domingo, 1 de septiembre de 2024

BECKET -V-

A lo largo de la historia del cine existen películas que se desdoblan en función de sus actores. Que acaban así convirtiéndose en dos películas: la que existe en la pantalla y la que el espectador recibe gracias a los intérpretes que transitan en ella. Peter O'Toole es sin duda alguna uno de ellos. Fue un actor de tal magnetismo, de tal calibre que otorgó a cada film en el que intervino una dimensión especial, más allá de sus secuencias, más allá de sus fotogramas. Cuando aparecía en la pantalla, era como si la película respirase de manera diferente mientras los espectadores dirigían su mirada al actor o al resto del encuadre en el que se movía. Su interpretación de Enrique II Plantagenet acumuló así tal potencial interpretativo, que superó con creces a su rival Thomas Becket, magníficamente interpretado también, como no podía ser de otra manera, por un segundo gigante de la pantalla como fue Richard Burton. O'Toole pasó así a convertirse en uno de los más grandes actores de la historia del Séptimo Arte. "Becket", la inolvidable obra teatral de Jean Anouilh [Burdeos, 23 de junio de 1910-Lausana, 3 de octubre de 1987] en manos del director no menos teatral como fue Peter Glenville, no opta en ningún momento por secuencias calmadas, sino que a través de ellas se vuelca en el desapacible e inquietante retrato de una ruptura entre un rey medieval y su canciller, luego convertido en arzobispo de Canterbury por su real decreto, al tiempo que nos ofrenda los extraordinarios diálogos elaborados por el gran dramaturgo francés. Diálogos imperecedoros que sostienen pasionalmente el suspense de lo que llegó a significar la terrible ruptura entre un Reino y su Iglesia. Y la obra cobra a través de ellos una intensidad tan sobrecogedora como la escena de la playa en Normandía cuando Henry y Becket se separan, tras el grito gemebundo del monarca inglés, viendo en la pérdida de su ahora declarado enemigo que el resto de su existencia sin aquella amistad que tanto llegó a significar para él, se desvanece ya de una manera definitiva. Y O'Toole se cimenta colosalmente sobre su soberbia interpretación con esa  imagen terebrante de un rey que se desangra en su interior, ya que jamás podrá recomponer esa realidad perdida de su amistad, de su amor uranista por su arzobispo, y que Becket ha transformado en "Honor de Dios". La labia engatusadora de O'Toole no es más que la escaramuza extraviada de su interna y dolorosa pasión amorosa que imagina poder calmar con el asesinato del amigo perdido. Y su corona, como rey de Inglaterra, se convierte en una terrible herida que el Dios arbitrario de su arzobispo convierte en la daga más lacerante que se cierne sobre su frente, sus sienes, y sus ojos inyectados en sangre. Peter O'Toole nos ofrenda así uno de los ejemplos más inolvidables de intensidad interpretativa. Su mirada dolorida incendia la pantalla, hasta tal punto que resulta asombroso cómo el actor dota a su personaje de toda esa encubierta carga de amigüedad homosexual, a través del movimiento tembloroso de su cuerpo, y con el hechizo de su voz al condenar a muerte a su amigo "al que amó y sigue amando" suplicando a Dios si no es ya bastante el suplicio que vive ahora en soledad.




"¿ME TOMÁIS POR UNA DE VUESTRAS OVEJAS, PASTOR SAGRADO?"

 
 
