En cualquier instante de este conmovedor "Fuori dal mondo" se nos muestra, para gozo de nuestros sentimientos más profundos, la total
apreciaciónsobre el comportamiento del
pequeñocomponente humano con que se
trazan en la película sus personajes, insólitamente, tan lúcidos,
tan verdaderos, intentando salvarse de sí mismos, pero salvando a los otros, y
empezando de nuevo cuando ya parecían decididos a acabar, y volviendo a “ser”,y a "sentirse", para que el film siga conmoviéndonos hasta lo más hondo de nuestro
ser. Y así, cumpliendo los más bellos requisitos de la comunicación humana,
también puede romper otros cuantos sentimientos que, contrariamente, logran aumentar la efectividadde nuestros no menos supuestos defectos.Por todas estas cosas, solas, ya vale la pena,
¡y mucho!, no perderse la visión de esta extraordinaria película. Y hay un lenguaje,
minuto más, minuto menos, de autentica cordialidad y sencillez, de gozo supremo en lo que estamos
viviendo ante la pantalla y sus imágenes; y unas descripciones unas veces fáciles y otras difíciles para
mostrarnos dónde están "cada uno" con "cada uno". "Fuori dal mondo" se
convierte así en un majestuoso ritual de una no menos majestuosa dosis
de ternura; de todo un mundo de los que creen hallarse fuera de él, pero
que no
pueden obviar las sensaciones más emotivas en sus encuentros y en sus
actos;
en sus sensaciones vivas de esperanza y hasta de desesperación que nos
convierten en
cómplices y víctimas de las mismas, y que, mayormente, casi siempre
parece que tenemos olvidadas. Y por
ello mismo, asistimos a un nuevo aprendizaje de formas de mantenernos
ansiosamente más y más llenos de vida aunque también, más de una vez,
tantos y tantos hallamos creído hallarnos "fuera del mundo"
MEJOR GUION: GIUSEPPE PICCIONI, GUALTIERO ROSELLA Y LUCÍA ZEI
MEJOR PRODUCTOR: LIONELLO CERRI
MEJOR DIRECTOR: GIUSEPPE PICCIONI [CANDIDATO]
MEJOR ACTOR DE REPARTO: SILVIO ORLANDO [CANDIDATO]
MEJOR BANDA SONORA: LUDOVICO EINAUDI [CANDIDATO]
MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA: MARGUERITA BUY
MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: GIULIANA LUJODICE
MEJOR GUION: GIUSEPPE PICCIONI, GUALTIERO ROSELLA Y LUCÍA ZEI
MEJOR FOTOGRAFÍA: LUCA BIGAZZI
MEJOR SONORIDAD EN DIRECTO: AMEDEO CASATTI.
GRAN PRIX OF THE JURY
MEJOR FILM Y PREMIO DE AUDIENCIA.
CANDIDATA AL OSCAR DE HOLLYWOOD COMO MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA.
Suor Caterina propone a Ernesto, el dueño de la lavandería, tras haberla acompañado en el tranvía, que vaya con ella a ver al bebé. Ernesto se mantiene indeciso y no lo hace. Caterina
no deja de visitar al pequeño, e interiormente siente que un
sentimiento desconocido de maternidad nace en su interior cada vez que
se presenta en el hospital, y casi temiendo que muy pronto el bebé pueda
ser adoptado y no pueda volver a verlos más. Caterina recibe
aquel día la visita en el convento de su madre (Alessandra Comerio), que siempre se mantuvo
opuesta a la decisión de su hija de hacerse monja, y desea que vuelva de
nuevo con ella. (Suor Caterina la recibe con su acostumbrado y humilde emotividad cariñosa) "Mamá, ¿por qué no me has avisado?" (Su madre irónica)"¿Con un mensaje en el contestador?" "¿Te quedarás unos días?" "No, me voy esta noche. Estás delgada. Seguro que coméis poco" "Pero si estoy bien. ¿Has saludado a la Superiora?"
"No me apetece ir por el convento besando a todo el mundo" "¿Qué tal está papá?" "No sé. Me manda dinero a través de su abogado. Después de 20 años de casados, somos casi desconocidos" "¿Has vuelto a fumar otra vez? Tendrías que dejar de fumar" "A veces quisiera irme a una playa con palmeras. A un sitio donde no hace falta pensar"
"Últimamente no veo muy bien ¿Debería preocuparme?" "Quédate aquí unos días. También tenemos pensión" "Ni loca. Me daría un ataque de nervios a los dos días"
"¿Siempre tienes que llevar el velo? Muchas van con ropa normal, sólo llevan una crucecita aquí" "Depende de la orden" "¡Qué
lástima! Siempre has tenido un pelo bonito. Yo en cambio siempre en la
peluquería. Ven conmigo. Vuelve a casa. No eches a perder tu vida" "Pero es la vida que he elegido" ¡Siempre has hecho lo que querías! Cometiste un error, ¿pero qué elegiste?" "Estar cerca de Dios"
"Siempre ha habido alguien más importante que tu madre. ¿Dónde vas? ¡Te estoy hablando!" "¿Has pensado cuántas veces he necesitado yo hablar contigo? ¿Cuántas veces quisiera hablarte aún hoy?" "Tranquilízate"
(Su madre entrega a Caterina una carta)"Esta te la escribí hace mucho, pero nunca te la he mandado. Pero no la leas ahora. Aquí uno no sabe ni adónde tirar una colilla"
Mientras la joven Teresa recorre Milán en busca un empleo, Ernesto, sin que Suor Caterina se entere, decide acudir al hospital donde se halla el bebé, convencido de que en realidad puede tratarse de su hijo. Allí coincide con la alegría de un padre que acaba de adoptar un bebé.
