El humor
de situación y de filiación vodevilesca nada debe en verdad a los estropicios,
carreras y revolcones que en la etapa del Silent el cine ofreció a fin de hacer
estallar las risas de un público que llenaba las viejas salas cinematográficas
en el gran apogeo de la imagen en movimiento correspondiente a los períodos que
fueron del 1910 al 1930. Aquel tipo de comedia estrepitosa en todos los
sentidos creó uno de los fenómenosde
histeria colectiva más desatados que registran los anales del Star-System. El
cortometraje cómico, recibido con regocijo por el público, pasó en consecuencia
a convertirse en un ingrediente imprescindible en los circuitos de exhibición
cinematográfica. El gran magnate Mack Sennet {1880-1960}, que trabajó hasta
1908 como actor y cantante en operetas burlescas y se formó como intérprete y
ayudante de dirección a las órdenes de David Wark Griffith {1875-1948} en la productora Biograph
(1909-1910), inició su carrera de realizador en 1911, y en julio de 1912
fundó, junto a la actriz cómica Mabel Normand,el también cómico Ford Sterling, y el apoyo
económico del magnate AdamKesel, la productora Keystone, que se convertiría en
el centro de gravedad del burlesque americano. Dirigió y supervisó entre 1911 y
1935 más de 1.500 films y trabajó con todos los grandes cómicos de la que fue
llamada “edad de oro” de la comedia. Sennet resumió en todos ellos una estética
caracterizada por la desmesura de los rasgos de sus actores y de las
situaciones cómicas expuestas con un ritmo enloquecedor.
Por su tamiz
desfilaron figuras como las del piloto de carrerasBarney Oldfield que saltó a la fama con la demencial “Race for
Life” de 1913, el obeso Roscoe Arbuckle "Fatty"(1887-1933), que concluyó su
carrera trágicamente acusado de asesinato en una de sus noches de orgía.
Y el
gran Buster Keaton (1891-1966), y las alegres bañistas (bathing beauties) que
Sennet introdujo en sus películas tras asistir a un concurso de trajes de baño
en Santa Mónica.
Mack Sennett
[Michael
Sinnott, Nacido en Richmond, Quebec, Canadá, el 17 de enero de 1880-
Fallecido en Woodland Hills, Los Ángeles, California, 5 de noviembre de
1960 a la edad de 80 años]
Mack Sennet descubrió también cómicos de la talla de Charles
Chaplin, Ben Turpin, Harold Lloyd, HarryLangdon, Wallace Beery, Louise
Fazenda, Gloria Swanson, W.C. Fields, Bing Crosby, Marie Dressler, Chester
Conklin y Mack Swain. El mundo dislocado de Sennet, con sus vertiginosas
persecuciones en Ford T, carrerassobre
tejados, caídas desde alturas increíbles, porrazos, patadas al trasero,
auténticas batallas de tartas de crema, bombas de dinamita, orgías de
inimaginables destrucciones (y no sólo de objetos, sino del orden establecido y
de sus más respetables y severas encarnaciones) es el producto espontáneo de
una civilización juvenil, no condicionada por una abigarrada tradición
cultural. Pero lo que se llamó el slapstick de Sennet no fue una creación
personal de forma cómica inédita, porque en realidad se asentó y
aprendió de la Commediadell’arte que floreció en la Italia Renacentista.
{Desde el siglo XVI y hasta bien entrado el XVIII compañías italianas de
teatro recorrían Europa interpretando lo que llegó a conocerse como commedia dell’arte}
Arroseur et arrosé
Así los famosos gags de Sennet, unidad hilarante que tuvo su antecedente lejano en los lazzi
de la citada Commmedia, también formaron parte mucho antes del mundo del music-hall, de
cuya jerga procede dicha palabra. Recordemos que el primer y más famoso gag del
cine fue "Arroseur et arrosé"(“El jardinero regado"), 1895, de Lumière {1862-1954}. Con toda probabilidad Sennet nunca
teorizó sobre la naturaleza y esencia del gag, pero lo que sí es cierto es que
fue un práctico, fecundo y genial intuitivo. De su maestro Griffith adquirió
la imprescindible soltura técnica y agilidad narrativa y formó con él, y con
el malogrado ThomasH. Ince, el
triángulo creador sobre el que se asentó la gran historia del cine
norteamericano.
No
vamos, pues a negar que la gran personalidad independiente de Woody
Allen pugna por surgir y logra escapar a la ferocidad y el viejo
esquematismo cómico que Sennet impuso a sus creaciones. Allen fue
desarrollando al máximo sus geniales posibilidades cómicas, sin limitarse a
evidenciarlas en la arcaica forma embrionaria con que las atenazó aquella
lejana concepción disparatada y destructora de las Keystone Comedies. E
impone por tanto su mundo poético personal con elementos nostálgicos constantes
en su nueva mitología de la comedia moderna. Es todo lo sincero que se
puede ser y no le importa mofarse del presuntuoso Hollywood y de su viejo reino
de estrellas. Se transforma en un prestidigitador de un flamante arte humorístico
al que otorga el feroz sentido satírico de un Aristófanes del siglo XX,
pero incorporando a sus personajes una cálida dimensión humana muy alejada de
los estrafalarios muñecos creados por el mundo demencial de Sennet.
