










"Dalila conoce a Sansón"





"La decepción de Dalila"




A la llegada del cortejo, cuando comprueban la muerte del animal sin marca alguna de lanza, Sansón ofrece al Sahrán la piel del león intacta. El rey filisteo le hace ofrenda a su vez del regalo que prefiera, y Sansón, frente al rostro desolado de Dalila, elige a Semadar.
"A veces una abeja hace mover a un buey"










"La boda interrumpida"








"Sansón rechaza a Dalila"







Sansón, arrepentido de haber repudiado a Semadar, tras pagar la deuda a los convidados, requiere la presencia de su esposa:"(Sansón): "¿Dónde
está Semadar?..." (Tubal) "¡Oh, espera, Sansón!..." "¿Dónde está mi esposa?..." "Pero
si no es tu esposa. Tú dijiste..." "¡No importa lo que dijera!..." "Oye,
Sansón, dijiste que no querías casarte con ella, lo dijiste tú mismo;
pensé que la odiabas y entonces se la entregué a tu compañero, a Athur..." "¿A
Athur?..." "Sí, él sí quería casarse con ella ¿qué iba a hacer yo?..." "¡No
querías un danita para yerno!..." "¡No, no!, mira Sansón, mi otra hija,
Dalila, llévatela; ésta será mucho mejor esposa, es mejor que
Semadar, y mucho, mucho más hermosa" "¡Quieres darme berzas por
flores!..." "¡Espera, espera, Sansón!, ésta es una reina entre las
mujeres. Sansón, mira, mira, ¿viste alguna vez ojos como éstos tan
llenos de amor por ti? Fíjate en la blancura de su piel, suave como una
paloma, ya verás cuando florezca su espléndida belleza..." "¡Será la
belleza del espino!" (Dalila detiene a Sansón, atenazándole entre sus manos, furiosamente asida a sus ropas, y exclama despechada): "¿Era
un espino quien robó el carro que te llevó a cazar el león? ¿Era un
espino quien le dijo al Sahrán que lo mataste sólo con tus manos? ¡¡No,
fui yo!! Tuvo que creerme y elegiste a Semadar..." (Sansón trata de apartarla de él, y profiere): "¡No claves tus garras en mí!..." (Dalila se revuelve de nuevo enfebrecida): "¡Tú nunca podrás librarte de ellas! ¡Hice a Athur arrancar el secreto
de tu acertijo a Semadar, engañé para evitar tu matrimonio con ella,...
mataría para retenerte porque eres lo único que deseo en el mundo y
quiero!" (Sansón, violento, observa indistintamente a Tubal y a Dalila) "¡Detén
tu lengua de víbora antes de que mi talón la aplaste!..." "¡Aunque me
arrancases la vida, te besaría con mi último suspiro!..." "¿Y quieres que
me case con esta fiera salvaje?..." (Sansón escapa en busca de Semadar, y Tubal, reteniendo a Dalila, predice ): "¡Dejemos que corra a su perdición!..."








"Dalila jura vengarse de Sansón"





Athur,
que se halla en la habitación conyugal, trata de atacar a Sansón con su
espada. El danita lo detiene con el cortinaje y se enfrenta al odio con
que los convidados tratan ahora de enfrentarse a él, en defensa de
Athur. Semadar se defiende parapetada con Sansón. Se produce una tragedia. Unos de los convidados lanza su dardo contra Semadar, y la joven muere atravesada por el mismo. Tubal fallece también en la reyerta, ante el horror de Dalila. Sansón alza el rostro de Semadar y exclama que todos los que vinieron a los esponsales morirán como ella, ya que muerte y sangre es cuanto trajeron a la boda.

Athur, tras la matanza de sus hombres, y ante la fuerza de Sansón,
masculla asombrado: "¿Que invisible poder es el que mueve su brazo?"


