miércoles, 1 de junio de 2022

Mujeres al borde de un ataque de nervios (Women on the Verge of a Nervous Breakdown)

Comedia de auténtico lujo, magnífica parodia del melodrama más desatado. Propuesta enfebrecida sobre las más esperpénticas crisis nerviosas y la incomunicación entre hombres y mujeres, aunque todos y cada uno de sus protagonistas no cesen de intentar conectarse con el medio en que se amalgaman, compartir emociones y recuperar sentimientos que se han ido por las cloacas de la incomprensión, y muy en especial descolgar sus neuras por donde pueden, que en este caso son los lugares más imprevisibles que imaginarse pueda. Un colectivo humano al que, por supuesto, no se puede tomar en serio, aunque sus gags cumplan con todos los requisitos capaces de aumentar la efectividad de una comedia de altura.


 
 




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Carmen Maura (¡genial Pepa!), actriz de doblaje, despierta sobresaltada al oír el teléfono, esperanzada en que la llamada sea del hombre que al parecer la ha abandonado.


Pepa no puede contener sus lágrimas mientras en el estudio de doblaje  presta su voz a la actriz
Joan Crawford en el film "Johnny Guitar"




                           Ivan un actor de doblaje compañero, amante y mujeriego (inolvidable
Fernando Guillén)


 

Después va y viene por su ático, neurótica perdida, se despista, y desata sus nervios como una Aurora Bautista enfrentada a las tropas napoleónicas en “Agustina de Aragón”. El teléfono es su fetiche endiablado. Parece, salvando las distancias, Anna Magnani en "L'Amore" de Rossellini. 

Luego, asegurando que está cansada de ser buena, balancea un capullo de rosa rojo, y acaba como una zombi, totalmente apática, con el capullo todavía en la mano, ante la tragedia que está a punto de provocar.  
Y prende fuego al colchón de esa cama donde, seguramente, vivió sus últimos encuentros amorosos con Ivan.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
                      Tras el pequeño desastre que arma con su cama, se prepara un gazpacho con tranquilizantes.
 
 


Y todo el plantel de personajes, con el gazpacho ya en el estómago, acabarán  pronto en el reino de Morfeo. Entre ellos el jefe de policía.




Y Pepa se enfrenta a Julieta Serrano (Lucía, ex mujer de Ivan), que está como una regadera, y por supuesto no puede perdonarle su condición de adúltera, tras haberle robado al marido, el chulángano actor de doblaje, ex amante de Pepa
,
y que a su vez las ha abandonado a las dos.

 
Y la loca de atar de la  Serrano, tras lanzarle su vaso de gazpacho en toda la cara a la Maura, se dispone a asesinar en el aeropuerto al marido, que se larga de Madrid, huyendo con una nueva mengana, la abogada Paulina Morales (Kitty Mánver). 



Es un clamor de venganza en toda regla, aunque la interfecta acabará más pronto que tarde en el manicomio. Y con su vestimenta de esquizoide pasada de moda y su pelucón a lo Gelu, abre sus partes pudendas sobre una moto que pertenece a otra vagina, dispuesta, con su cabeza al viento como una monstruosa Medusa mitológica, a cumplir con los requisitos del desafuero vengativo en que anda enfrascada, aunque eso le cueste destrozarse el peinado postizo como a Shirley MacLaine en “La fuerza del cariño”

 


María Barranco (¡sublime Candela!), libidinosa y algo tontorrona, se estrena con un intento de suicidio de toma pan y moja desde lo alto del balcón del ático de Pepa, después de su encuentro fornicador con unos "chiitas".




                          Antonio Banderas
, (Carlos, hijo de Ivan), atontadillo, tartamudea, pero no por eso deja de intentar ligar con Candela
.




Y Loles León que se añade al ruedo femenino y masculino como una secretaria metomentodo en el estudio de doblaje, "rayando" siempre a la pobre Pepa y sus obsesiones con el dichoso teléfono.

Y Chus Lampreave, portera del edificio donde vive Pepa que no puede mentir a Ivan (aunque le gustaría hacerlo), porque es una "Testiga de Jehová"
 



Y Rossy de Palma (Marisa, increíble novia de Carlos, que además de su careto insufrible, tiene un genio protestón de la hostia), tras echarle un buen trago al gazpacho con adormidera, vive orgasmos en sueños, porque, a la luz del día, ¡cualquiera le mete mano!

 




Kitty
Mánver (
Paulina Morales, abogada y nueva amante de Iván) tras recibir y tratar a patadas a Pepa, recibe un sopapo por parte de ésta como el de "Gilda", y por si fuera poco, le arrea después un discazo de vinilo en todo el cogote desde la terraza de su ático, que le hace soltar escorpiones por la boca (cosa ya habitual en la Mánver).
 


Un historión "hard-core-sentimental", como fue clasificado, donde todos, como no podía ser de otra manera, acaban, como el Norman Bates de Hitchcock, psicóticos perdidos. Pedro Almodóvar parece el Ernst Lubitsch de "To Be or not to Be" por la zapatiesta que monta, o un Vincente Minnelli o Stanley Donen por los colorines que luce, en esta comedia demencial, plagada de magníficas actrices. Es perfecta. Lo mejor de toda su filmografía. Merecía el Oscar.
 






Y Guillermo Montesinos, el taxista más friki de todo Madrid, con su taxi Mambo, dispuesto a correr todos los riesgos en ayuda de Pepa.
 


Aventuras urbanas con delirios de "Mantis Religiosas" ¡Para fans muy fans! Pero, conste, que pasará a la historia del Séptimo Arte Español.