sábado, 2 de julio de 2022

Body Heat (Fuego en el cuerpo)

 


El Séptimo Arte jamás se llamó a engaño. Probablemente lo primero que aprendió es que, tras cualquier apasionado drama o más o menos sublimada comedia, lo que mejor correspondía al conformismo mental del espectador, o, lo que es lo mismo, a enriquecer ese eterno esquematismo de fácil aceptación universal que despedían las imágenes a través de la pantalla, era iluminar con sus asequibles relámpagos de luz el tejido de nuestras obsesiones o ese trompeteo sensacionalista de cuantos elementos condicionantes nutren y materializan todos los excesos propios de emociones que pueden presidir la existencia de cualquier ser humano. Siempre pervivirá en nuestro interior, como una vez dijo un gran cineasta, una especie de desgarramiento entre la bestia y el ángel. Es una línea vertical en la que oscilamos continuamente. Una especie de dimensión masoquista que nos arrastra al sacrificio expiatorio o nos sume en el fango. Abocar nuestros actos a un exhaustivo examen de conciencia nos obliga también, casi siempre, a tomar "conciencia de la sinrazón que tantas veces mueve nuestra conducta" Aunque el cine, como gran espectáculo de masas, ha jugado, desde su nacimiento (como ya sucediera con la literatura y el teatro) al juego que más nos gusta a todos, o sea al de desplazar nuestras pupilas hacia los más gigantescos experimentos malabaristas que imponen las intrigas melodramáticas del simple existir, incluso cuando ha tratado de aproximarlas a la vida cotidiana, no vamos a negar que su mayor pirotecnia formalista se ha polarizado siempre hacia tres registros de vital contenido temático, y perennemente incorporados a su mitología universal: el lujo, el sexo y la aventura, que, en efecto, codificados a conveniencia por el artificio atractivo y sublime que imponen las imágenes, a través de la ambigua amalgama más o menos inspirada de los guionistas, se han barajado durante sus cien años de trayectoria en ciclos y en fórmulas que fácilmente han alcanzado la eternidad.
 


                                                                                                                 






 

Abundantes son las acepciones, más o menos, afortunadas, que convirtieron en un valor estable y cotizado dicha expresión cinematográfica, a la que podríamos añadir, entre otras muchas: "provocativo erotismo carnal". Y que, aún, hoy en día, mantiene su lozanía y su carácter insólito y atrevido. Que el Sex-appeal encajó perfectamente en la complicada maquinaria industrial de Hollywood, no hay para qué decirlo. Una extensa generación de realizadores americanos aprendió y mostró al mundo que el erotismo, pese a tropezar una y otra vez con los prejuicios de la moral convencional y pacata de ese mismo mundo, acaba emergiendo siempre como una de las más poderosas fuerzas en nuestras obsesiones personales, y que por tal circunstancia espoleará y estimulará al mismo tiempo el enfrentamiento de dos de las actitudes más características que presiden la vida: el conformismo ante lo que ha de ser una aceptación explícita de nuestras realidades más flagrantes frente al inconformismo e incluso la rebelión de sus imperfecciones, a fin de tratar, absurda y utópicamente, de superarlas.
 
                                                         
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La vida del joven Ned Racine (William Hurt), un joven abogado de Florida, va a vivir una alteración sexualmente apasionada e irresistible al conocer en una calurosa noche de verano a la atractiva y voluptuosa Matty Walker (Kathleen Turner).
Tras ese encuentro con ella, que está casada con un rico negociante Edmund Walker (Richard Crenna), y la incitación que la sensual y tentadora Matty provoca en Ned, la amante propone al joven abogado el asesinato de su marido, al que detesta, a fin de heredar, tras su muerte, todo el patrimonio de Edmund.        
                                                                