                                                                                                                                    (DOBLAJE VERSIÓN CASTELLANO)
          (Henry) "Obispo" (Obispo Folliot) "¿Qué quieres tú ¡Su Majestad! Solo y sin escolta" "El rey a pesar de eso"
"Obispo, quiero confesar" "El rey tiene su  confesor. Es una gran prerrogativa de la corte" "No, no os pongáis nervioso. No, no vengo, a pediros absolución. Tengo algo en la conciencia que me pesa más que un pecado. Un  error. Un tremendo error. Os ordené que votarais por Becket en la elección de Canterbury. Estoy arrepentido de ello"
"Me doblegué a la voluntad real" "De muy mala gana, lo sé. Me han dicho que ese compromiso os causó una grave enfermedad" "Dios me ha curado" "Ha hecho muy bien. Como lleváis su uniforme, os escucha. En cambio, a mí me ha enfermado y no mueve un dedo por mí. Tengo que curarme yo mismo" "Yo no sabia..." "Tengo sentado al arzobispo en la boca del estómago. Una bola grande y pesada que necesito vomitar"
"Creo que vos sois un hombre que puede hablar de eso. Me parece que os juzgué muy mal. Me había cegado la amistad" (Folliot se muestra satisfecho)  "¿Es que la amistad del rey con Thomas Becket ha muerto, Alteza?"
"Si, ha muerto de repente. Una especie de fallo en el corazón" "Es un curioso fenómeno, Alteza, aunque frecuente" "Sí. Ahora odio a Becket. Es un odio tan grande como vuestros celos"
"Es igual que una fiera que desgarrara mis entrañas  y que ya no soporto. Tengo que revolverme y deshacerme de ella. Pero yo soy el rey y mi posición me impide hacerlo. Necesito que alguien me ayude" (Folliot) "Mi único interés es el de la Iglesia"
(Henry se ríe) "Ah, vamos, Obispo. Estamos solos y la iglesia está vacía" "La iglesia nunca está vacía" (exclama Folliot) "Esa lamparilla roja que hay en la capilla significa que Dios está presente en el tabernáculo"
(Henry exclama sarcástico) "¿Me tomáis por una de vuestras ovejas, Pastor Sagrado? A mí me gusta jugar pero sólo con niños de mi misma edad. Ese por quien arde esa lamparilla roja hace ya mucho tiempo que ha visto lo que hay en el fondo de vuestro corazón y del mío. Sabe el odio que le tengo a Thomas Becket y cómo lo envidiáis vos. ¿Ignoráis que él lo sabe todo?" "Es curioso. Yo tenía a vuestra Alteza por un eterno adolescente atento sólo a sus placeres"
"Uno puede equivocarse, Obispo, como me ha ocurrido a mí. Por lo tanto, si se pudiera probar que Becket cometió alguna grave infracción como Canciller, por ejemplo: malversación"
"¿Qué haría la Iglesia?" "Si eso quedara demostrado pero plenamente, el episcopado podría suspender la obediencia que se debe hasta llegar el informe al Papa" "¿Y después de eso?" "¿Cómo? ¿Queréis ir más alla?" "Hasta el fin" "Siendo culpable, si es que se comprueba que lo es, sería juzgado de acuerdo a la ley canónica" "¿Y la penalidad?" "Eso tendría que decidirlo su Majestad"
Thomas!" (Folliot se enfurece) "Le amáis, ¿verdad? ¿Seguís queriéndole? ¡A ese impostor, a ese indecente sajón, a ese cerdo mitrado!"
(Henry toma al Obispo por el cuello, amenazándole) "¡Muérdete la lengua, sacerdote!. ¡Sólo te he hecho confidencia de mi odio no de mi amor" Por el bien de Inglaterra me ayudarás a deshacerme de él. Pero nunca vuelvas a insultarle en mi propia cara"



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
(Henry insiste en condenar a Becket) "Será acusado y vos haréis el papel que os corresponda" (Folliot aduce)"De acuerdo con la ley"
 
(Henry destrozado por tener que condenar a Thomas Becket, exclama al abandonar la Iglesia donde se ha enfrentado al odio del Obispo Folliot) "Os juro que escupiría si no estuviera en la casa de Dios"
 

(Becket) "Hermanos míos, como se os ha dicho vuestra presencia aquí es voluntaria. Si alguno de vosotros tiene dudas puede marcharse ahora. Gracias por atendernos"