Pero
tampoco deja de dinamitar sistemáticamente muchas de las llamadas “instituciones
respetables", aunque es capaz de añadir a todo ello una apremiante llamada
al amor y al sexo, y, ¡cómo no!, a la fraternidad humana. Muchas de sus mejores
películas son polémicas y acusadoras porque casi siempre ataca la absurda
crueldad de la sociedad y la sinrazón de los puritanos e hipócritas que la
forman. Y su humor, por tanto, es utilizado como arma corrosiva, creativa de
una natural complejidad psicológica muy de agradecer. Complejidad que casi
siempre anda mezclada en la contradictoria selva de instintos e ideales de
hombres y mujeres, y en la insaciable ansia de amor que, a través de los
mismos, anida en todo ser humano. Allen es también, por fortuna,
un genial conocedor de los resortes psicológicos de la risa. Pero la risa, como
dijo algún cómico famoso, no es incompatible con la ternura, la crítica, o
cierto grado de romanticismo, y hasta del idealismo altruista de un Don
Quijote, al que por supuesto se une, ayer, hoy y siempre, el
materialismo hedonista de Sancho Panza. No es de extrañar tampoco que
Allen, como portavoz de muchas de las aspiraciones más nobles del hombre,
rehuya con sus genialidades psicológicas el endurecido y metalizado corazón de
Hollywood, desde mucho tiempo ha, convertido en presa de los grandes bancos y
en campo de vastas operacionesfinancieras.
Al elegir “Broadway Danny
Rose”, de 1984, material documental del mundo del espectáculo y de sus
promotores, el independiente Allen, dispuesto siempre a jugarse el tipo para
defender sus huidas ante el monopolio de Hollywood y salvar su cine de
aquella gran jungla de intereses y prejuicios, toma también su carta de
naturaleza a fin de irradiar entre sus imágenes el pérfido atractivo del éxito,
y se permite también el arresto de crear sus propios caos y confusiones, y
crecerse, con las máximas dificultades, entre el siempre penoso recorrido
ilustrador de la ingratitud más flagrante, utilizando para ello imágenes y situaciones
disparatadas, en las que, al tiempo que se condena la frivolidad del artista,
también hallan su eco las inquietudes adivinatorias (entre las mismas
precisamente el personaje de la “chica”, que sale mal librada, apareciendo de
nuevo como “cosificada” en un ambiente hecho por y para los hombres, aunque
Allen se permita no dar de lado al “final feliz”; ese famoso "happy-end"
que, en tantas periódicas “dosis de cine”, de modo semejante a la ración de coca
que explica la resistencia de los indios peruanos, se convierte en un veneno
lento. No obstante, hay que destacar que el final feliz que WoodyAllen acaba concediendo a su Danny Rose, por medio de una Mia Farrow superlativa y más deslumbrante que nunca,
es uno de los más bellos, tiernos y conmovedores jamás filmados). Y a
todo este embolado artísticamente genial también se le abre un
hueco a la molicie con su grado de demencia criminal mafiosa, para
acabar con
la pronta ascensión del artista ambicioso y desagradecido, y la
decadencia del promotor
enfebrecido que siempre yace agazapada en la tentación del gran
espectáculo y
en el numen de sus artistas. Y por ello no negaremos que hay en Allen una
vocación cómica fastuosa, capaz de crear una colección genial de mascaradas
cinematográficas, que por su especial significación psicológica y crítica posee
el más cuidadoso estilo de un divino vate.
La
historia de Danny Rose (Woody Allen) se cuenta en un flashback, una
anécdota compartida entre un grupo de comediantes durante un almuerzo en
el Carnegie Deli de Nueva York.
Danny ahora incluye en sus repertorios al lagarto de
salón fracasado Lou Canova (Nick Apollo Forte), cuya carrera está en
recuperación.
Dannytrabaja
muy duro para sus actos como promotor, a menudo atendiendo a casi todas sus
necesidades, tanto personales como profesionales.
Lou, que tiene esposa y tres hijos, se enamora locamente de una mujer algo vulgar y deslenguada,
Tina (Mia Farrow), que
anteriormente había salido con un mafioso (un hombre que todavía está
enamorado de ella). Lou quiere que ella lo acompañe a un gran concierto
que Danny le ha conseguido en el Waldorf Astoria, donde actuará frente a
Milton Berle, quien podría contratarlo para cosas aún más importantes.
Tina se muestra ante Danny totalmente indignada contra Lou, a quien según explica, unos amigos
han visto en brazos de una rubia la noche anterior. Furiosa, con el
teléfono en la mano, insulta a su amante e insiste en que no quiere
saber nada de él, ni piensa asistir a su representación en el Waldorf
Astoria.
Luego Tina abandona el apartamento, seguida por Danny.
La joven se dirige a casa de una visionaria de origen italiano, que toma el
pelo a toda su supersticiosa e ignorante clientela de barrio con sus predicciones. No obstante Tina,
cree a pies juntillas todos los vaticinios con que la engatusa la
visionaria postrada en el lecho, y por los cuales recibe buenosdividendos.
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