Ned en realidad será víctima de una trama diabólica puesta en práctica por Matty, que, tras el crimen, y valiéndose de una amiga íntima de su época estudiantil, tiende sobre el joven abogado que acaba encarcelado por único sospechoso del asesinato de Edmund. Un amigo, Teddy Lewis (Mickey Rourke) le había advertido de que la Walker preparaba algún golpe maestro para librarse no sólo de su marido sino también de él. En el epílogo, Ned, en prisión, obtiene una copia del anuario de la escuela secundaria de Matty: en él hay fotos de Mary Ann Simpson (Kim Zimmer) y Matty Tyler, lo que confirma su sospecha de que Mary Ann asumió la identidad de Matty Walker. Debajo de la foto de Mary Ann está el apodo "The Vamp" y "Ambición: ser rico y vivir en una tierra exótica". En la escena final, se ve a la verdadera Mary Ann (Matty) descansando en una playa tropical.


                                     Erich von Stroheim

[Erich Von Stroheim, de nombre real Erich Oswald, nacido en Viena, Imperio Austrohúngaro, actual Austria, el 22 de septiembre de 1885 - Fallecido en Maurepas, Seine-et-Oise, Francia, el 12 de mayo de 1957 de cáncer a la edad de 71 años]




Erich Von Stroheim, que fue tildado de necrómano social, llevó, en la década de los 20, su arrolladora pasión naturalista al súmmun por los temas sexuales. André Bazin, nacido en Francia, e influyente crítico de cine, dijo una vez que "la obra de Stroheim era la negación de todos los valores cinematográficos de su época. Pero que destruir un lenguaje que ha existido es convertirlo en un progreso". "Queen Kelly" ("La reina Kelly"), 1929, uno de los más morbosos monumentos erigidos al erotismo en el cine, significó el final de la carrera de Stroheim, ya que fue despedido por la actriz y productora del film Gloria Swanson, y coprotagonizada por Walter Byron, Seena Owen, y Wilhelm von Brincken. Stroheim que no había dudado en declarar que Hollywood "al producir películas con la regularidad de una máquina de hacer salchichas, forzosamente, tenía que hacerlas siempre tan parecidas como salchichas", vio cómo su carrera se quebraba para siempre con el desastre de "Queen Kelly". Y siendo un implacable moralista, feroz en la descripción de la mezquindad y bajezas humanas (como ocurriera con su libidinoso personaje de la reina Regina en el citado film -Muchachas que se inclinan ante un príncipe, y los leotardos de una de ellas, Patricia Kelly, se deslizan hasta el suelo. El príncipe y su escuadron comienzan a reirse, y la muchacha, indignada, se los arroja a la cara-) que casi siempre contempla desde el ángulo de la perversión sexual y la aberración patológica, tras destruir la estética propia del cine mudo y anunciar, de un modo profético, las nuevas estructuras del cine sonoro que ya se hallaba a punto de nacer, cimentaría ese itinerario que perviviera en la estructuración minuciosamente examinada de la psicología de unos personajes influenciados por la sordidez del medio y de sus mutuas relaciones eróticas, declarando de modo inequívoco ese progreso del Sex-appeal, profetizado por la crítica de Bazin.








La vamp del ayer como nuevo mito rutilante, los héroes grises y desafortunados, el paroxismo erótico, la violencia desatada de la criminalidad, la virulenta crítica a la jungla de intereses que impone el dinero, la farsa trágica a que nos incitan las pasiones, el controvertido doble juego amoroso, la técnica exploratoria de los sentimientos ilícitos, el ave de presa seducido y engañado, y la sabia dosificación del suspense con apropiación de personalidad, fórmula de éxito seguro, que incluirá el más inesperado y amoralista de los finales, gestan en "Body Heat" aquel tradicional lenguaje cinematográfico tan añorado que, tras estimular de nuevo al espectador, aceptará y aplaudirá por segunda vez los viejos esquemas del cine negro, trascendiendo ahora a una nueva dimensión biológica más coherente con la excepcional atención obsesiva que las últimas décadas del siglo XX conceden a la liberalidad erótica.
 
