sábado, 11 de mayo de 2024

The Black Book -Reign of Terror (El reinado del terror) con ANTHONY MANN



Anthony Mann aportó gran parte de su magnificencia seductora, que ya parece perdida por completo, a ese añejo western (tan añorado), y que todos aprendimos a disfrutar de niños, dotándole de una pureza épica y de unos elementos sociológicos, políticos, y hasta psicoanalíticos, a cuyos periplos irrepetibles todavía asistimos con auténtica admiración  de entusiastas acérrimos. Y como crónica de gozo, ahí quedan, por lo menos seis o siete títulos, que no citaremos, pero que seguramente se hallan en la mente de todo buen cinéfilo. Un patrimonio lo suficientemente rico y clasicista como para que, una vez introducidos en el que fuera el más genuino de los géneros cinematográficos que nos legara Hollywood, y que abriendo nuevas dimensiones psicológicas a la que fuera una de las grandes epopeyas del siglo XIX, la del Oeste Americano, fue vertida en la gran pantalla (leyenda viva, cronológica y geográficamente muy cercana aún) por artesanos plenamente satisfechos de ese su tan reciente pasado pionero, de corta historia, pero dotado de una tremenda capacidad creadora de mitos que casi nadie ha conseguido olvidar. Por ser lo que fue, auténtica temática de necesitada expansión, hubo de valerse del más insustituible de los decorados: el de la Naturaleza. Y Anthony Mann se erigió en uno de los más excelsos Homeros de mediados del siglo XX, capaz de ensalzar como pocos los ecos memorialistas que tanto han conmocionado a los hombres en cualquier época: ¡los de las grandes aventuras!
 

                           NUEVOS GIROS ARTÍSTICOS

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Emil (o Anton) Bundesmann -Anthoy Mann- Nacido en San Diego, California, EE.UU., el 30 de junio de 1906- Fallecido en Berlín, Alemania Oriental el 29 de abril de 1967 de infarto agudo de miocardio a la edad de 60 años]

Había sido asistente de dirección del prestigioso Preston Sturges en 1937. Estuvo empleado en productoras como RKO Pictures, Eagle-Lion Films, y Universal Pictures. Y en 1942, integrándose al cine de presupuesto B especialmente de tipo film noir, debuta en Paramount con el film "Dr. Broadway", con   Macdonald Carey, Jean Phillips, Eduardo Ciannelli, Richard Lane, y J. Carrol Naish. Su trayectoria no demasiado espectacular desde dicho film se confirma con éxito en 1947 cuando dirige el thriller "T Men" ("La brigada suicida"), con  Dennis O'Keefe, Mary Meade, Alfred Ryder, Wallace Ford, y June Lockhart. Siguiendo la estela del film noir rueda ese mismo año dos películas más "Railroaded" ("El último disparo"), con John Ireland, Sheila Ryan, Hugh Beaumont, Jane Randolph, y Ed Kelly.
Y "Desperate" ("Desesperado") con Steve Brodie, Audrey Long, Raymond Burr, Douglas Fowley, y William Challee.
En 1948, junto a  Alfred L. Werker, dirigen un nuevo thriller con espléndidas persecuciones nocturnas interpretado por  Richard Basehart: "He Walked by Night" ("Orden: caza sin cuartel"), coprotagonizado Scott Brady, Roy Roberts, Jack Webb y Whit Bissell.
En 1949, sin alejarse demasiado del film noir se adentra en su primer film de corte histórico-aventurero en la Revolución Francesa con "The Black Book"-rebautizado como "Reign of Terror" ("El reinado del terror"), con Robert Cummings, Richard Basehart, Richard Hart, Arlene Dahl, Beulah Bondi, Jess Baker, Arnold Moss y Charles McGraw. Pese a que el fresco histórico obtuvo una buena ambientación, Mann, que no quedó satisfecho con el film, añadió que fue sólo gracias a la "capacidad de William Menzies que pudimos lograr cualquier estilo, sentimiento o época con un presupuesto limitado" El productor Walter Wanger impuso a Robert Cummings, al que Mann no consideró demasiado adecuado- [prefería al malogrado Richard Hart que interpretaba al ciudadano de la oposición Jean-Paul Marat ] para su papel protagonista como el aventurero Charles D'Aubigny enfrentado al sangriento dictador Maximilien Robespierre (Richard Basehart). Pero Wanger había firmado un contrato con Cummings la película se convirtió en una coproducción con la propia compañía de Cummings: United Californian. Arlene Dahl fue prestada por MGM.como protagonista principal.