(Becket se dirige a recibir a los delegados eclesiásticos que vienen a rogarle que no excomulgue a Lord Gilbert) "Buenos días, señores. No esperaba veros en Canterbury. ¿Aún no estáis de acuerdo con mi decisión?" "Eminencia, ¿nada podría haceros desistir?" "Sí, que el rey ordene la detención de Lord Gilbert acusado de asesinato sacrílego" (Uno de los delegados) "Habrá detención, pero no de Lord Gilbert. El Sheriff de Londres espera en la sacristía. Tiene orden de haceros comparecer ante la gran justicia del Rey en cuanto pronunciéis la excomunión"
"Es curioso. ¿De qué se me acusa? "De malversación" "El Rey ha descubierto que desapareció mucho dinero de la tesorería durante vuestra administración como Canciller" "¿Cuánto?" "Cuarenta mil libras de oro" "Jamás ha habido tanto oro en la tesorería"
"Os suplico que no lo hagáis. Eso dividiría a la Iglesia y al Estado durante una generación" "No, el Reino de Dios se ha de defender como cualquier otro reino" "Dios se ocupará de que sobreviva" "Señores, es una suprema ironía que el mundano Becket, el disipado y libertino, tenga que ser el que se halle aquí en este momento"
"Pero aquí está contra su voluntad, porque el Rey acertado o equivocado decidió echar el peso de la Iglesia sobre mí, y ahora tengo que llevarlo. Me armé de valor y eché esa preciada carga sobre  mis hombros. Nada  podrá hacer que me desprenda de ella. Ahora Señores, con vuestro permiso"

"Lord Gilbert, Barón de Inglaterra por la gracia de su Majestad, el Rey Henry II, secuestró a un sacerdote de la Santa Iglesia e ilegalmente lo retuvo prisionero. Además, en presencia de Lord Gilbert y por su mandato sus hombres lo apresaron de nuevo cuando intentó escapar y le dieron muerte"

 
"Esto es pecado de homicidio y sacrilegio. Dado que Lord Gilbert no ha hecho acto de contrición ni arrepentimiento, y se halla actualmente en libertad en el país, lo declaramos desde ahora apartado del precioso cuerpo y sangre de Jesucristo, y de la comunidad de todos los cristianos"
 
"Lo excluimos de nuestra Santa Madre Iglesia, y de todos sus sacramentos tanto en la tierra como en el cielo. Lo declaramos excomulgado y anatematizado. Lo arrojamos a las tinieblas externas. Lo juzgamos y condenamos con el demonio y sus ángeles caídos, y con todos los réprobos al fuego eterno y a sufrir su constante padecer. (Todos los frailes a la vez) "¡Que así sea!"
(Tras la excomunión de Lord Gilbert, Becket se dirige a la sacristía donde le aguarda el sheriff de Londres con el mandato de arresto por parte del Rey)
(Sheriff de Londres) "Como Lord Sheriff de Londres tengo orden de citar a vos, Thomas Becket, al tribunal del Rey para responder a los cargos aquí contenido y sellados con el sello real"

                           "BUENA JUGADA, THOMAS!"                                                                                                     

 
"Yo, Robert de Beaumont, Duque de Leicester, Gran Justicia del Reino, cito ahora a Thomas Becket a esta corte de Ley por tercera y última vez. Thomas Becket, adelantaos" (Leonor, con satisfacción) "Está perdido" (Henry) "Sí" "Por fin" "Os prohibo que estéis contenta" "¿Por ver perecer a vuestro enemigo?. ¿Por qué no?" "Becket es sin duda mi enemigo, pero en la balanza humana, traidor como es y desnudo como vino al mundo vale tanto como 100 veces vos, señora, con vuestra corona y vuestras joyas y vuestro augusto tío el emperador encima"
 
"Ahora estoy obligado a combatirle y aplastarlo, pero al menos me dio a manos llenas todo aquello que es bueno en mí, y vos nunca me habéis dado nada salvo vuestra defensiva mediocridad y vuestra inacabable obsesión, con vuestra enclenque persona y a lo que vos creiáis que era debido, ¡por eso os prohibo que sonriais bientras Becket es destruído" "Os di mi juventud y vuestros hijos" ¡Aborrezco a todos mis hijos!"
 