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                                  LAWRENCE KASDAN 

                          [Lawrence Edward Kasdan, nacido en Miami, Florida, EE.UU. el 14 de enero de 1949]
                                                                                                                                                 


Empieza su trayectoria como guionista. Para George Lucas y Steven Spielberg escribe las dos primeras secuelas de "Stars Wars" ("La guerra de las glaxias"), 1977, con Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Alec Guinness, Peter Cushing .   y "Raiders of the Lost Ark" ("En busca del arca perdida"), 1981, con Harrison Ford, Karen Allen, Paul Freeman, Ronald Lacey, y John Rhys-Davies.



En 1981, "Body Heat", su primer film como director, inesperado éxito de público y crítica, le convierte en uno de los más esperanzadores pilares de la nueva década cinematográfica hollywoodense. 
 

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A remolque de la literatura, Kasdan escribe, dirige y alcanza inesperadamente su mayoría de edad estética. Es la suya una confesada voluntad neo-noir, que evoca a los grandes maestros del cine negro de la década de los cuarenta (cuya reanudación resulta a todas luces imposible en la un tanto presuntuosa, libresca y convencional década de los ochenta), y que favorece eventualmente un regreso hacia aquella suntuosa silla de un pasado que nos legaran Lang, Hawks, Huston, Wilder, Siodmak, Dassin,... la lista sería inacabable.

Y así, Kasdan, en solitario, a través del nuevo sarampión intelectual que padece el Séptimo Arte, se lanza en picado hacia uno de los géneros predilectos del viejo Hollywood. Y como si recabase para las nuevas generaciones aquel potencial formalista, históricamente necesario, pero ya caduco, resucita oportunamente el viejo ritual macabro de la pasión y la mentira, el marco opresivo de la criminalidad, la exaltación del adulterio, el universo irresponsable y cruel del amor que vivirá de nuevo su "sueño eterno" y extraordinario a través del gran velo de misterio que logra imponer un nuevo equilibrio entre la consagración de la pasión y el erotismo, bien que, merced a los nuevos tiempos, entendido el sexo como liberación (sin dejar de convertirse por ello en esclavitud, como en los tiempos precedentes) de ese calor vital que a través de la pantalla dimana la "pareja ideal.
                                                                                                              
                                               
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"The Big Chill" ("Reencuentro"), 1983, su segundo film, con William Hurt, Kevin Kline, Tom Berenger, Glenn Close, y Jeff Goldblum, pese a su gran reparto y un canto a la posible amistad entre hombres y mujeres, pasa prácticamente desapercibido ante los amplios sectores de público que aplaudieran "Body Heat". 
 
 


Con "Silverado", 1985, cosecha de nuevo cierto éxito, pero su afán por revitalizar el western desgraciadamente fracasa. Fue de todas maneras una gran recuperación del mejor Farwest interpretada por con Kevin Kline, Scott Glenn, Kevin Costner, Danny Glover, Brian Dennehy y Rosanna Arquette. 
 



De nuevo con William Hurt y Kathleen Turner, en 1988, adapta la novela de Anne Taylor "The Accidental Tourist" ("El turista accidental"), por la que Geena Davis alcanzaría el Oscar como mejor intérprete secundaria. Kasdan pone una vez más de manifiesto su gran meticulosidad como realizador, y consigue su segundo triunfo. Este gran film evidencia las grandes posibilidades que definen en él cierta resistencia al encasillamiento a nivel de consumo.






Sus siguientes películas fueron la comedia de humor negro "I Love You To Death" ("Te amaré hasta que te mate"), 1990, con Kevin Kline, Tracey Ullman, William Hurt, Keanu Reeves, y el malogrado River Phoenix,  y el drama "Grand Canyon" ("El alma de la ciudad"), 1991, con Danny Glover, Kevin Kline, Steve Martin, y Mary McDonnell.