1940 y 1950 representan la entrada por puerta grande hacia el western de Anthony Mann con "The Furies" ("Las furias"), con una esplendida  Barbara Stanwyck, Wendell Corey, Walter Huston, Judith Anderson, y Gilbert Roland.[ la película recaudó 1,55 millones de dólares en los distribuidores de Estados Unidos y Canadá. Mann reflexionó sobre ella: "Tenía personajes maravillosos, noticias interesantes, pero fracasó porque a nadie le importaba nada; todos estaban desorientados, desarraigados y se odiaban". Y Winchester 73", film que iba a suponer su magnífica colaboración con James Stewart, coprotagonizado por Shelley Winters, Dan Duryea, Stephen McNally, y Charles Drake , y que Mann acometería con una personalidad magistral rebosante en todas sus facetas de un espléndido contorno no menor noir que sus películas ya citadas.



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Contratado por los grandes estudios MGM, ya había rodado para Mayer "Border Incident" Tras este film dirige una nueva película de cine negro "Side Street" ("Calle lateral"), 1950,  con la pareja  Farley Granger y Cathy O'Donnell -que se consideró como una notable extensión del gran éxito anterior filmado por RKO con los mismos intérpretes:"They Live by Night" ("Los amantes de la noche"), de 1948, dirigida por el eximio Nicholas Ray]). "Side Street", coprotagonizada por el galán James Craig -en su primer papel de villano- Paul Kelly, una inolvidable Jean Hagen, Charles McGraw y Richard Basehart, sería la despedida de Mann del cine negro, urbano- la película ofrece una de las visiones más agresivas de la gran ciudad, con una huida opresiva entre los edificios descomunales de New York y su intrincada geografía- y realista-

Universal Pictures quería otra colaboración entre Mann y Stewart. Después de una recomendación de un amigo, Stewart propuso adaptar la novela "Bend of the River" ("Horizontes lejanos"), 1952, de Bill Gulick a Universal. El estudio estuvo de acuerdo y compró los derechos cinematográficos. Fue coprotagonizada por un extraordinario Arthur Kennedy -cuyo acostumbrado desdoblamiento del actor entre la amistad y la maldad alcanzaron cotas tan altas que superaba al protagonista Stewart-, además de Julia Adams y un Rock Hudson en sus principios.
 
El actor y director realizaron al año siguiente una película de aventuras contemporánea sobre buscadores de petróleo: "Thunder Bay" ("Bahía negra"), 1953, con Dan Duryea, Gilbert Roland y Joanne Dru. Sintiéndose insatisfecho con la película final, Mann declaró: "Lo intentamos, pero todo estaba demasiado inventado y la historia era débil. Nunca pudimos superarla... No obtuvo muy buenas críticas pero, por supuesto, obtuvo ganancias".

Mann que trascendía la pantalla para transmitir paisajes telúricos con toda propiedad y vibraciónes desesperadas que ya privilegiaban la grandiosidad del horizonte cinematográfico en que había empezado a moverse, fue requerido por MGM y el director Mervyn LeRoy para que filmase, en la epopéyica "Quo Vadis?", las escenas de Roma en llamas.



