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lunes, 31 de enero de 2022

Nôtre Dame de París -2- y GINA LOLLOBRIGIDA

 





 
 

 



Rehuyendo los medios superindustrializados de las producciones de Hollywood (incapaces de captar, en sus dos descabaladas, un tanto absurdas, y, por supuesto, adulteradas versiones anteriores rodadas en la Meca del Cine, esta obra poética y delicadamente intimista, con la que el gran escritor Victor Hugo recompensaría a sus fieles lectores, a la hora del balance histórico-literario, con una de las más impactantes reconstrucciones históricas del París del siglo XV, inevitablemente ligado a las masas populares; que sorprende, además, por su veraz y penetrante observación de costumbres y diversiones, siempre bajo la milenaria teocracia oscurantista de la Iglesia Católica y el absolutismo sombrío de la realeza, centrada por aquella época en la testa improductiva, supersticiosa y gazmoña de Luis XI), Jean Delannoy, merced al espléndido guión adaptado que realizan Jean Aurenche y Jacques Prevert, y el expresivo pintoresquismo, por entre el que surge el sugestivo armazón de la catedral de Nôtre-Dame, que al film conceden los decorados que realiza Rene Renoux, la gran aventura cinematográfica se corona con un perfil romántico, puro y simple, más que recomendable para la Europa de la década de los 50. Y que, aunque pueda aparecérsenos hoy también como una exageración más del gran drama histórico-romántico entre la "Bella y la Bestia" excepcionalmente propuesto por Victor Hugo (y a través del cual el gran escritor francés ofrecería al mundo, además de un gigantesco retablo animado por desarraigados y asociales bajo el rarefacto universo de la Edad Media, un "naturalismo poético" capaz de atravesar con inaudita excelsitud los tintes sombríos y el axiomático determinismo pesimista y desgarrador con que se ilustrara nuestro Medioevo Europeo), es capaz de rememorar el ciclo populista de nuestro mejor cine comercial con una lúcida puesta en escena, lo más fiel posible a la monumental obra literaria; demostrando también que, por muy profundas que fueran las convencionales divisiones fronterizas y artísticas que separaran a Europa del gran imperio cinematográfico de Hollywood, no resultaba descabellado en absoluto tratar de rizar el rizo articulador y reivindicativo de la narrativa literaria en nuestro continente, una vez extrapolada a la pantalla (lo que fuera al parecer espejismo inalcanzable lejos de la Meca del Cine). 

 

 

 

 



Celebramos así que esta siguiente (y ya casi definitiva) nueva versión del inmortal clásico de Victor Hugo, catapultada de nuevo al celuloide por Jean Delannoy con gran elegancia, con una muy significativa y agradecible elección de sus protagonistas, dotada igualmente por las suficientes categorías que le ofrendaran el irreprochable script historiado de sus guionistas, y dirigida con ritmo de frenético ballet colorista y en Cinemascope por Delannoy, resulte, a todas luces, notablemente superior a los infumables y anquilosados pastiches perpetrados por Wallace Worsley, en 1923, contando para el personaje de Quasimodo con el polifacético Lon Chaney, y por William Dieterle, en 1939, esta vez con un auténtico titán de la interpretación: Charles Laughton, que no lograría, sin embargo, levantar de su postración al personaje del campanero de Nôtre Dame, dado que el film de Dieterle resultaría, además de acartonado, inexacto hasta el ridículo, (pese a la gran belleza de su protagonista femenina Maureen O'Hara), muy alejado del tiempo histórico y naturalista propuesto por el genial Victor Hugo.




                                "ANÁRKH" (Fatalidad)

 


"¡La Esmeralda! ¡La Esmeralda está en la plaza!-Esta palabra produjo un efecto mágico. Aquel nombre debía ser egipcio. ¡Hermosa visión!... ¡Debe ser una salamandra, una ninfa o una diosa!-Exclamó Gringoire. Rendida al fin la bailarina gitana, acabó de bailar. Y el público la aplaudió calurosamente. ¡Djalí!- Profirió Esmeralda. Apareció una hermosa cabrita blanca, lista y lustrosa. La muchacha se sentó en el suelo y presentó graciosamente la pandereta a la cabra; ésta levantó la pata delantera y dio un suave golpecito en el pandero"

                                          ESMERALDA





                                        [Luigina Lollobrigida, nace en Subiaco, Italia, el 4 de julio de 1927]
 



Sus padres se trasladan a Roma tras la Segunda Guerra Mundial. En dicha ciudad cursa estudios de pintura y escultura. 
 


