista, Kay Brown. La pareja y sus hijos pasaron los veranos juntos en Danholmen, la isla privada de Lars frente a la costa de Suecia. También se alojaron en Choisel, cerca de París. Bergman viajaba con frecuencia para filmar, mientras que Lars producía obras de teatro y programas de televisión por toda Europa, y sus horarios de trabajo pusieron tensión en su matrimonio. Mientras estaba de vacaciones con Schmidt en la playa de Monte Gordo en Algarve, Portugal en 1963, justo después de hacer la película para televisión "Hedda Gabler" [que dirigió Alex Segal, con Trevor Howard, Michael Redgrave, Ralph Richardson, y Ursula Jeans], recibió una multa por usar un bikini demasiado revelador, según los estándares de modestia del conservador Portugal. Después de casi dos décadas de matrimonio, la pareja se divorció en 1975. No obstante, Lars estaba a su lado cuando murió el 29 de agosto de 1982, su 67 cumpleaños.


Tras su divorcio, Jean Renoir, el gran director francés, la requiere para interpretar la comedia  romántica "Elena et les Hommes· ("Elena y los hombres"), 1956, con Mel Ferrer, Jean Marais, Juliette Greco y Jean Richard. Bergman interpretó a una princesa polaca Elena Sorokowska atrapada en una intriga política.  Renoir la había escrito ex profeso para ella.  La película fue un éxito en París cuando se estrenó en septiembre de 1956. Ese mismo año, Bergman también apareció en la producción teatral "Tea and Sympathy" ("Té y simpatía"), de Robert Anderson, con Jean-Loup Phillipe, y dirigida por Jean Mercure.



Twentieth Century Fox había comprado los derechos de "Anastasia", que iba a dirigir Anatole Litvak. El productor ejecutivo Buddy Adler quería que Bergman, entonces todavía una figura controvertida en los Estados Unidos, regresara a la pantalla estadounidense después de una ausencia de siete años. Litvak también sintió que sería una excelente actriz para el papel e insistió en que protagonizara la película. Fox aceptó correr el riesgo, lo que la convirtió en un riesgo de taquilla para interpretar el papel principal. El rodaje se llevaría a cabo en Inglaterra, París y Copenhague. "Anastasia" contaba la historia de una mujer que pudo ser el único miembro sobreviviente de la asesinada familia Romanov. Yul Brynner sería el general intrigante, que intenta hacerla pasar como la única hija sobreviviente del difunto zar Nicolás II. con la esperanza de utilizarla para cobrar una gran herencia. "Anastasia" fue un éxito inmediato. Bosley Crowther escribió en el New York Times: "Es una actuación bellamente moldeada, digna de un premio de la Academia y particularmente gratificante a la luz de la larga ausencia de la señorita Bergman de películas encomiables".
Unas coprotagonistas de lujo fueron Helen Hayes y Martita Hunt, además de Akim Tamiroff, Felix Aylmer e Ivan Desny. Bergman y consiguió el Premio de la Academia como Mejor Actriz, por segunda vez, y recibió el David de Donatello como Mejor Actriz Extranjera.

 
En 1958 protagoniza "Indiscreet" ("Indiscreta"), una magnífica comedia romántica dirigida por Stanley Donen. En ella interpreta a una  actriz de teatro londinense, Anna Kalman, que se enamora de Philip Adams, un diplomático interpretado por Cary Grant. La película se basó en la obra teatral "Kind Sir" escrita por Norman Krasna. Los británicos Cecil Parker y Phyllis Calvert también coprotagonizaron el film.


En la película de 1958 "The Inn of the Sixth Happiness" ("El albergue de la Sexta Felicidad"), dirigida por Mark Robson, y basada en una historia real sobre Gladys Aylward, una misionera cristiana en China que, a pesar de muchos obstáculos, fue capaz de ganarse los corazones de los nativos a través de la paciencia y la sinceridad. En la escena culminante de la película, la misionera conduce a un grupo de niños huérfanos a un lugar seguro, para escapar de la invasión japonesa. El New York Times escribió: "La justificación de sus logros no se revela en otras demostraciones que las de la dulce belleza de la señorita Bergman, su actitud amistosa y su encanto conmovedor."
Se comentó en una exclusiva que Bergman hizo llorar de emoción a la mismísima Isabel reina de Inglaterra.. La película también fue coprotagonizada por Robert Donat y Curt Jürgens.

En 1959, interpreta para TV "The Turn of the Screw" ("La otra vuelta de tuerca"), según la novela de Henry James, que produjo y dirigió John Frankenheimer. Las críticas fueron muy favorables y Bergman ganó premios Emmy y Sylvania como Mejor Actriz. Intervinieron magníficamente  los actores infantiles Hayward Mose como MilesAlexandra Wager como Flora. Isobel Elsom interpretó al ama de llaves Mrs. Grose.


