miércoles, 8 de noviembre de 2023

JAMES DEAN: "El mito que nunca envejeció" -1-

[James Byron Dean, nacido en Marion, Indiana, EE.UU., el 8 de febrero de 1931  – Fallecido en la carretera de Cholame, California, el 30 de september de 1955 por choque automovilístico a la edad de 24 años]

"La tragedia que significó la muerte por accidente automovilístico de James Dean me sumiría en una de las mayores depresiones que sufrí en mi vida"

Nicholas Ray (1911-1979), director de "Rebel Without a Cause", 1955. 

Al apogeo del binomio en que podía haberse convertido el encuentro de Nicholas Ray con James Dean, tras "Rebel without a cause" ("Rebelde sin causa"), 1955, se interpuso así el acento amargo del infausto accidente que tuvo lugar en el cruce 41-46 de Cholame, localidad de California, el 30 de septiembre de 1955, cuando Dean decidió conducir a lo largo de la costa californiana su Porsche Spyder 555, bautizado como "Little Bastard" por el famoso corredor de su época Bill Hickman, dirigiéndose a toda velocidad para participar en una carrera que se iba a celebrar en Salinas.

                                30 de septiembre de 1955 


Al atardecer, en el citado cruce apareció un Ford conducido por un estudiante. Dean, que iba acompañado de su mecánico Rolf Wütherich, trató de esquivarlo y no pudo, según contara Rolf. El encontronazo fue tan brutal que el Porsche acabó incrustándose contra el Ford frontalmente por la izquierda. James Dean se rompió el cuello, muriendo de inmediato. Tenía tan sólo 24 años. De quien fue la culpa, es algo que, aún hoy, no se sabe con certeza. De lo que no cabe duda es de que Dean iba demasiado deprisa, y quizás el otro conductor, debido a la escasez de luz, no viera el polvoriento Porsche hasta que fue demasiado tarde. (El citado estudiante, que conducía el Ford, únicamente se rompió la nariz y se lastimó un hombro. En 1995 murió de cáncer. Rolf Wütherich, que salió despedido del coche, se destrozó una pierna y se rompió la mandíbula. Rolf había intentado suicidarse en reiteradas ocasiones, tras la muerte de Dean. Fallecería, finalmente, en 1981, después de un accidente de coche en Alemania.
 

LAS IMAGENES CINEMATOGRÁFICAS DE LAS TRES PELÍCULAS INOLVIDABLES QUE JAMES DEAN INTERPRETÓ

{EAST OF EDEN" -"AL ESTE DEL EDÉN"}, 1955, bsada en la novle de JOHN STEINBECK, dirigda por ELIA KAZAN, con JULIE HARRIS, RAYMOND MASEY, RICHARD DAVALOS, BUR IVES , ALBERT DEKKER, LOIS SMITH Y JO VAN FLEET-OSCAR MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA"
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
James Dean, el magnético joven de espíritu torturado, el inolvidable Cal Trask de "East of Eden" ("Al este del Edén"), 1954, ya se había asegurado "una especie de bíblica impunidad cinematográfica", séase: "un lugar privilegiado en el Olimpo Hollywoodense", cuando Elia Kazan, fundador del "Actor's Studio" de New York, y a cuyas clases asistiera con asiduidad el violento y traumatizado actor en ciernes que ya se auguraba en Dean, no dudó en concederle, pasando por encima de un incipiente y no menos desconocido Paul Newman, el papel protagonista de su magistral versión fílmica -tan sólo la segunda parte- de la gran novela de John Steinbeck.