Consigue en 1947 ser la tercera finalista en el concurso de Miss Italia, que ganaría Lucía Bosé. Italia se erige ya por aquella época en pionera de un nuevo estilo cinematográfico: el neorrealismo, totalmente contrapuesto al glamour de Hollywood.
 
 
 
En 1950 interviene en un film de Duilio Coletti del mismo título "Mis Italia" Siguen varios films italianos en los que "la Lollo", como se la conocería a partir de entonces, se va afianzando.
 

Sus primeros films italianos abarcan una extensa filmografía en la que la joven aspirante a actriz, totalmente autodidacta, halla un amplio hueco en las pantallas italianas durante la década de los 40 y 50. Sobresalen "Campane a Martello",  de Luigi Zampa, con Eduardo De Filippo e Yvonne Sanson. "La sposa non può attendere", de Gianni Franciolini, ambas de 1949, con Gino Cervi y Ave Ninchi.  
 




 
"Cuori senza frontiere",  de Luigi Zampa, con Raf Vallone y Erno Crisa. La estupenda "Vita da cani" ("Vida de perros"), de Mario Monicelli y Steno, con Aldo Fabrizi, Delia Scala, Tamara Lees y Marcello Mastroianni, ambas de 1950. 
 
 




 
 
"La città si difende", de Pietro Germi, con Renato Baldini, Cosetta Greco y Fausto Tozzi. "Achtung Banditi" ("¡Atención, bandidos!"), de Carlo Lizzani, con Andrea Checchi y Lamberto Maggiorani, ambas de 1951.   
 


 
 
 
 
 

 
"Moglie per una notte", 1952, de Mario Camerini, con Gino Cervi, Nadia Gray y Paolo Stoppa. "Le infedeli", de Mario Monicelli y Steno, 1953, con May Britt, Irene Papas, Pierre Cressoy, Marina Vlady, Charles Fawcett y Anna Maria Ferrero.

 
 
 
 
 
 
 
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Siguieron dos  films  de protagonismo absoluto basados en novelas de Alberto Moravia  "La provinciale" ("La provinciana"), 1953, de Mario Soldati, con Gabriele Ferzetti y Franco Interlenghi, y "La romana", 1954, de Luigi Zampa, con Daniel Gélin, Franco Fabrizi y Raymond Pellegrin.


















Junto a un trasnochado Errol Flynn interviene en la aventura de capa y espada coproducida con Estados Unidos "Il maestro di Don Giovanni" ("Espadas cruzadas"), 1954, de Milton Krims, con Nadia Gray y Cesare Danova.

 
 
Su papel de Maria Pizzicarella, la Bersagliera, en "Pane, amore e fantasia ("Pan, amor y fantasía") y "Pane, amore e gelosia" ("Pan, amor y celos"), 1953-1954, de Luigi Comencini, junto a Vittorio De Sica, la convierten en una de las actrices más famosas del cine europeo. A través de este encantador, irrepetible e inolvidable personaje, queda entronizada como una de las reinas indiscutibles de las famosas comedietas neorrealistas que ven la luz en la citada década, aprovechando los elementos formales de dicho movimiento (escenarios y ambientes populares entre situaciones que, aunque con finalidades bien distintas, y mucho más alejado de aquellas imágenes tristes, dolorosas y miserables de una discriminada Italia de posguerra, permanecen inscritas en las técnicas veristas del neorrealismo)








Actriz versátil, mujer fascinante, de belleza tan arrebatadora como sublime, e incomparable en sus papeles más populistas.  Heredera, pues, de la guerra y del postneorrealismo, se encamina con grandes zancadas, inimaginables en aquella época, hacia el más alto podium de la fama. Sus millones de fans la apodan "la mujer más bella del mundo" Sus aspectos interpretativos más auténticos y en cierto modo fascinantes quedan finalmente relegados a sus primeras comedias de corte popular. 
 


A partir de ahí, Gina Lollobrigida, con su provocativo y dinámico erotismo campesino, tras una fugaz etapa en Francia, con "Fanfan, la Tulipe", de Christian-Jacque"Les belles de nuit" ("Mujeres soñadas"), de René Clair, ambas de 1952 y con el gran Gérard Philipe, y Martine Carol
 

Y "Le grand jeu", 1954, de Robert Siodmak, con Jean-Claude Pascal, Raymond Pellegrin, Arletty Peter van Eyck y Lila Kedrova, se impone como gran estrella internacional con el subsiguiente y ansiado salto a Hollywood. 
 
 

 
 

 

Puerta del éxito que no tardaría mucho en abrírsele de par en par. Howard Hugues, que había visionado casualmente una de sus películas italianas, voló en 1947 tan sólo para verla en carne y hueso. En 1950 la invitaría a Estados Unidos. Aceptada la invitación, regresaría de allí a los seis meses, por sentirse, según sus propias declaraciones, "constantemente vigilada".
 