 
 
 
 
 


Y de nuevo su regreso al western con  "Wyatt Earp", 1994, con Kevin Costner, Dennis Quaid, Gene Hackman, Michael Madsen, y Joanna Going, y la comedia romántica "French Kiss", 1995, con Kevin Kline, Meg Ryan, Timothy Hutton y Jean Reno, vaticinan y confirman los límites que acaban por disociar todo intento de creatividad frente a la vastedad con que, finalmente, ese mismo consumismo comercial norteamericano decide cerrar sus puertas a cualquier tipo de contribución que alimentar pueda las "neurosis" creativas de sus nuevos valores cinematográficos. No obstante, el cine debe a Lawrence Kasdan muchos momentos cinematográficos impecablemente diseccionados, que le han hecho pasar a la historia como uno de los más relevantes directores del Séptimo Arte




Fallece WILLIAM HURT en Portland, Oregon, EE.UU. el 13 de marzo de 2022 de cáncer a la edad de 71 años.

                                            [
Nacido en Washington D. C., EE.UU, el 20 de marzo de 1950]
 


En 1980, el desenfreno surrealista y barroco de Ken Russell elige al desconocido William Hurt, que había actuado en varias obras teatrales, como interprete principal para su película de ciencia ficción "Altered States" (Un viaje alucinante al fondo de la mente"), coprotagonizada por Blair Brown, Bob Balaban, Charles Haid, y Thaao Penghlis.



Tras el divorcio de sus padres, y el nuevo matrimonio de su madre, Hurt es enviado, a los diez años, a un internado inglés. Primero en Londres, y más tarde en Boston, cursa estudios de teología. Dirigiendo sus preferencias hacia la interpretación, sigue cursos de artes dramáticas en el Juilliard School de New York. Hurt vive uno de los más rutilantes lanzamientos hacia el estrellato, tras ser elegido como protagonista principal en "Body Heat", 1981, dirigida por Lawrence Kasdan, con Kathleen Turner, Richard Crenna, Ted Danson, Carola McGuinness Mickey Rourke.



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Su papel de Ned Racine no llega a rebasar jamás el característico overacting patológico en que lo sume la corrupción pasional que lo lanza al crimen. De apariencia elegante y fría, concede a su personaje una excepcional visión escéptica y pesimista del mundo y de la moral. Pulveriza el mito erótico de los héroes que le precedieron, espíritus torturados entre ambientes turbios y nocturnos, violentamente traumatizados, dotando la frustración y el vacío en que lo sume el gran error pasional en que se ve inmerso de una lucidez pesimista tan extraordinaria como innovadora.
 
                                                 
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En 1980 consigue el Oscar de la Academia como mejor actor principal (al que seguirían el premio de la Academia Británica de Cine y del Festival de Cannes) por su impresionante papel de escaparatista homosexual Luis Molina en "Kiss of the Spider Woman" ("El beso de la Mujer Araña"), dirigido por el brasileño Hector Babenco, Raúl Julia y Sonia Braga.
 



En 1983 interpreta a Arkady Renko en la magnífica intriga policial moscovita de "Gorky Park" dirigida por Michael Apted, con Joanna Pacula, Brian Dennehy y Lee Marvin.

 




Tras dos matrimonios y respectivos divorcios, conoce y se une sentimentalmente a la actriz sordomuda Marlee Matlin con la que rueda "Children of a Lesser God" ("Hijos de un Dios Menor"), 1986, dirigida por Randa Haines con  Marlee Matlin, Piper Laurie, Philip Bosco, y E. Katherine Kerr.


En  1996, dirigido por el prestigioso director italiano interpreta a Edward Fairfax Rochester en una nueva versión de la novela de Charlotte Brontë "Jane Eyre", junto a la actriz británico-francesa Charlotte Gainsbourg, Anna Paquin, Joan Plowright, Geraldine Chaplin y Maria Schneider. Y "Dark City" ("Ciudad en tinieblas"), 1998, de Alex Proyas con Rufus Sewell, Kiefer Sutherland, Jennifer Connelly, Richard O'Brien.