"Y en cuanto a vuestra juventud, esa flor marchita prensada entre las páginas de un misal desde que teniais doce años, con su sangre aguada y su aroma a rancio e insípido, podéis despediros de ella sin lágrimas"
 
"Vuestro cuerpo era un desierto vacío, Señora, en el cual el deber me obligó a vagar solo. Pero nunca habéis sido una esposa para mí. Y Becket era mi amigo con sangre en las venas, generoso y lleno de fuerza. ¿Oh, mi buen Thomas!"
 
(La reina madre) "¿Y yo? Supongo que no os he dado nada" "La vida, sí. Gracias. Pero después de eso nunca os vi excepto en un corredor cuando ibais a un baile, o con vuestra corona y vuestro manto de armiño diez minutos antes de las ceremonias oficiales cuando estabais obligada a tolerar mi presencia. ¡No, nadie en esta tierra me ha querido nunca, excepto Becket!" "Llámale de vuelta, entonces. Absuélvele, si le quieres. Devuélvele su poder, pero haz algo" "Ya lo hago. Aprender a estar solo"
(Se oye la voz de Robert de Beaumont citando de nuevo a Thomas Becket que aparece en lo alto de la escalinata)
(Robert Beaumont lee el edicto real) "Por la autoridad  que me ha sido concedida, yo Robert de Beaumont, siervo de la corona acuso ante este consejo a Thomas Becket de los delitos... (Becket le interrumpe) "Robert"...
"Os acuso Thomas Becket..." "Robert de Beaumont escuchadme, por el bien de vuestra alma que se halla en grave peligro.. Todos los de esta asamblea sabéis con cuanta devoción he servido a mi Señor el Rey. Fue él quien deseó que yo fuera Arzobispo, y tan sólo acepté por amor a él. Soy inocente de cualquier maldad durante mi administración del tesoro del Rey como Canciller, o en cualquier otro momento"
 
"Por tanto, rehuso pedir clemencia por estas falsas acusaciones. Yo seré juzgado únicamente por el Papa al cual, ante todos vosotros apelo ahora y me coloco yo mismo y a mi Iglesia bajo su protección. Como cabeza de la Iglesia de Inglaterra y como su padre espiritual os prohibo que me juzguéis"


"Os ordeno a vos y a cuantos quieran acusarme que guarden silencio bajo pena de poner en peligro vuestras almas inmortales"
"Buena jugada, Thomas" (El obispo Folliot increpa a Becket) "¿Creéis  que podréis continuar indefinidamente con esto, bobo?" (Beket aduce) "Todos somos bobos de Dios" Becket! (un barón lo amenaza) "¡Sois un farsante! ¡Sois un traidor!" "¡Envainad vuestra espada antes de que ensartéis vuestra alma con ella!"


 
(Henry entre carcajadas exclama) "Es divertido, es muy divertido. Los ha hecho picadillo. ¡Estoy rodeado de idiotas! ¡Becket es el único hombre inteligente de mi reino, y está contra mí! ¡Jajajaja!"
(Llegan Robert de Beaumont y el obispo Folliot) "Vuestra Alteza, fue imposible... (se excusa Beaumont) (Henry exclama) "¡Cállate! Ponte en pie. ¿Le has oído? Apelará al Papa"
Si consigue que el Papa le escuche, Obispo, podemos encontrarnos el reino entero bajo interdicto Papal. Yo mismo podría ser excomulgado" (Folliot duda) "Pero, Vuestra Alteza, yo no creo que..." (Henry fuera de sí) "¡No me importa lo que vos creais!"
"Becket no debe cruzar el canal. El Rey Luis de Francia sería el primero en ayudarle hasta llegar al Papa. El Arzobispo no debe abandonar Inglaterra. Ocupaos de ello. A partir de ahora, Obispo, esto será una guerra abierta"





[Thomas Becket ayudado por algunos de sus seguidores y el fiel fámulo John logra abandonar Inglaterra, cruzando el canal con rumbo a Francia]