 

La Lollo se había casado en 1949 con un médico eslovaco llamado Milko Skofic, que produciría un film para el exclusivo lucimiento de su flamante esposa: "Anna di Brooklyn" (Premio "David di Donatello" al mejor Productor en 1958), dirigido por Carlo Lastricati, con la colaboración e interpretación de Vittorio de Sica y el norteamericano Dale Robertson, y donde Gina Lollobrigida retomaba de nuevo su arquetipo, esta vez más sofisticado, de mujer fatal a la italiana. De su matrimonio nacería un hijo. El divorcio llegaría en 1971.
 
 




 

John Huston, que la incluye en su "broma" cinematográfica "Beat the Devil" ("La burla del diablo"), junto a Humphrey Bogart, Jennifer Jones y Robert Morley, revaloriza únicamente su impresionante busto, ya que su interpretación alberga una de las mayores frustraciones en que se viera inmersa la Lollo tras su primera etapa cinematográfica en inglés. 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 



 
 
 
 
 
 
 
 

Expectante y aureolada por una publicidad lo suficientemente astuta como para asegurarle una sugestiva realidad de nuevo arquetipo femenino europeo que pueda afianzarse en Hollywood y convertirla en un gran mito, interpretaría "Trapeze" ("Trapecio"), 1956, dirigida por Carol Reed, con Burt Lancaster y Tony Curtis.
 




 

Seguirán el film bélico de total intrascendencia en la que la Lollo se limita a ofrendar su enorme belleza y poco más: "Never so Few" ("Cuando hierve la sangre"), 1959, de John Sturges, con un insoportable Frank Sinatra, Peter Lawford, y Steve McQueen.

Tumblr media
"Solomon and Sheba" ("Salomón y la reina de Saba"), 1959, de King Vidor, auténtico pastiche historicida con un guión deplorable de Anthony Weiller, Paul Dudley y George Bruce, una dirección deslabazada del gran Vidor en el cual únicamente sobresale de nuevo la fascinante belleza de la Lollo, y en cuyo rodaje fallecería Tyrone Power, primer protagonista de la película, luego sustituido por un infumable Yul Brynner, y con Finlay Currie, Marisa Pavan y el peor George Sanders.
 

 






 


"Come September" ("Cuando llegue septiembre"), 1961, de Robert Mulligan, con Rock Hudson, Sandra Dee y Bobby Darin. Una sofisticada  y hollywoodense Lollo recobra la frescura pizpireta de sus pasadas comedias neorrealistas.

El desaforado melodrama "Go Naked in the World" ("Desnuda frente al mundo"), 1961, de Ranald MacDougall, con Tony FranciosaLuana Patten y Ernest Borgnine;, del cual la Lollo siempre abominó y la decidió a abandonar Hollywood.
 
 

De vuelta a Europa, en Gran Bretaña, el prestigioso director inglés Basil Dearden le ofrece uno de sus mejores papeles en el thriller "Woman of Straw" ("La mujer de paja"), 1964, con Sean Connery y Ralph Richardson.


 

Y Peter Glenville nos devuelve la mejor vena cómica de Gina Lollobrigida junto a Alec Guinnes, Robert Morley,  y la inolvidable Peggy Mount y Akim Tamiroff en el enloquecido vodevil "Hotel Paradiso", 1966.
 
 


Pese a su escapada de EE.UU, y  presionada por la admiración del cómico norteamericano Bob Hope, acepta intervenir en una absurda parodia bélica titulada "The Private Navy of Sgt. O'Farrell" ("Cerveza para todos"), 1968, que dirige Frank Tashlin, y que además de Hope coprotagoniza Jefrey Hunter, Dick Sargent, Mylène Demongeot y Henry Wilcoxon.
 

 

 
El gran Jules Dassin, exiliado en Europa decide adaptar en 1959 la magnífica  novela "La loi" ("La ley") (1957), de Roger Vailland, ganadora del Goncourt. Se vale para ello de un espléndido reparto que encabeza una nueva y mágica Gina Lollobrígida (que nos recuerda a su Bersagliera de "Pane, amore e fantasia"), pero dotándola de un carisma canallesco de cleptómana provinciana, que, no obstante, vuelve a deslumbrarnos con su enorme sensualidad. La película, con una duración de 126 minutos, se enriquece además con las presencias de una maravillosa Melina Mercouri, Yves Montand, Marcello Mastroianni, Pierre Brasseur, Vittorio Capriolli, Lidia Alfonsi, Paolo Stoppa, Bruno Carotenuto y Gianrico Tedeschi