 

Intervino también en "Sunshine", 1999, de István Szabó, junto a Ralph Fiennes, Rosemary Harris, y Rachel Weisz. Su personaje de Andor Knorr fue nominado a "Genie Award for Best Performance by an Actor in a Supporting Role" 



Sus apariciones cinematográficas  alcanzaron la cifra de más de 60. En 2007, dirigido por el actor Sean Penn aparece en "Into the Wild". En 2010, en "Robin Hood" de Ridley Scott, junto a Russell Crowe y Cate Blanchett.


En 2016, en "Race", de Stephen Hopkins, con Jason Sudeikis y Stephan James. Su última aparición en 2022 fue "The King's Daughter", de Sean McNamara, junto a Pierce Brosnan y Kaya Scodelario.


Y en 2005 Hurt recibirá una nueva nominación al Oscar por "A History of Violence" ("Una historia de violencia") de David Cronenberg. con Viggo Mortensen, Maria Bello,  Ed Harris, Ashton Holmes, y Heidi Hayes.

                      [
Mary Kathleen Turner, nacida en Springfield, Missouri, EE.UU. el 19 de junio de 1954]
 

Hija de un diplomático, radicado en Londres, estudia en la Academia Americana de dicha ciudad. En 1972, tras la muerte de su padre, regresa a Springfield. En su Universidad llega a realizar un grado de teatro, pero sin dedicarse jamás al arte dramático, acaba por licenciarse en Bellas Artes en la Universidad de Baltimore. En New York trabaja como camarera de un pub, consigue también un pequeño papel en una serie televisiva e interviene en la obra de teatro "Géminis" en Broadway.
 

                                         

Descubierta por Kasdan, acepta el papel protagonista de Matty Walker en "Body Heat". Su potente personalidad la convertirá de la noche a la mañana en el más avanzado portavoz de una amoralidad mítica, capaz de transgredir todas las fronteras del romanticismo, sintetizando y conjugando el inolvidable maleficio de la vamp norteamericana al uso. Su radiante belleza, su abrumador potencial erótico, como imposible sueño de fetichista pasión, convierten a Kathleen Turner en una de las presencias más turbadoras y despampanantes de la década de los 80. Sabiamente dosificada su morbidez ambigua e insinuante.
"Body Heat" la impuso como una de las personalidades femeninas más sólidas del nuevo cine norteamericano. Temiendo no superar las limitaciones artísticas que acabaría por imponerle el Séptimo Arte como épatant mito erótico, rechaza varias ofertas y regresa a New York, donde, contra todo lo imaginable, se emplea de nuevo como camarera de un pub.
 
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No obstante, vuelve a ponerse delante de las cámaras en 1983 con "The Man with Two Brains", comedia de Carl Reiner, coprotagonizada por Steve Martin y David Warner. Y en 1984, "A Breed Apart" ("En busca del águila"), de Philippe Mora, con Rutger Hauer y Powers Boothe.
 
 





Ese mismo año 1984, el polémico Ken Rusell la convierte en la desenfrenada prostituta nocturna China Blue de "Crimes of Passion" ("La pasión de China Blue"), con Anthony Perkins, John Laughlin, Annie Potts, y Bruce Davison.



Seguirán "Romancing the Stone" ("Tras el Corazón Verde"), 1984, , dirigida por Robert Zemeckis, con Michael Douglas, Danny DeVito y Alfonso Arau.  Y se repite la pareja en "The Jewel of the Nile" ("La joya del Nilo"), 1985, dirigida por Lewis Teague, con Danny DeVito y Spiros Focás, films que rememoran con ambición el gran cine de aventuras, pero que fracasan en taquilla.
 






En 1985, recibirá el espaldarazo definitivo con su extraordinaria interpretación en "Prizzi's Honor" dirigida por John Huston, que interpreta junto a Jack Nicholson. y Anjelica Huston.




Francis Ford Coppola la reclama para "Peggy Sue Got Married" ("Peggy Sue se casó"), con  Nicolas Cage, Barry Miller, Helen Hunt, y por la que Turner será nominada al Oscar como mejor actriz principal.