LUIS VII DE FRANCIA


(Un barón francés) "Majestad los embajadores ingleses extraordinarios insisten en que comunique sus saludos" (Luis VII) "Ya lo habían hecho. Les veré cuando esté listo. Ese es mi trabajo" (Barón) "Desean llamar respetuosamente vuestra atención, Sire, hacia el hecho de que llevan tres días esperando"
"Que esperen, ese es su trabajo. A los embajadores se les paga para que paseen por las antesala especialmente en estos tiempos de paz insegura" "Pero tienen un comunicado urgente de Henry de Inglaterra, Sire" "El rey de Inglaterra y sus embajadores pueden ir a ahogarse en lo que ellos impertinentemente llaman su Canal Ingles"
"Pero, Vuestra Majestad, la extradición de un criminal es un deber de cortesía de una cabeza coronada a otra" "Querido mío, las cabezas coronadas son libres de jugar jueguecitos de cortesía, pero las naciones no se deben nada" (Luis pierde la partida de ajedrez por la interrupción de su barón)" "¡Oh!, está bien, que pasen. Que pasen" (Al sastre que le está confeccionando un nuevo atuendo) "No, tú puedes quedarte, los embajadores pueden compartir nuestra atención con nuestro sastre"
"Eso demostrará a los ingleses con precisión el estatus social de nuestra corte" "Permitidme que os presente, Vuestra Majestad, a los dos enviados extraordinarios de su Alteza, Henry de Inglaterra. Su Ilustrísima, el Obispo de Londres, y Robert de Beaumont, Duque de Leicester"
 
"Bienvenidos, Señores. ¿Recién llegados desde Inglaterra? ¿Qué tal está nuestro buen Rey Henry?" (Folliot) "Estaba bien, Su Majestad, cuando le dejamos hace dos semanas" (El Rey Luis se hace el sorprendido) "¿Dos semanas para cruzar el Canal, Caballeros?" "Hemos estado esperando a Su Majestad durante tres días" "¿Por qué no he sido informado? Girot" "¿Su Majestad?" "Ved lo que tengo que aguantar. Pero quizás pueda compensaros. Permitidme que os provea con algunas prendas francesas elaboradas por este artesano nuestro".
"No le llevará más de dos semanas" "Lo agradecemos, Su Majestad, pero tenemos asuntos urgentes en Roma" "Qué pena. Bueno, ¿hay algo más que pueda hacer por vos?"
"Deseo entregaron un mensaje de Henry, Rey de Inglaterra a su amigo Luis, Rey de los franceses" "Somos todo oídos" "Desea que sepais..." "Oh, un momento. Sí, podéis continuar" "Desea que sepais que Thomas Becket, Arzobispo de Canterbury, ha sido hallado culpable de traición, y ha huido inmediatamente de su reino"
 
"Por tanto, os ruega que no permitáis a este criminal que resida en vuestros territorios, ni permitáis que ninguno de vuestros vasallos le dé consejo o ayuda. Solemnemente declara que vuestros enemigos no recibirán nada de él, ni de sus súbditos".
"Henry, Rey de Inglaterra, Duque de Normandía" (Folliot entrega a Luis de Francia el pergamino sellado por Henry)
"Caballeros, hemos escuchado con la mayor atención la cortés petición de vuestro soberano, y en breve redactaré una respuesta formal a la misma. Mientras tanto, sin embargo, sólo podemos expresar nuestro estupor. Ninguna noticia nos ha llegado sobre la presencia del Arzobispo de Canterbury en nuestros dominios" (Miente el Rey Luis) (Folliot aclara) "Pero, Sire, hemos sabido que se halla en vuestros dominios. Se ha refugiado en la Abadía de San Martín" "Mi Señor Obispo, nos congratulamos de que haya algo de orden en nuestro reino. Si él se encontrara allí, habríamos sido informados con toda seguridad"
(Luis de Francia despide a los enviados de Inglaterra que viajan a Roma convencidos de que el Soberano francés les ha mentido)
(En efecto, Thomas Becket se halla en Francia ahora bajo la protección de Luis VII que requiere su presencia en palacio)
"Traed a Thomas Becket. (Becket se arrodilla ante Luis de Francia)"Alzaos, Thomas Becket y saludadnos como Primado de Inglaterra. Una reverencia habría sido suficiente, y, si conozco mi protocolo, a vos os corresponde una ligera inclinación de cabeza por mi parte. Ya está"
"También debería de besaros el anillo si esta fuera una visita oficial, pero me da la impresión de que no lo es" "No, Sire. Estoy exiliado" "Ese también es un título importante en Francia. Me han dicho que sois alguien peligroso" "Me temo que sí, Sire" "Qué encantador. Lo hablaremos en privado. Disfrutamos del peligro, Becket, nos mantiene con vida. ¿Valoráis la franqueza?" "Sí, Sire" "Pues dejadme deciros que si fueráis un oficial francés yo mismo os habría metido en prisión"

