sábado, 6 de julio de 2024

The Man Who Never Was (El hombre que nunca existió) -Final-


 

 



Hitler y sus Ministros están convencido de que los documentos son auténticos, aunque el almirante Wilhelm Canaris (Wolf Frees), jefe de la Abwehr, se muestra escéptico. Astutamente, los alemanes, aconsejado por Canaris, envían a Londres a un espía irlandés, Patrick O'Reilly (Stephen Boyd), para tratar de investigar la existencia auténtica del fallecido portador de los documentos William Martin.

                                                 El turista irlandes Patrick O'Reilly llega a Londres.

O'Reilly llega a Londres y entra en contacto con espías infiltrados en Inglaterra, como el taxista (Cyril Cusack) que tras su llegada de llegada en el ferry de Dublín, lo recoge en la estación de Paddington y le da instrucciones por si fuera descubierto y tuviera que huir de Londres.
 

Se aloja en una habitación a las afueras de la ciudad y allí, con la radio transmisora con el alto mando alemán dará comienzo a sus pesquisas sobre la existencia del Mayor William Martin.

Acude primero a la tienda donde se supone que el joven marino compraba sus camisas, una de las cuales llevaba la etiqueta de la centro de venta londinense.
 
O'Reilly se dirige luego al Club Naval y Militar para indagar si William Martin ha sido socio del mismo. Pero su nombre no aparece en los registros, pese a que hay muchos Martin inscritos.

El siguiente paso de O'Reilly es investigar la cuenta bancaria del fallecido, pero esta vez se valdrá de un teléfono público a fin de evitar posibles sospechas del Banco si se presenta allí en persona. En efecto, el director del Banco, Sr. Emberton, está al tanto de la operación de Montagu, y la llamada preguntando por Martin lo pone en alerta. Habla con O'Reilly para entretenerlo y localizar el lugar desde el que llama, mientras hará saber a Montagu que alguien extraño está preguntando por William Martin.
Montagu acude a la llamada del director del Banco, que le informa haber quedado con el misterioso sr. Phillips a las 2,15. Pero Montagu desconfía que el misterioso personaje se persone en la entidad bancaria, aunque, ayudado por la policía de Scotland Yard, esperará, aun a sabiendas de que debe de tratarse de algún espía nazi infiltrado en Inglaterra para cerciorarse sobre la existencia verídica de Martin, y comunicar a Berlín si el personaje es o no "genuino"

O'Reilly sigue un tanto desconcertado y revisa ahora la copia de la carta de la novia de Martin e incluso su foto, puesto todo ello a su disposición por las autoridades de Berlin. Y decide visitar el apartamento de  Lucy Sherwood como último intento para averiguar la autenticidad de la existencia del Mayor. Llama pero nadie contesta, la señorita Pam no ha llegado todavía y O'Reilly decide aguardar la llegada de Lucy oculto en la escalera

                                       UNA NUEVA VÍCTIMA DEL MAR: JOE, EL PROMETIDO DE LUCY

 

                            Lucy Sherwood recibe una llamada: la más terrible de las noticias: Joe ha caido.


 

Pam llega al apartamento sin conocer la noticia de la muerte del prometido de Lucy. Y cuando, una vez en el interior, se presenta ante ella O'Reilly recibe un susto mayúsculo.  O'Reilly conocía el apartamento londinense de las muchachas debido a la carta de Martin, y aparece haciéndose pasar por un viejo amigo del fallecido marino. Pam comprende que el desconocido es un posible espía alemán, y se siente atrapada por la falsa historia de amistad, dado que como secretaria que ha vivido todo el proceso de la operación llevada a cabo por Montagu, no sabe como obviar ante el espía la realidad de los hechos acaecidos y la falsedad de la operación de engaño llevada a cabo contra el ejército de Hitler.


 

Pero la misma mañana que O'Reilly se ha presentado en el apartamento, Lucy Sherwood, locamente enamorada del piloto de la RAF (William Russell),  ha recibido la noticia de que ha muerto en combate. Pam se halla aterrorizada temiendo que Lucy pueda descubrir el engaño El dolor de Lucy es tan profundo, que sin nombrar al verdadero Martin y refiriéndose a su última carta de amor, saluda destrozada: "Ah, lo siento. Ignórenme, sólo estoy de paso" "¿Es usted la señorita Lucy Sherwood?", inquiere O'Reilly. "Exacto. Vamos, ¿es que no tienes modales, Pam? Preséntame a tu amigo tan apuesto" "Lucy, este es el Sr. Patrick O'Reilly" "Hola" "El sr. O'Reilly vino a preguntar por William Martin" "¿Willie Martin? ¿Mi queridísimo Willie? Es inútil preguntar por él, señor. Willie Martin no existe. O al menos está muerto, que es lo mismo. Es cierto, ¿no? Es verdad. Está muerto, así que no existe. Es así con todos estos muchachos. Hoy están aquí y mañana se han ido. ¿Qué tiene de real eso?" "Sentí mucho enterarme de su muerte"

