sábado, 30 de julio de 2022

King Rat -2- & Merry Christmas Mr Lawrence (Feliz Navidad Mr. Lawrence)




 
En 1958, el director británico Val Guest ofreció  una nueva y positiva dimensión del horror inscrito en los campamentos japoneses del continente asiático, donde se vieron atrapados tanto hombres como mujeres y niños, en su film (hoy, desgraciadamente, olvidado, pero recuperado en formato DVD) "The Camp on Blood Island" ("La isla sangrienta"), interpretada por André Morell, Carl Möhner, Walter Fitzgerald, Edward Underdown, Phil Brown, Barbara Shelley, Michael Goodliffe, Ronald Radd, y Marne Maitland. {En Malaya, durante la Segunda Guerra Mundial, hombres, mujeres y niños están atrapados en el campo de concentración japonés de Blood Island. Todos ellos temen que el sádico comandante que gobierna el campo no dudará en asesinarlos cuando se entere de la derrota de su país. Un plantador holandés  destroza la radio japonesa para que la noticia no llegue hasta el enemigo. Luego, un oficial británico y una viuda se unen al holandés en la dura tarea de conseguir armas y poder defenderse de la probable venganza nipona. Finalmente, llegan los aliados y liberan el campo, tras una gran refriega con las tropas niponas} Ronald Radd fue nominado al premio Bafta como Mejor Promesa interpretativa del año 1958.





 

Otro gran hito cinematográfico posterior del drama que supuso para los ejércitos británicos y norteamericanos la reclusión en campos de concentración japoneses en diversas zonas del continente asiático fue el audaz arrojo uranista de los dos intérpretes principales Ryûichi Sakamoto como Capitán Yonoi {músico, cantautor y compositor también de su extraordinaria banda sonora que obtuvo el premio Bafta al Mejor Sound-Track} y el cantante británico David Bowie como el Mayor australiano Jack "Strafer" Celliers, dirigidos por el gran Nagisa Ōshima en el terrible (por sus escenas tremebundas) drama bélico "Merry Christmas Mr Lawrence" ("Feliz Navidad, Mr. Lawrence"), también conocida por "Furyō", que se estrenó el 10 de mayo de 1983, y coprotagonizada por Tom Conti, Jack Thompson, Takeshi Kitano, Yûya Uchida y Johnny Okura.



La película se basó en la novela autobiográfica del escritor sudafricano, agricultor y héroes de guerra, Laurens van ders Post {Philippolis-Sudáfrica, 13 de diciembre de 1906- Londres, Reino Unido, 16 de diciembre de 1996} "The Seed and the Sower" ("La semilla y el sembrador"). Probablemente, tanto Post como Ōshima trataron de expresar con la novela y el film que las crueldades cometidas por Japón, no sólo en los campos de prisioneros {donde Laurens las vivió en sus propias carnes}, sino también contra la población china y filipina, invadida y masacrada por el ejército nipón, fue merecedora en cierto aspecto del castigo nuclear con que Estados Unidos no tuvo más remedio que poner fin a la terrible contienda mundial, en la que los japoneses supusieron, por su barbarie bélica equiparable al nazismo, un serio peligro para la civilización humana.

[Ōshima Nagisa, nacido en Kioto, Japón, el 31 de marzo de 1932 - Fallecido en Fujisawa, Japón, el 15 de enero de 2013, de neumonía a la edad de 80 años]

Nagisa Ōshima por "Feliz Navidad Mr. Lawrence"-"Furyō"- obtuvo una nominación a la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1983.






Un soldado japonés y otro británico que han mantenido una relación sexual, son condenados a muerte. El inglés será decapitado y el japonés es obligado por Yonoi a hacerse el harakiri ante el ejército al que ha vejado con su inmoral conducta.








La trama se desarrolla en la isla de Java en 1942. Durante la II Guerra Mundial, el Mayor australiano Jack Celliers (David Bowie) es capturado y enviado a un campo de prisioneros japonés, y condenado a ser fusilado, tras un juicio sumarísimo, cuyo testigo de cargo es el comandante del campo que lo ha hecho prisionero, el Capitán Yonoi (Ryûichi Sakamoto), que impone los más feroces valores militares basados en una férrea  disciplina, además  del honor y la gloria al más puro estilo nipón. Pero su celo oculta una homosexualiadad reprimida,  ya que dicho desviacionismo sexual en un Japón tradicionalista de la condición más varonil de sus soldados le reportaría la ignominia absoluta y una probable pena de muerte. Celliers recibe una descarga de balas de fogueo, y es devuelto al barracón de prisioneros. Yonoi jamás anula ninguno de sus prejuicios de implacable celo en el honor y valor del que siempre ha hecho gala todo habitante de Japón. Es como un alumno desaforado de la vieja escuela de medievalismo "bushi" (guerrero o "ronin"), y posee la firme convicción de que los soldados aliados británicos australianos y norteamericanos no son más que unos cobardes al entregarse al ejército vencedor en vez de suicidarse como haría un samurai. Sin embargo, Yonoi no puede evitar sentir una atracción prohibida por el Mayor Celliers, sencillo, generoso y gran compañero de los prisioneros.  
No obstante, Celliers arrastra el trauma de no haber sabido comprender a su hermano pequeño, cuya sensibilidad siempre fue objeto de burla de todos sus amigos de colegio en Inglaterra),  provocando tensiones entre guardianes y prisioneros, algunas de ellas sangrientas,  a las cuales se debe añadir el choque de la mentalidad nipona contra la de los aliados enemigos del Japón. Uno de los prisioneros, el teniente coronel John Lawrence (Tom Conti) se muestra demasiado indulgente con la forma de pensar y actuar de los japoneses, y mantiene conversaciones de gran naturaleza humanista con el más comprensivo soldado nipón sargento Gengō Hara (Takeshi Kitano). Sufre, no obstante, una cruel prisión por ser considerado un traidor.
 






Finalmente, en un acto considerado como ignominioso ante la tropa nipona, [que comandada por Yonoi, se dispone a decapitar a un oficial británico que se ha rebelado contra su mando], Celliers impedirá la ejecución besando al capitán ante sus soldados. Yonoi queda avergonzado, levanta su espada amenazándole, y grita, pero se desploma con total desesperación por la ofensa que acaba de sufrir, ultrajada su virilidad delante de sus hombres con ese beso.


Y Celliers, al reflejar su sensibilidad uranista a la vista de todos, y que le ha llevado a cometer tal agravio contra la masculinidad de Yonoi, poniéndola en entredicho ante sus soldados, es condenado a morir, sepultado vivo, unicamente exteriorizada su cabeza, sufriendo así la más horrible y lenta de las muertes que se puedan inferir a un ser humano. Yonoi no puede tampoco remediar sus remordimientos sintiéndose al mismo tiempo no tan sólo como complice, sino también espiritualmente víctima propiciatoria frente al espantoso suplicio que se está cometiendo con Celliers. Y como acto de arrepentimiento corta unos cabellos del condenado, entre los cuales se posa una blanca mariposa nocturna.  {Antes de morir, Celliers tiene una visión: se une a su hermano pequeño mostrándole todo el cariño y protección que una vez le negó en la lejana Inglaterra}