 
"Sin embargo, por el momento nos complace ofreceros nuestra real protección" "Os lo agradezco humildemente, Majestad. Pero estoy obligado a deciros que no puedo comprar vuestro favor con ningún acto hostil hacia mi país" "Nos hacéis una injusticia, eso se sobreentendía. Sin embargo, creo que en el pasado no os resultaba desconocido el arte de los manejos políticos" "Eso es cierto, Sire" "Bien, hablando con franqueza, nos venís al pelo para nuestra partida de ajedrez. Inglaterra se está dividiendo entre el bando de Henry y el bando de Becket, y eso nos resulta admitible, pero, siempre hay un "pero", como seguro que sabréis" "Lo sé" "Soy responsable únicamente de los intereses de Francia, Becket. Por desgracia, no puedo permitirme cargar también con los del cielo"
Por el momento, me conviene dar cobijo a cualquier fugitivo de la corte de Henry. Su reciente impertinenecia en la reclamación y captura de algunas de nuestras ciudades fronterizas debe de seros bien conocida, Thomas, puesto que tuvistéis un papel más que destacados en varios de estos encuentros"
 
"No obstante, en cosa de un mes es posible que mis tratos con Henry requieran una táctica diferente. Incluso podría verme obligado a pediros que abandonaráis Francia" "Confío en tener una solución para semejante dilema. Tengo la intención de dirigirme a Roma para exponer mi caso ante el Santo Padre si vos me concedéis un salvoconducto" "Lo tendréis, por supuesto. Vos sois el invitado ideal. Pero permitidme que os dé un pequeño consejo" "Os lo agradecería" "El Papa es el hombre más santo, pero como otros tantos personajes nobles se halla rodeado de hombres de categoría algo inferior. Necesitan dinero y puede que el Rey Henry esté deseoso de proporcionárselo. Mantened los ojos abiertos" "Lo haré" "Pero, permitidme que os muestre mi pajarera"
 
 

 
 
[Thomas Becket y el hermano John logran llegar a Roma y aguarda ser recibido por el Papa. Mientras tanto el Obispo Folliot  y Robert de Beaumont han acudido antes para ofrecer dinero al Pontífice de parte de Henry de Inglaterra con el fin de que Becket no sea atendido por el Papa. Los cardenales que se hallan también aguardando audiencia murmuran sobre el Arzobispo de Canterbury a quien tildan de parecer demasiado sincero y eso resulta peligroso para la hipocresía Curial] "Ese tal Becket peca de un exceso de sinceridad" "Una práctica que resulta muy desconcertante" "Fruslerías. La sinceridad es una forma de estrategia como otra cualquiera"
"Yo mismo la he usado en algún aprieto" El problema es que si tu oponente empieza a ser sincero al mismo tiempo que tú. el juego se vuelve terriblemente confuso" "Shh" 



(El cardenal Ambelli -Gino Cervi-habla con el Pontífice) "Os lo aseguro, Vuestra Santidad, es una cuestión sencilla" (El Pontífice-Paolo Stoppa) "No, no, no, Ambelli, no estoy de acuerdo, es imposible" 
"Si aceptamos el dinero del rey Henry posiblemente no puedo recibir a Becket(Ambelly insiste) "Recibid el dinero del Rey, muy Santo Padre, y recibid también al Arzobispo. Lo uno neutraliza lo otro" "¿Sabéis lo que dicen que Becket va a pedirme?" "No, Santo Padre" "Ambelli, no os hagáis el zorro conmigo. Fuisteis vos quien me lo contó" "Os pido perdón, Santo Padre. Lo había olvidado, o quizás, como Vuestra Santidad me hizo la pregunta creí que lo habiais olvidado, así que me arriesgué..." "Ambelli, si empezáis a divagar sin ningún propósito estaremos aquí toda la noche. Bien, traedle"