 








Y fue el primer director que intervino en la colosalista "Spartacus"("Espartaco")-que no llegó a dirigir por las ingerencias intempestivas con que Kirk Douglas, productor ejecutivo de la misma, trató de hacerse con el control del film- Y que, más tarde, nos legó uno de los más bellos discursos ideológicos de los Fastos Cesáreos con su majestuosa "The Fall of the Roman Empire" ("La caída del Imperio Romano"),  enorme producción de Samuel Bronston, que contó con un reparto espectacular: Christopher Plummer que interpretaba a Comodo el hijo de Marco Aurelio, al que daba vida  Alec Guinness -que según explicó en una entrevista tan sólo había visto diez minutos del film- James Mason, John Ireland, Mel Ferrer, Anthony Quaile, Omar Sharif, Douglas Wilmer, Finlay Currie, Eric Porter, Andrew Keir, Norman Wooland, y Virgilio Teixeira. El magnífico sound-track de Dimitri Tiomkin fue nominado al Oscar y consiguió el Globo de Oro. Aunque la película obtuvo buenos resultados a nivel internacional cuando se estrenó en abril de 1964, fue un fracaso de taquilla en los Estados Unidos y marcó el fin de las epopeyas romanas en la década de 1960. Más apreciada con el paso del tiempo, "La caída del Imperio Romano" también fue reconocida por los críticos como una gran inspiración para la película "Gladiator", de Ridley Scott, ganadora del Premio de la Academia, pese a ser muy inferior a su predecesora.







Y aquel no menos minucioso estudio ambiental de la España Medieval, producido de nuevo por Samuel Bronston, de un sublime perfeccionismo detallista, que fuera "El Cid", 1961, con otro espectacular reparto compuesto por Charlton Heston, Sophia Loren, Raf Vallone, John Fraser, Geneviève Page, Gary Raymond, Herbert Lom, Douglas Wilmer, Massimo Serato, Michael Holderr, Ralph Truman, Hurd Hatfield, Gerard Tichy, Andrew Cruickshank, Frank Thring y Fausto Tozzi.  Película monumental donde las haya, que, pese a la impuesta esquematización de algunos de los hechos históricos, y un tira y afloja entre la mentira y la verdad, que tendían a descompensar hasta cierto punto el auténtico carisma del temperamental personaje, gozó, no obstante, de todas las virtudes espectaculares del género de: "Lo que en realidad cuenta es lo que ahora ves y disfrutas, y no lo que en verdad fue..."). Nominada a 3 Oscars de la Academia, entre ellos el epopéyico y majestuoso sound-track de Miklós Rózsa.
 



   
                               
                                                                            
 

 

 

                  

El arrebatador western "The Man from Laramie" ("El hombre de Laramie"), 1955, coprotagonizada de nuevo por un extraordinario Arthur Kennedy, cuyo personaje nuevamente desdoblado entre el bien y el mal se adueña por completo del film, y Cathy O'Donnell, Donald Crisp, Aline McMahon, Wallace Ford y Alex Nicol, supuso la última colaboración de James Stewart con Anthony Mann, con el que había rodado siete películas más: "Winchester 73", 1950, "Bend of the River" ("Horizontes lejanos"), 1952, "The Naked Spur" ("Colorado Jim"), con dos sobresalientes villanos encarnados por Robert Ryan y Ralph Meeker, además de Janeth Leigh,  y Millard Mitchell, "Thunder Bay" ("Bahía negra"), ambas de 1953, "The Glen Miller Story" ("Música y lágrimas"), con June Allison, Harry Morgan, Barton MacLane, George Tobias, Louis Armstrong y Charles Drake, y la excepcional "The Far Country" ("Tierras lejanas"), con Ruth Roman, Corinne Calvet, John McIntire y Walter Breenan, ambas de 1954.