 
[En 1961, el gran director británico Jack Clayton la llevó a la pantalla con el título de "The Innocents" con una interpretación memorable e irrepetible  de Deborah Kerr, los niños Martin Stephens Pamela Franklin, además de Michael Redgrave y Meg Jenkins]
En 1961, la segunda producción televisiva estadounidense de Bergman sería: "Twenty-four Hours in a Woman's Life" ("Veinticuatro horas en la vida de una mujer"), dirigida por Silvio Narizzano, con Rip Torn y John Williams, y que produjo su tercer marido, Lars Schmidt. Bergman interpretó a una esposa desconsolada, enamorada de un hombre más joven al que conoce desde hace solo 24 horas.


Papel que se repitió en  "Goodbye Again" ("No me digas adiós"), 1961, basada en una novela de Françoise Sagan, y dirigida y producida por Anatole Litvak, en la que Bergman, como Paula Tessier, una decoradora de interiores de mediana edad que se enamora del joven personaje que interpretó Anthony Perkins (el eterno Hipólito de Fedra) . No obstante, ella está en una relación con Roger Demarest, un mujeriego, interpretado por Yves Montand. Paula se ve obligada de repente a elegir entre los dos hombres. En su reseña de la película, el crítico Bosley Crowther escribió:  "Bergman no logra ser  ni convincente ni interesante en su papel de amante de Perkins".
El 23 de septiembre de 1964 se estrenó "The Visit" ("La visita del rencor"), basada en la obra de Friedrich Dürrenmatt de 1956, "Der Besuch der alten Dame; eine tragische Komödie" "("La visita de la antigua dama: una trágica comedia"), la película fue protagonizada por Bergman y Anthony Quinn. Con un presupuesto de producción de 1,5 millones de dólares, la fotografía principal se realizó en Capranica, a las afueras de Roma. Bergman interpretó a Karla Zachanassian, la mujer más rica del mundo, que regresa a su ciudad natal en busca de venganza. Fue dirigida por dirigida por Bernhard Wicki, y coprotagonizada por Irina Demick, Valentina Cortese, Romolo Valli, Claude Dauphin, Fausto Tozzi, Paolo Stoppa, y Hans Christian Blech.

 

 
Intervino en la multiestelar  "The Yellov Rolls-Royce" ("El Rolls-Royce Amarillo"), 1965, de Anthony Asquith, interpretando a Gerda Millett, una adinerada viuda estadounidense que se encuentra con un partisano yugoslavo, Omar Sharif. Fue un proyecto repartido en diversos episodios, con Rex Harrison, Shirley MacLaine, Jeanne Moreau, George C. Scott, Alain Delon, Edmund Purdom, Art Carney y Roland Culver. 
 

Ese mismo año, aunque conocida principalmente como estrella de cine, Bergman apareció en el West End londinense, trabajando con el astro teatral Michael Redgrave en "A Month in the Country" ("Un mes en el campo"), como  Natalia Petrovna, una mujer encantadora y testaruda, aburrida de su matrimonio y su vida. Según The Times: "La producción difícilmente habría tenido este atractivo especial sin la presencia de Ingrid Bergman




En 1966, Bergman solo actuó en un proyecto: una versión televisiva de una hora de duración de la obra de un solo personaje de Jean Cocteau: "The Human Voice" ("La voz humana"), dirigida por Ted Kotcheff El New York Times elogió su actuación, calificándola de obra maestra. El Times de Londres se hizo eco de la misma opinión, describiéndola como una gran interpretación dramática a través de este desgarrador monólogo. 

Pese a todo, aunque las comparaciones puedan resultar odiosas, la gran diva italiana del neorrealismo Anna Magnani, la interpretó en 1948, en el film de dos sketchs "L'Amore", dirigido por Roberto Rossellini. Y sin menoscabo de la gran interpretación de una Bergman dramática y dotada de una exaltación romántica más comedida, sentimental pero que utiliza su privilegiada inteligencia más metódica y calmada entre esas punzadas de soledad a que la somete su ruptura amorosa, la versión que de aquella "voz humana" desaforadamente enamorada y abandonada por su amante nos ofreció la Magnani, de manos de Rossellini, alcanzó un inolvidable y mucho más notable sentido de la atmósfera de desesperación a que se halla sometido el personaje y del escalofriante e impetuoso carácter femenino,  al que se añade también el más insuperable, vehemente y desgarrador de los minutos finales, dotando a la interpretación de Anna Magnani [premiada con el Nastro d'Argento] de una espectacularidad tan extraordinaria como única e irrepetible frente a  las muchas que otras actrices han llevado a cabo de esta obra maestra de una hora de duración de Cocteau. 


 
 




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