(Un secretario papal) "Su Santidad os recibirá ahora"
(Becket) "Lamento ser inoportuno, Vuestra Santidad, pero el tiempo se agota y mi causa afecta a la mismísima vida de la Iglesia en Inglaterra" (Pontífice) "Lo sé, lo sé, y vuestra causa es digna, pero sin embargo, Becket, la Iglesia debe buscar una existencia pacífica dentro de la trama del Estado" "Lo he intentado con desesperación, Vuestra Santidad" "Precisamente, Becket. Sois nuevo al servicio de Dios, y quizás por esa razón fuisteis de algun modo irreflexivo y desmedido en vuestros métodos".
"Habéis demostrado vuestra valía moral, pero también habéis dividido a la Iglesia de Inglaterra en dos bandos, y eso es lamentable" "Santo Padre, me temo que eso es cierto, lo cual me provoca una gran agonía"
"Si soy culpable, si mi juicio fue erróneo, me arrepiento de todo corazón" "Por desgracia eso no resuelve el problema" "Santo Padre, relevadme del título de Arzobispo, dejadme ser un simple sacerdote" (Ambelli) "Está bien, hecho" "Ambelli"
"¿Por qué pedís esto" "Así, Vuestra Santidad podría tomar una decisión libre y abierta. La protección de mi posición como cabeza de la Iglesia Inglesa podría resultar ser una vergüenza de la cual me gustaría poder liberaros"

"No, eso significaría nuestra rendición total al estado. Mantendréis vuestro estatus de Arzobispo, pero os mantendréis, por ahora en un retiro monástico. ¿Dónde deseáis que os enviemos?" "A la Abadía de San Martín, en Francia. Os pido tan sólo que a mi antiguo sirviente el hermano John, se le permita acompañarme" "Por supuesto. Que Dios os conceda paz. Thomas Becket"
(Ambelli se muestra desconfiado con la humilde sinceridad de Becket) "Obviamente, ese hombre es un abismo de ambición. ¿Cuánto tiempo de retiro?"  (El Papa asegura) "Un retiro muy largo" (Ambelli ironiza con la característica ironía bien acomodada y alimentada de los cardenales católicos) "Yo no contaría con ello. Esperad a que pruebe la comida del monasterio" (El Pontífice sonríe con sorna)



(Hermano John) "Parecéis preocupado. ¿Algo va mal?" "No, hermano John" "¿Sois infeliz aquí?" "No, tal vez soy demasiado feliz"
"¿Puedo ayudaros?" "No, sólo Dios puede ayudar. Señor"
 
"¿Qué quieres que haga realmente? Permanecer aquí como un pobre monje en la simplicidad del espíritu. ¿Es un camino para llevarme más cerca de ti? ¿O es un camino demasiado fácil, puede que incluso un lujo? El camino a la santidad en este monasterio es demasiado descansado. Creo que sería demasiado fácil comprarte de este modo"
"A precio de ganga. Te complació convertirme en Arzobispo y colocarme como un peón solitario cara a cara con el Rey en el tablero de ajedrez. Creo que esperas de mi que defienda tu honor, pacíficamente, si puedo, con argumentos y compromisos, y si no pudiera, entonces con todo el desafío de mi cargo y la elevada fortaleza de lo que sé que es justo.
"Así pues, volveré a colocarme la mitra y la capa dorada, y la gran cruz de plata y regresaré, y combatiré con las armas con las que has tenido a bien dotarme. Todo lo demás que sea como deseas"






 







       HENRY II PLANTAGENET, REY DE INGLATERRA: 

                        ¡EMOTIVAMENTE MAJESTUOSO!

































 























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