
























La copla : "Three Sweethearts Have I" en inglés, delirio con clavel reventón en peineta y lentejuelas, un placer de orgasmo. ¡¡Oirla para creerlo!! Únicamente Marlene Dietrich se pudo atrever a tanto. ¡Sternberg, hummm, la convirtió, pues, en la Afrodita de la copla! Folklore andaluz "made in Hollywood" para la eternidad. Habría que esperar a Rita Hayworth y su "Carmen" para volver a disfrutar tanto con las andaluzadas americanas.





[Nacida el 27 de diciembre
de 1901 en "Leberstraße 65" -barrio de Rote Insel en Schöneberg, hoy distrito de Berlín- Fallecida en su piso de París el 6 de mayo de 1992 de insuficiencia renal a la edad de 90 años]


La pequeña Magdalene fue apodada familiarmente "Lena" y "Lene". Y la actriz aseguró que a los 11 años ya había decidido combinar sus dos primeros nombres para formar definitivamente el nombre "Marlene". Entre 1907 a 1917 asistió, junto a su hermana, al colegio de niñas berlinés "Auguste-Viktoria", graduándose
en 1918 en la "Victoria-Luise-Schule" (hoy convertido en "Goethe-Gymnasium") en Berlín-Wilmersdorf. Estudió violín, aunque ya desde su adolescencia se sintió atraída por la actuación teatral. Una lesión en la muñeca le impediría
convertirse en violinista de concierto. Contratada, no obstante, en 1922, para tocar el violín en una sencilla orquesta de foso para películas mudas en un cine de
Berlín, fue despedida a las cuatro semanas.


En 1923 aparece por primera vez en la pantalla en un papel insignificante en "Der kleine Napoleon" ("El pequeño Napoleón") de Georg Jacoby, como la joven Kathrin, junto a Paul Heidemann que interpretaba a Jérôme Bonaparte y a Egon von Hagen como Napoleón Bonaparte. Cuando interviene en "Tragödie del Liebe" ("Tragedia de amor"), también de 1923, dirigida por Joe May, junto al famoso Emil Jannings.






Su gran oportunidad para alcanzar la gran cota de estrellato que tanto esperaba le llegó con su papel de Lola Lola, una cantante de cabaret que causaba la destrucción moral y social de un pobre maestro de escuela hasta entonces respetable (interpretado por la gran estrella masculina del cine alemán Emil Jannings), en la producción de la "UFA" de "Der Blaue Engel" ("El ángel azul"), 1930, filmada en los estudios de cine de "Babelsberg". y dirigida por el que se convertiría en su mentor indiscutible Josef von Sternberg, a quien, posteriormente, se atribuyó el mérito de haber "descubierto" a la auténtica y mítica, a partir de entonces, Marlene Dietrich. La película presentó La canción insignia de Dietrich en la película fue "Ich bin von Kopf bis Fuß auf Liebe eingestellt" ("Falling in Love Again-Can't Help it"), que grabó para "Electrola" y luego hizo más grabaciones en la década de 1930 para "Polydor" y "Decca Records".





















En realidad, Helen, casada con Edward Faraday, un abnegado científico muy entregado a su trabajo, pero cuya situación económica es poco acomodada, había sido cantante de cabaret. Durante un viaje a Alemania,
Edward enferma de gravedad debido a sus investigaciones. Su cura exige un costoso tratamiento imposible de pagar por el poco boyante matrimonio. Y Helen, a escondidas de su marido, decide volver a su antiguo trabajo de cabaret con la única idea de sufragar los gastos para el tratamiento del enfermo. Edward se recupera, pero cuando descubre que Helen ha trabajado de nuevo como cantante, decide separarse de ella y arrebatarle la custodia de su hijo, el pequeño Johnny. Helen, desesperada huye con su hijo en condiciones adversas. Finalmente, obligada a separarse del niño, se traslada a París con el dandy Nick Townsend, donde retoma las actuaciones con enorme éxito. Pero cuando decide volver con Nick a los EE.UU., Helen no podrá
resistir la necesidad de reunirse con su familia (un clásico "happy-end" impuesto por "Paramount") Dietrich se permite componer un personaje atormentado, sin echar mano del "overacting" tan acusado de la época. Se adentra en la senda del melodrama, y es capaz de dejarnos disfrutar de nuevo de la fascinación y hermosura de su tiempo de cabaret, pero para sugerirnos también, de forma asombrosa, una contención tierna y estremecedora sobre el dolor femenino más encubierto en su faceta de madre a quien se le arrebata inmerecidamente un hijo