En el convento se celebra la consagración de otras jóvenes. Más tarde, Caterina leerá apesadumbrada la carta que le ha entregado su madre.
"QueridaCaterina, mientras te escribo ya estarás dormida en tu primera noche en el convento. Es una noche fría y quizás tú necesites una manta. Logro imaginarme tu habitación sólo como un lugar frío. Te he dejado sola, mi niña está sola. Alguien se la ha llevado. Quizás no hice lo suficiente para retenerte. Hasta pensé en sacarte de ahí por la fuerza. ¿Una madre no tiene el derecho a hacerlo?"
"A menudo pienso en tu padre. Justo cuando intenté salvar nuestro matrimonio, me di cuenta de que yo no formaba parte de su mundo. Otra persona había tomado mi lugar. Casi me pasó lo mismo contigo. Me has dado un gran disgusto. ¿Tendrás la fuerza? De niña eras hasta demasiado tranquila. Luego emergiste de repente, como de la penumbra. Brotaste como una flor tardía. Bella pero inquieta"
"Siempre había algo que te afligía y que te alejaba de nosotros... los demás, el mundo. Sin embargo, siempre volvías a mí"
"Después de un amor acabado o de una decepción por algo en lo que habías creído. Yo no te decía nada por miedo a perderte de nuevo. En mi casa siempre habrá sitio para ti. ¿En qué me he equivocado? Quizás en no gritarte mi rabia, en no decirte que no compartía tus decisiones. Así te hubiera dado prueba de mi amor. Tal vez. Por eso no irá a tu consagración. Para que me eches de menos. Para no aceptar una decisión que considero un castigo. Tu madre te espera siempre"
Suor Caterina, tras la carta de su madre, vuelve al orfanato, renaciendo en ella un cariño tan intenso por la criatura, que debe afrontar el angustioso deseo interno de ser su verdadera madre, y una
de esos días lo toma entre sus brazos y decide llevárselo del centro de
acogida. No obstante, el incidente no tiene mayores consecuencias. Caterina vuelve al hospital donde al bebé espera de una adopción reglamentaria.
La relación entre Caterina y Ernestotoma
un giro personal cuando vuelven a encontrarse y él mantiene el
convencimiento de que puede ser el padre del bebé. Tras las
conversaciones con Caterina, a la que ayuda en repartir comida en los centros de asistencia.
Ernesto
después cree sufrir un infarto, pide ayuda pero nadie le hace caso. E
ingresa asustado en un hospital. Tras una llamada de la monja, ésta se
entera de que ha sido internado, y acude en su ayuda.
Aquella noche, en la enorme casa del dueño de la tintorería, Caterina permanece junto a él por si precisa su ayuda, y mantienen una conversación sobre sus dos formas de enfrentarse al mundo. (Suor Caterina) "Tiene que dormir"
(Ernesto) "¿No se iba en tren?" "Lo he perdido. He avisado al convento" (Caterina observa la gran amplitud del apartamento) "150 metros cuadrados", indica Ernesto. "Cabrían dos familias. Antes vivía solo en un estudio" "Luego me decidí. Haces algo con alguien, ¿y qué te queda?. Una casa vacía"
"Una
casa vacía. A veces viajo por trabajo. Cuando entro en un hotel, ¿sabe
lo primero que pienso? ¿A quién llamo? ¿A quién le digo que he llegado,
que el viaje ha ido bien bien y que la habitación es cómoda? ¿Quién me
espera cuando vuelvo?" "Las personas con quienes trabaja"
"Sólo les interesa el sueldo. Si encontraran algo mejor, se irían. Se
lo han dicho. A veces de noche pienso. Me digo: "Si me dan otra
oportunidad, seré mejor con los amigos, en el trabajo, con la mujer que
quiero. Hago estos ruegos, pero nunca se cumplen"
"¿Y los suyos?"
"Bueno, no... De niña tenía una amiga que era siempre el centro de
atención. Todos querían estar con ella, y conmigo no. Una vezcayó
enferma el día de mi cumpleaños. ¡Fue el cumpleaños más feliz de mi
vida! Todos estaban a mi alrededor, hablaban conmigo. Rogué que no se
curara y de hecho se agravó" "¿Murió?" "No, se curó. Pero fue la única vez que mis ruegos fueron atendidos. No se le ruega a Dios para obtener algo"
"A
veces Dios, es muy difícil. Para mí tampoco es tan sencillo. Al
principio es fácil. Es como acercarse a la persona que se quiere. Cada
gesto, cada palabra, todo parece nuevo. El corazón te late fuerte. De
repente,eso
desaparece. Entonces, te sientes mal, añoras lo que has perdido, pero
Dios... Dios no se ha alejado. o ha dejado de escucharte. Él siempre ha
estado ahí. Eres tú quien ya no le escucha" (Ernesto se queda adormilado escuchando a Suor Caterina) "No tiene que ser Dios quien nos escucha, sino nosotros a Él"
"Perdone" (Ernesto despìerta y pregunta) "¿Alguna vez ha estado con un hombre?" "¿Por qué me lo pregunta?" "¿Sí o no?" "Sí, he tenido novio" "¿Cómo era? No logro imaginármelo" "Estudiaba en la universidad. Quería ser médico" "¿Le quería?" "Sí, claro" "No lo suficiente si le dejó para hacerse monja"
"Cree
que yo no puedo amar. Sé que es difícil entenderlo. El amor a un hombre
tiene límites. El amor a Dios, no. Nunca te decepciona" "Claro. Dios no pone los pies sobre la mesa, no se pelea, no ronca. ¿Por qué ha venido? "Usted necesitaba ayuda" "De haber sido otro, ¿habría venido igualmente?" "Claro"
No hay comentarios:
Publicar un comentario