La Loi (The Law). 1959. Italy/France. Directed by Jules Dassin. Courtesy Oscilloscope Pictures/Photofest. © Oscilloscope Pictures







En 1955, al interpretar el biopic sobre la cantante italiana de ópera Lina Cavalieri (Roma, 24 de diciemnbre de 1875- Firenze, 8 de febrero de 1944) ya fue bautizada como "la mujer más guapa del mundo". Con este mismo título: "La donna più bella del mondo", protagonizó la película, en la que ella misma cantó. El film fue dirigido por el norteamericano Robert Z. Leonard, y fue coprotagonizada por Vittorio Gassman, Robert Alda, Anne Vernon, y Tamara Lees. La Lollo fue premiada con el "David de Donatello" de 1956 como "Mejor Actriz"

 





 

Un cambio asombroso de registro interpretativo y de imagen para la Lollo, alejado de todo glamour, fue el film de coproducción italo-francesa de Renato Castellani "Mare Matto" ("Mar loco"), 1963, junto a Jean-Paul Belmondo [9 de abril de 1933, Neuilly-sur-Seine, Francia-6 de septiembre de 2021, París] y Tomas Millian.
 

 


En 1965, aparece en un sketch "Monsieur Cupido" de "Le bambole", de Mauro Bolognini, junto a Jean Sorel y Akim Tamiroff.  
 

El director francés Jean Delannoy la dirige en tres films: "Nôtre Dame de Paris", 1956, junto a Anthony Quinn, Alain Cuny y Robert Hirsch. "Venere Imperiale" ("Venus Imperial"), 1962, junto a Stephen Boyd, Raymond Pellegrin, Micheline Presle y Gabriele Ferzetti. 
Y "L'amante italiana" ("Les Sultans"), 1966, con Louis Jourdan, Corinne Marchand, Philippe Noiret y Daniel Gélin.
 


Tratando de volver a relanzar el glamour de la diva italiana, un desconocido Giancarlo Zagni, la dirige, teñida de rubio, en la comedia erótica que fracasa en taquilla "La bellezza di Ippolita", 1962, con Enrico María Salerno y la cantante Milva.

En 1965 vuelve a trabajar con Rock Hudson en la intrascendental comedia "Strange Bedfellows" ("Strani compagni di letto"), dirigida por Melvin Frank
 
 


Seguirá "Io, io, io... e gli altri" ("Yo, yo, yo... y los demás"), 1966, de Alessandro Blasetti, con Walter
Chiari, Silvana Mangano, Vittorio De Sica, Nino Manfredi, Marcello Mastroianni, y Marisa Merlini. En 1966, trabaja en "Le piacevoli notti", de Armando Crispino y Luciano Lucignano, junto a Ugo Tognazzi, Adolfo Celi, y Vittorio Gassman. Y de nuevo dirigida por Melvin Frank interpreta "Buonasera, signora Campbell", 1968, con Shelley Winters, Phil Silvers, Peter Lawford, Telly Savalas, Lee Grant, Philippe Leroy y Janet Margolin.
 


En España intervino en "Le avventure e gli amori di Miguel Cervantes" ("Cervantes"), 1967, que dirigió el norteamericano Vincent Sherman, con Horst Buchholz, José Ferrer, Louis Jourdan y Francisco Rabal. Y junto a un decadente James Mason, Lee Van Cleef y Gianni Garko participó en un deplorable spaghetti western, coproducción de España-Italia-Francia, titulado "El hombre de Río Malo" ("Bad Man's River"), 1971, dirigido por Eugenio Martín. Francisco Rovira Beleta la dirige en la intrascendente aunque ambiciosa producción "Peccato mortale" ("No encontré rosas para mi madre"), 1973, con Danielle Darrieux, una espléndida Concha Velasco, Susan Hampshire, Renaud Verley, y Giacomo Rossi-Stuart.
 


Para la Televisión Italiana, en 1972, interviene como la "Fata dai capelli turchini" en "Le avventure di Pinocchio", de Luigi Comencini, junto a Andrea Balestri, Nino Manfredi y Vittorio De Sica.
 
 
 
 


En la década de los 70, permanece retirada del cine y emprende con éxito una nueva carrera de periodista fotográfica. Se hizo fanosa su entrevista a Fidel Castro, entre otros muchos, como Orson Welles y Kirk Douglas, más tarde recopilados en una colección titulada "Italia Mia".


En abril del 2000 hace unas exclusivas declaraciones para la Parade Magazine: "Fui actriz por error, ya que yo había estudiado pintura y escultura. Mi vida ha sido tan sólo un cúmulo interminable de amantes y romances. Estoy verdaderamente cansada" 
 
















 
 
 
 


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