Sansón, que ha prometido vengar a Semadar, quema la casa de Tubal y
sus campos. Dalila, perdida ahora en los campos incendiados, solloza
ante Haisham, y jura vengarse de Sansón. Su sierva le aconseja: "Vuelve, no mirés ya más. Todo lo que tienes ahora en el mundo son muerte y cenizas"... "¡Sansón vive!" (exclama Dalila, a lo que Haisham responde): "¡Púdrasele la carne en sus huesos!"... "¡Calla, vieja loca!" (prorrumpe Dalila),
"¡Aunque tenga que emplear en ello mi vida, haré que maldiga el día en
que vino al mundo!"... "Dijo que tenías lengua de víbora" (recuerda su sierva) "¡Y sentirá la picadura!" (amenaza Dalila) "¿Qué podrán estas manos contra ese hombre?" (besa la mano de Dalila Haisham. La filistea profiere): "Pueden ser fuertes como un león y suaves como una paloma. Ya encontraré la fuerza, Haisham. ¡¡Fuerza para destruirle!!..."
"Dalila favorita del Sahrán"













"Dalila favorita del Sahrán"
"La estrategia del Sahrán"









Comandado el ejército por Athur, éste lo conduce atado de su carro hacia
Gaza. Cuando se asegura de que con su captura las órdenes del Sahrán
han sido abolidas, el Juez implora ayuda a su Dios y en medio de una
tormenta, con una quijada de asno que porta consigo un enano burlón,
acaba con la milicia enemiga. Un soldado de los que ha logrado escapar
cuenta la matanza llevada a cabo por el forzudo danita. Y cuando Athur
se presenta ante su rey, éste se burla exclamando que su bien
pertrechado ejército ha sido derrotado por una quijada de un asno. Los
cortesanos y ricos mercaderes allí reunidos se hallan desesperados, ya
que Sansón volverá a atacar las caravanas y hacerse fácilmente con el
botín. Y pese a todo no hay medio para acabar con él.
"Dalila cazadora de Sansón"




Dalila, ahora como favorita del Sahrán, aparece en la sala, y propone: "Quizás puedan prenderlo unas manos de mujer". Ante
el asombro de todos, la filistea insiste en que es capaz de descubrir
el secreto de la fuerza de Sansón, y apresarlo en el valle de Sohreck
donde Athur deberá aguardar oculto hasta que ella lo tenga en sus manos.
Y una vez hecho prisionero, exige del Sahrán que ninguna punta afilada
hiera su cuerpo ni se derrame una gota de su sangre. Pero que muela el
trigo asido a la piedra del molino como una bestia. Asimismo, exige ser
recompensada por su caza por parte de los mercaderes y cortesanos con
una compensación de 30.000 piezas de plata de cada uno. Ante el
escándalo de los allí presentes, el Sahrán se deja convencer, aunque
opina que es una retribución demasiado cara por una danita. Dalila aduce
que cuando su hermana y su padre murieron por culpa de Sansón, juró no
descansar hasta vengarse de él. El Sahrán duda, ya que conoce el
subrepticio amor que la cortesana oculta por el Juez de Dan, y prueba de
elllo es que desea que siga con vida una vez sea apresado. No obstante,
accede a regañadientes: "Nadie con ojos podría resistírsete, Dalila. Pero sólo un loco podría confiar en ti... Como rey no tengo otra opción, como hombre te dejo marchar porque así lo quieres", y Dalila astutamente expone: "Rey de mi amor, voy a apresar a tu enemigo... y el mío"
El Sahrán pone su mano en la barbilla de ella, y contesta sarcástico:
"Dalila, Dalila"..."Mi amor es sólo para ti", miente Dalila. "Un hombre
capaz de paralizar el corazón de un león, pudiera animar el de una
mujer", sigue diciendo irónicamente el Sahrán. Pero Dalila no cede y
promete a su rey: "Te entregaré a Sansón antes del mes de la siega"...

"Dalila cazadora de Sansón"

