"¿Y por qué lo sentiría? No estaba enamorado de él ¿verdad? No le dio un anillo a usted. Nunca me lo puse. Y ahora nunca me lo pondré"

 

"¡Nunca! ¡Jamás!" "Lo conocí de chico en Cardiff" -(miente O'Reilly, imaginando que la Sherwood está interpretando una falsa conmoción)- "¿De veras? Y seguro que conocía a su padre también. A su madre, a su hermana, y a toda la tropa. Pues yo no. Sólo eran fotos. Las fotos de siempre, con la gente luciendo como luce la gente. Pero nunca los conocí. De hecho, apenas lo conocía a él. Tres meses. ¿Cuánto tiempo es eso? Y sin embargo, lo conocía lo bastante bien. Y luego, me lo quitaron, y lo mataron en el mar. "Hundiéndose, hundiéndose en el mar, perdido para la eternidad en la mar océana"

 

"Tennyson. ¿Conoce a Tennyson? ¿Por qué debería? ¿Por que debería conocer yo a Tennyson? Casi lo logró. Cariño, fuiste un sueño. Siempre lo temí"

 

"¡Siempre lo temí!... "Lucy, querida, creo que deberías ir a acostarte" "¿Acostarme? ¿Para qué? Tengo tiempo de sobra para acostarme. Años y años sin otra cosa que hacer, y ningún sitio al que ir. Todo frío y acabado. ¿Por qué no se van todos y me dejan en paz?"

"¿Esta bien?" "Sí, creo que sí. Pero de veras debo acostarla" "Perdón por importunarla. Ya tiene mi dirección." "Sí"
 
El dolor real de Lucy parece haber convencido al espía O'Reilly.de que el fallecido era en realidad su enamorado marino William Martin. No obstante, la sombra de la duda permanece y O'Reilly insiste en la  dirección que ha dado a Pam. Sabe que si la policía va en su busca y lo captura, William Martin no será considerado como "genuino" por el gobierno alemán. Pam no duda ni por un instante en avisar a su superiordel incidente. Montagu exclama una vez en el apartamento: "Se lo sabía al dedillo ¿eh?" "Si lo de Cardiff y todo lo demás. Esta es la dirección que me dio" "¿Qué aspecto tiene?""Alto, moreno, acento irlandés, apuesto, unos 30 años" "Quiero comunicarle esa descripción al general Colbourne"




 

O'Reilly está en comunicación radial con sus contactos alemanes, a los que indica que en caso de no enviar un siguiente mensaje que verifique la identidad del marino muerto, los militares ingleses, sabiendo que se trata de un espía nazi, le detendrán con toda seguridad aquella misma noche. O'Reilly aguarda a la policía militar y al mismo Montagu acaben por detenerlo. Ello significaría sin lugar ya a dudas de que los documentos y el mismo Martin no eran más que un fraude de la inteligencia británica.



 

 

Mientras Montagu, el general Coburn (Michael Hordern) de la rama especial de Scotland Yard y sus agentes de policía se dirigen de inmediato al apartamento de O'Reilly que, ya entrada la noche, tiene preparada la radio para dar el "sí" o el "no" a la operación de los mandos ingleses. Pero Montagu se da cuenta de por qué O'Reilly dejó su dirección a la angustiada  Lucy Sherwood, y convence a Coburn, que se muestra reacio a aceptar la inteligente decisión de Montagu, de que proceder ahora a la detención del espía irlandes enviado por los nazis, sería un gran error, dado que con ello saldría a relucir que la Operación Carne Picada no se ha tratado más que de un bien tramado engaño militar a los alemanes.
 
 
 
O'Reilly observa desde su ventana, y espera la aparición del cuerpo militar y la policía de Scotland Yard, que, cerca del apartamento, se han ocultado sin dar la menor señal de su presencia.

           Así, cuando no se produce el arresto que O'Reilly aguarda, éste envía un comunicado a Berlín "¡Martin genuino!"
Mensaje radial con el cual los ejércitos de Hitler acabarán por transferir la mayor parte de sus fuerzas con base en Sicilia a Grecia. Dicha operación alemana ayuda a que la invasión aliada de Sicilia sea finalmente el éxito esperado.

Después de la guerra, Montagu recibe varias condecoraciones y premios por su servicio en tiempos de guerra, incluida la Orden del Imperio Británico (OBE).

Visita entonces la ciudad de Huelva, en España, y acude al cementerio donde se halla sepultado William Martin tal como prometió al afligido padre del mismo, y deja su medalla OBE en la tumba del muchacho, "el hombre que nunca existió"

 
Josephine Griffing - Clifton Webb - Gloria Grahame- Robert Fleming-  and Stephen Boyd                                                                                

 






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