Y el film bélico "Strategic Air Command" ("Acorazados del aire"), 1955. de nuevo con June Allyson, Frank Lovejoy, Barry Sullivan, Alex Nicol y Bruce Bennet. Aunque estaba previsto que volvieran a colaborar en otro western "Night Passage" ("La última bala"), 1957, que interpretaron Stewart, Audie Murphy, Brandon de Wilde, Dan Duryea y Dianne Foster, Mann abandonó el proyecto por diferencias creativas, y la acabó dirigiendo un casi desconopcido James Neilson que no dudó en seguir la estela artística impuesta por Mann en todos sus westerns. James Stewart y Anthony Mann nunca volvieron a trabajar juntos. El segundo proyecto de Mann para Columbia fue "The Last Frontier" ("La última frontera"), 1956, protagonizada por Victor Mature, Guy Madison y Robert Preston. Un Mann en horas bajas que fracasó en taquilla.





Mann, no obstante, como gigantesco artesano cinematográfico y hombre de gran cultura, polarizó todavía su obra  hacia ese género que se nutriera de una todavía palpable mitología nacida de la conquista y colonización del Oeste (a través de la cual aquellos arriesgados y cerriles centauros de las praderas, ya como invasores, ya como exterminadores de las autóctonas razas que habitaran sus inmensos territorios, constituyeran la primera epopeya histórica -masacres indígenas incluidas- de un país sin historia). Otros westerns relevantes fueron "Devil's Doorway" ("La puerta del diablo"), que Mann dirigió en 1950, con el galán por excelencia de MGM, Robert Taylor, convertido esta vez en un indio de la tribu Shoshone, que morirá por defender el territorio indio que tratan de arrebatarle. Fue coprotagonizada por Louis Calhern, Paula Raymond, Marshall Thompson, y James Mitchell.

Y la fracasada epopeya de colonizadores con Glenn Ford en una nueva versión de "Cimarrón", 1960, coprotagonizada por Maria Schell, Anne Baxter, Arthur O'Connell, Russ Tamblyn, Mercedes McCambridge, Vic Morrow, Robert Keith, Charles McGraw, Harry Morgan, Aline McMahon y Lili Darvas. Mann había filmado en locaciones a lo largo de doce días, pero durante el rodaje hubo tormentas problemáticas. En respuesta, los ejecutivos del estudio MGM decidieron trasladar la producción al interior. Mann no estuvo de acuerdo y comentó que la película se había convertido en "un desastre económico y un fiasco". No obstante, el tiempo la ha revalorizado merecidamente.


Mann  siguió ofrendando virajes decisivos, o inversiones ideológicas, a sus crónicas cinematográficas, sin la menor dificultad narrativa, estableciendo siempre su influyente paralelismo perfeccionista a cuantos cambios substanciales de los acontecimientos históricos se atrevió a abordar, ya estuvieran basados en hechos reales (por medio de los cuales los seres humanos han acostumbrado a encarrilar, no siempre como hubiese sido de desear, su paso por este mundo), o en la más pura y atractiva de las ficciones. Dirigió un musical protagonizado por el cantante y tenor Mario Lanza titulado "Serenade" ("Dos pasiones y un amor"), 1956, con Joan Fontaine, Vincent Price, Joseph Calleia, Vince Edwards y Sara -Sarita- Montiel, recién exportada del cine mexicano, con la que Mann contrajo matrimonio, y se convirtió en su segunda esposa -divorciándose en 1963-.

 

En agosto de 1957, Mann anunció que había adquirido los derechos cinematográficos de la novela "This is the Hour" ("Esta es la hora") de Lion Feuchtwanger, que contaba una historia ficticia del pintor Francisco Goya. Montiel iba a interpretar a María Teresa de Cayetana, duquesa de Alba.

En febrero de 1958, Mann había abandonado el proyecto mientras se estaba produciendo una película rival titulada "The Naked Maja" ("La Maja Desnuda"), 1958, una co-producción italiana con Titanus y United Artist, dirigida por el irregular Henry Koster, con Ava Gardner, Anthony Franciosa, Amedeo Nazzari, Gino Cervi y Lea Padovani.


