En el bar-restaurante de la estación de autobuses Gloria y Phil ocupan una mesa disponiéndose a desayunar.
En el bar de la estación de autobuses Gloria y Phil ocupan una mesa disponiéndose a desayunar. Tras efectuar el pedido con el que Phil no está conforme, Gloria zanja la cuestión: "Leche para él y una taza de café para mí." Phil la observa sonriente y Gloria pregunta: "Qué tengo de gracioso? ¿La nariz?..." "No, es que eres muy dura"... "¿Dura?"... "Dura, no"... "Fuerte..." "Ya sabes"... Sí... ya lo sé, ya lo sé"
"Si quieres que nos separemos, por mi vale", dice convencido Phil. "Nos separaremos", responde Gloria. "¿Qué se supone que es eso, una amenaza? Ni siquiera puedes llevarme el bolso"
En ese instante, en una mesa cercana se sienta el grupo de mafiosos que los persiguen. Gloria se dispone a enfrentarse con ellos. Antes pide a Phil que le entregue el libro de contabilidad de su padre: "Dámelo" ¡Cierra la boca!"
"Bien aquí está el libro. Lo que habéis estado buscando. Soy Gloria. Tengo un arma en la mano"¿Quieres hacer un trato?"... Uno de la banda contesta: "Yo no puedo tomar esa decisión, porque no confío en estos tipos y no soy el Sr. Tarzini"
Gloria, arma en mano, obliga a la banda a que vacíen sus revólveres: "Vaciadlas ahí dentro. Hacedlo. En el bolso"... "¿Qué ocurre?, pregunta extrañado Phil. "¿Qué van a hacer?"
Al día siguiente, Gloria se
halla decidida finalmente a desaparecer de New York. Antes de salir del
hotel, se asoma a la ventana para escudriñar la calle.
Luego despierta al pequeño: "Phil. Es hora de irse" Con Phil
detrás, sale del hotel sin dejar de observar cada rincón de la calle,
temerosa de que la banda se presente por allí de un momento a otro.
Gloria se da un pequeño golpe al evitar un vehículo, y Phil le pregunta si le duele. Medita movida por el temor y comprende que está cometiendo un error al proteger al niño, y le dice que lo mejor para él sería ingresar en un internado.
El niño se siente
ofendido: "No eres lo suficiente para mí" Y afirma que está dispuesto a buscarse una familia, nuevos amigos y también una novia. Gloria decide dejarlo en la calle, pero le dice que va a entrar en un bar a tomar algo y que si la quiere seguir allí la encontrará.
Phil reacciona de la forma infantil más normal y, desde la acera, le lanza a Gloria pequeños insultos en portorriqueño, característicos seguramente de sus juegos callejeros.
Luego desaparecerá entre el inmenso tráfico neoyorkino, con el libro de su padre, ofrendando una triste imagen desamparada.
Pero aunque parezca extraño, le pregunta al camarero: "No puedo decirle por qué, pero mire hacia allí. ¿Hay un niño viniendo hacia aquí o parado al otro lado de la calle?"
El camarero se limita a responder: "Olvídelo". Phil ha desaparecido y Gloria
se siente culpable y se dispone a abandonar el bar en busca del niño.
Luego toma un taxi, y pide al conductor que recorra las calles de Broadway y del
Bronx: "Despacio y con tranquilidad. Ando buscando a alguien. ¿Vale?"
Phil aparece finalmente sentado en unas escaleras junto con un grupo de niños portorriqueños. Y cuando ve a Gloria huye de allí en compañía de uno de sus amigos. Gloria inicia la persecución con el taxi a fin de no volver a perderlo de vista.
De pronto, aparecen dos miembros de la banda de mafiosos que se apoderan de Phil, introduciéndolo en casa de su amigo portorriqueño. Gloria se
apresura a salir del taxi. Unos cuantos niños prácticamente la asaltan
pidiéndole unos centavos. Pero lo importante es correr al interior del
edificio en busca de Phil antes de que los matones puedan acabar con
él. Éstos pretenden primero quitar de en medio al amigo de Phil, que se niega a abandonar a su amigo. Pero el padre del tal Crubbs también se halla involucrado en la banda. Llaman a la puerta y abre la esposa de Crubbs. Gloria le apunta con su revolver.
Sabe que se expone a un terrible riesgo, pero no duda en lanzarse a la aventura del rescate del pequeño, ahora en manos de los miembros de la banda que los persigue.
El padre de Crubbs intenta disparar contra Gloria, que acaba con él de un disparo. Phil la llama estúpida, ya que ha hecho con el padre de su amigo lo mismo que hicieron con el suyo.
Gloria, al tomar un siguiente metro, se
ve acosada de nuevo por los dos matones. Se defiende y al mismo tiempo
los pasajeros del vagón la ayudan a escapar de sus perseguidores.
Luego los amenaza de nuevo con el arma. Phil se halla en el andén esperándola. Gloria no se arredra y logra bajar del vagón.
Cuando se halla frente a la ventanilla, decide no comprar billetes desconfiando de los que están junto a ella.
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