"Giulia e Giulia" "Julia y Julia", 1987, rodada en Italia y dirigida por Peter del Monte, con Gabriel Byrne, Sting, Gabriele Ferzetti, y Angela Goodwin.



"The Accidental Tourist" ("El turista accidental"),  y "The War of the Rose" (La guerra de los Rose") en 1989, dirigida por Danny DeVito con Michael Douglas, Danny DeVito, y Marianne Sägebrecht cierran, en el llamado  la ascendente espiral estética cinematográfica" más inolvidable de Kathleen Turner.
En 1991, interpretaa la detective Victoria 'V. I' Warshawski en el film "'V. I' Warshawski" ("Detective con medias de seda"), dirigido por  Jeff Kanew con Charles Durning, Jay O. Sanders, Angela Goethals, y Frederick Coffin. Y en 1994, la comedia thriller negro de John Waters "Serial Mom" ("Los asesinatos de mamá") en la que la Turner muestra el lado cómico más inesperadamente polifacético, coprotagonizada por Sam Waterston, Ricki Lake, Matthew Lillard, Suzanne Somers. 


En 1993, recibió el Premio del WorldFest Houston como Mejor actriz en "House of Cards" ("El secreto de Sally"), de Michael Lessac, con Tommy Lee Jones, Asha Menina, Shiloh Strong, y Esther Rolle .





Y en 1999, "The Virgin suicides" ("Las vírgenes suicidas"), de Sofia Coppola, con Kirsten Dunst, James Woods,  y Josh Hartnett.
 

En 2000, interpreta "Prince of the Central Park" ("El príncipe de Central Park"), de John Leekley con Danny Aiello, Cathy Moriarty, Harvey Keitel, y Jerry Orbach. Su última aparición fue en 2017 en "Another Kind of Wedding", de Pat Kiely, con Jessica Paré, Jessica Parker Kennedy, Kevin Zegers, Wallace Shawn.
KATHLEEN TURNER nos legó con su turbadora presencia, su belleza superlativa, y sus fijaciones eróticas, ambiciosas, criminaloides y hasta reivindicativas frente a la cámara, uno de los más rigurosos y fascinantes despliegues de matices interpretativos que han engalanado el Séptimo Arte.
 
En 1982, fue nominada a los Golden Globes como la N
ew Star of the Year in a Motion Picture por "Body Heat". Ganadora del Award Los Angeles Film Critics Association por "Romancing the Stone" y "Crimes of Passion" 1984. Ganadora como "Best Actress" por "Romancing the Stone" y "Prizzi's Honor", 1985. Nominada al Oscar como Best Actress por  "Peggy Sue Got Married", 1987, y en 1990 por "The War of the Rose". Ganadora Best Actress Montreal World Film Festival por "Peggy Sue Got Married" Sant Jordi Awards Ganadora por "Prizzi's Honor", "Crimes of Passion", "Peggy Sue Got Married"  y "Giulia e Giulia". Theatre World Awards Ganadora por "Cat on a Hot Tin Roof". Y Best Actress World FestHouston por "House of Cards", 1993.
 
 


Rebasada su gran etapa de madurez, los insólitos esquemas clásicos, ya caducos, del potencial hollywoodense consiguen que, a través de cineastas medianamente "rentables" como Lawrence Kasdan, el reino americano impere de nuevo sobre el cine mundial. No obstante, de esa misma rentabilidad puede surgir tan curiosa paradoja como la que propone esta excepcional película: "Body Heat", sin remilgos, se integra en la siempre confusa evolución comercial de Hollywood, conquistando, finalmente, el más vasto sector de público, merced al trampolín de prestigio que habrá de juzgar y mantener como intocable durante casi tres décadas esta grandiosa joya "minoritaria". 


John Barry y su impresionante sound-track inundan esta joya del cine negro como una inolvidable llamarada musical.










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