No obstante, para disgusto de Nicholas Ray, Dean había sido rechazado esta vez por la Warner Brothers para encarnar al traumatizado Jim Stark de "Rebel Without a Cause" ("Rebelde sin causa") -dotado, pese a todo, de unas connotaciones morales en absoluto negativas- en favor de Marlon Brando, por suerte no disponible en aquel momento.El lamentable suceso que significara para la Pantalla Grande su prematuro fallecimiento (una semana antes del estreno mundial de su segunda película para la Warner), acotaría definitivamente en la juventud de los años 50 y subsiguientes generaciones -hasta hoy- una de las mayores evocaciones, sentimentalmente míticas, en la cantera antológica que da satisfactorio cumplimiento a la proeza lírica que alimentan las leyendas artísticas. Y que hablan de constantes resurrecciones por parte de todos sus devotos, convirtiendo el sueño de la muerte en una simple postración frente al tiempo. Es como si el templo del mito jamás se derrumbara, sino que siguiera gozando de esa excepcional duración y profundidad emocional que todos sus veneradores ansían conservar. Y es que quizás sea imposible desafiar la eternidad, destruir del todo lo que del todo no se comprende. No hay, pues, que sonreír cuando se habla de la "vida" del mito, porque tan bella alegoría, mientras posea adoradores, no necesita su nox dormienda ("dormir la noche final"). James Dean, para los que lo conocieron, y para quienes siguen idolatrándolo por medio de sus tres únicos films importantes: "East of Eden", "Rebel Without a Cause" y su póstuma "Giant" -dejando a buen recaudo el no menos sentimental redescubrimiento de sus primeras apariciones como extra en otras películas o sus intervenciones televisivas de los años 50-, sigue hoy percibido, para todos los cinéfilos, como uno de los mayores paladines de este juego mitificador que nos impuso el Séptimo Arte. Es como si la muerte en plena juventud, en tanto en cuanto a la injusticia y la crueldad que la misma supone, no hallara más que una respuesta posible a esa sinrazón: el mérito de convertir una leyenda y su tiempo en una imperecedera resurreción sobrehumana.








 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


James Dean, como personaje involucrado en una heterogénea macrocomunidad artística dispuesta casi siempre a ceder a las tentaciones y presiones impuestas por los grandes estudios cinematográficos, y pese a autentificar con su rebeldía los dramas urbanos de la crisis juveniles norteamericanas, fue justamente lo contrario de los "héroes" creados por Hollywood.




Dean, como cualquier otra juvenil silueta de las muchas que no cejaban en perturbar la sociedad con la ya jactaciosamente y monótona presencia de su rebeldía -según ellos, mal comprendida por el mundo adulto-, fue el fiel reflejo de esa juventud que así dislocaba los comportamientos de quienes habían dejado atrás el escalón primerizo de la adolescencia para adentrarse por la senda de los dramas cotidianos de la sociedad en que se hallaban inmersos, especialmente, como ya se indicó, la estadounidense.


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"Soy mucho mejor actor de lo que me han permitido demostrar hasta ahora. Me han reprimido, no puedo poner en práctica todas mis posibilidades. Odio todo aquello que coarta el progreso y el desarrollo" (1955)







Y Dean, con sus excéntricas y coléricas conductas, poseyó, como tantos otros miles de muchachos de la mayor Democracia del mundo, una torva inclinación por tratar de convertir el retórico tema de esa felicidad imposible en este mundo de locos en una "equilibrada sintesis del Mal", o en una infantil obsesión por la idea de la Muerte prematura, (la misma que, inesperadamente, como si pretendiera vengarse del recién llegado actor, no dudó en arrebatarle la vida a los 24 años en un no menos ilógico accidente de coche).

George Stevens, director de el que sería film póstumo de Dean "Giant" ("Gigante), contó sobre James: "Era el más exasperante de los jóvenes actores con que he trabajado en mi vida: desaliñado, poco puntual e indescriptiblemente detestable. Pero he de reconocer que su trabajo como actor era sensacional, lo hacía todo bien... instintivamente" 

La película sería una superproducción de casi cuatro horas, divida en dos partes, con Elizabeth Taylor, Rock Hudson (inadecuado para su papel) James Dean (que un tanto a regañadientes susttuyó a Alan Ladd -ya que éste rechazó el papel.  Dennis Hopper, Paul Fix, Earl Hollimna, Judith Evelyn y Rod Taylor entre otros.
 
 
Dean tuvo numerosos problemas con Stevens del que dijo: "Stevens ha sido horrible. Me ha tenido sentado durente tres días, maquillado y preparado para trabajar desde las nueve en punto de la mañana, y a las seís de la tarde no había ensayado nada. He estado ahí sentado como un bobo viendo como ese cerdo inepto de Rock Hudsson le hacía el amor a Liz Tayñor. y no pienso volver a aguantarlo" Dean durante el rodaje ignoró por completo a Hudson  Hoy la película ha pasado a convertirse en una de las grandes producciones de WarnerBros realzada ante todo por la presencia de Elizabeth Taylor y James Dean, que logra momentos de actuación inigualable en la primera parte del film.El rodaje de "Giant" empezó en los exteriores, cerca de la frontera de México. El calor era tan  asfixiante que Liz Taylor casi no tuvo que fingir su desmayo en una de las primeras escenas del film.
 











 


 


 

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