Luego compró los derechos cinematográficos de la novela "Ripe Fruit" de John McPartland, recientemente publicada, con Montiel como protagonista. Sin embargo, el proyecto no logró materializarse.

Había vuelto al cine bélico en 1957 con "Men in War" ("La colina de los diablos de acero"), esta vez enclavada en la guerra de Corea, con Robert Ryan, Aldo Ray, Robert Keith, Vic Morrow, y James Edwards. Y retomó el tema volviendo a la II Guerra Mundial con "The Heroes of Telemark" ("Los héroes de Telemark"), en 1965, sobre la ocupación Nazi en Noruega, con Kirk Douglas, Richard Harris, Ulla Jacobsson, Michael Redgrave, Mervyn Jones, Eric Porter y Anton Diffring. 
Tras estos dos últimos proyectos, Mann, que no se había alejado definitivamente de su pasión por los westerns, realizó dos films póstumos de dicho género. En 1957, "The Tin Star" ("Cazador de forajidos"), con Henry Fonda, Anthony Perkins, Michel Ray John McIntire, Betsy Palmer, Mary Webster, Peter Baldwin, Neville Brand y Lee Van Cleef
 
Y en 1958 "Man of the West" ("Hombre del oeste"), de nuevo en formato Cinemascope, una de las últimas apariciones de Gary Cooper en el cine del Oeste, coprotagonizada por Julie London, Lee J. Cobb, Arthur O'Connell, John Dehner, Royal Dano, Robert J. Wilke, y Jack Lord.
Ese año 1958, Mann adaptó magníficamente a la pantalla la novela de Erskine Caldwell "God's Little Acre" ("La pequeña tierra de Dios"), con un extraordinario Robert Ryan, al que vuelve a reunir con Aldo Ray, Tina Louise, Michael Landon, Buddy Hackett, Lance Fuller, Rex Ingram y Vic Morrow.



En octubre de 1966, Mann anuncia que va a producir y rodar el thriller de espíonajes "A Dandy in Aspic" ("Sentencia para un Dandy"), con Columbia Pictures, que se estrenó en 1968, protagonizada por Laurence Harvey, Mia Farrow, Tom Courtenay, Harry Andrews, Peter Cook, Lionel Stander, Per Oscarsson y Barbara Murray. El film se filmaría enteramente en Europa, en locaciones de Austria, Alemania y Londres. En el momento de su muerte, Mann estaba desarrollando tres proyectos: una película occidental titulada "The King", una adaptación libre de "King Lear", con hijos reemplazando a las hijas, y dos nuevos westerns "The Donner Pass", una película sobre pioneros que caminaban hacia el paso Donner; y "The Canyon", sobre un joven nativo americano enfrentado a la violencia del entorno.
En 1963, el matrimonio con Sara Montiel fue anulado en Madrid. Mann se casó de nuevo con Anna Kuzko, una bailarina que anteriormente trabajó en el teatro londinense "Sadler's Wells",  y que tuvo un hijo llamado Nicholas. El 29 de abril de 1967, Mann sufrió un infarto mortal en su habitación de hotel en Berlín. Las dos semanas anteriores había estado rodando "A Dandy in Aspic". La película fue completada por la estrella de la película Laurence Harvey. Mann fue un maestro indiscutible en grandes filmaciones de paisajes ya fueran de connotaciones históricas o en sus afamados films del Oeste Norteamericano. Ateniéndose a ello declararía: "El uso de la ubicación es para realzar a los personajes que están involucrados en él, porque alguien que es realmente menor en sentimientos y menor como actor puede volverse tremendo una vez que se enfrenta a un fondo tremendamente pictórico. El gran valor de usar ubicaciones es que lo realza todo: realza la historia; realza la acción misma y la actuación. Nunca mostraré un paisaje, un desfiladero, un abismo, sin un actor en él".