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miércoles, 20 de octubre de 2021

Oberst Redl (Coronel Redl) -Final-

 









(La Oficiliadad Militar) "Debemos hablar con usted" "Pasen" "Tenemos orde de arrestarle".  
 
 
 
(Aparece Von Ruden en el hotel en busca de Redl y le abofetea)

"Comparecerá ante un consejo de guerra por dar secretos militares. Decidirán su suerte en una audiencia pública. Es una provocación. ¡Para nosotros!, desde su primera guarnición, ha sido un traidor".

(Kristóf Kubinyi)"Y por la relación con mi hermana. Casi eres de la familia. Me ha pedido que te transmita este mensaje. Si colaboras y admites los cargos, serán indulgentes, si no te condenarán por alta traición". (Redl) "Traición. Ahora es la virtud naciona"... "Siento que ahora tengamos que vernos así. Si te sirve de consuelo, muchos saben y yo también, que no ha habido oficial más digno de confianza que tú"
 
 
 
 
 
 
 
 





 


(Su esposa Clarissa) "Quiero tener un hijo tuyo. Haz lo que esperan de ti, y no te pasará nada. a tu lado ya no hay nadie. Sólo yo. (Redl) "¿Un niño? Ahora. Ya no quiero niños"
 
 
 
 
 
 


 
 
 
 
 


(El compañero judío Gustav Sonnenschein) "Me han telegrafiado para que viniera. ¿Me permites?" (Dirige una luz hacia Redl, para evitar la oscuridad)"¿Cómo saben que éramos amigos?" (Redl) "Lo saben todo" "¿Entregaste información?" "No como ellos dicen" "Pues comparece ante el tribunal y defiéndete. Los tribunales sólo aceptan hechos probados. El Emperador no permitiría una sentencia injusta. Si la acusación es falsa, no podrán quitarte el uniforme" (Redl) "Si les conviene, te quitarán el tuyo también"  (La conversación es espiada) "Quizá necesiten un chivo expiatorio pronto. Y os tocará a los judiós"
 

 
 
 
 
 
 

(Redl) "Es la solución más sencilla y popular. Nadie llevará este uniforme mucho tiempo" (El compañero confiesa) "Me he convertido al Cristianismo. ¿Y qué hago yo? Mi abuelo, el Dr. Ignaz Sonnenschein decía: "Señor, tú no me hiciste  Moisés ni Emperador. Así sólo podrás pedirme cuentas por ser el Dr. Ignaz Sonnenschein toda la vida"
 
 
 
 
 
 









(Katalin Kubinyi)"Diles los que quieren oír. Esto durará uno o dos años. He soñado contigo. Caminaba por la oscuridad y tú me mostrabas la salida. Viviremos juntos"
 
 
 
 
 
 
 
 


 
 
(Reunión de oficiales para juzgar a Redl) "Es el jefe del contraespionaje" "Era capitán. Era. ¿Está claro?" "Sí, pero el coronel Redl era mi superior" "¿Nunca observó nada extraño en su conducta?" "Sí, su voluntad de trabajo. Apenas  dormía ni comía, sólo trabajaba"... "Señores" 
 
   
(El Heredero al trono se interesa por Redl) "¿Cómo van los preparativos?" "No colaborará. Yo lo haría fusilar" "Los periodicos pueden considerarlo un accidente. Lo atropellaron o cayó de una ventana. Y luego un entierro militar" "No sé que es mejor para la Monarquía. Sólo eso me importa..."
 
 
 
 

"Solución uno: un proceso público" "Pero Redl no colaborará" ¿Correcto?" "Sí, alteza"... "Sin contar con que Redl tiene mucha información que puede revelar en el juicio con consecuencias desagradales"... 

"Solución 2: proceso a puerta cerrada. La sentencia se hará pública tras la ejecución, con detalles que alarmen al ejército y a la población.¿Están de acuerdo? Quien lo esté que levante la mano". (Kubinyi no lo hace) "Teniente coronel Kubinyi, ¿usted no lo está?" (Kubinyi) "Alteza, respetuosamente, no" "¿Qué sugiere?" "Redl debería decidir su destino" (El Archiduque) "Eran compañeros, es parcial. Tiene razón. ¿Qué opinan? ¿Cómo lo decidirá?"... "No quiere una audiencia pública" "Con los traidores sólo se trata una vez muertos" "No preguntaré cómo un hombre así llegó al ministerio. Quién lo apoyó o a quién engañó. Eso será ulterior tarea. Para los pueblos de la Monarquía se trata de un oficial del Ministerio de la Guerra de su Majestad. Sugiero que sea él mismo quien termine este asunto. Luego publicaremos lo que nos convenga"
 







"No preguntaré cómo un hombre así llegó al ministerio. Quién lo apoyó o a quién engañó. Eso será ulterior tarea. Para los pueblos de la Monarquía se trata de un oficial del Ministerio de la Guerra de su Majestad. Sugiero que sea él mismo quien termine este asunto. Luego publicaremos lo que nos convenga"
 
 
 

 
 

 
 
 

 
 
 
 
 
 


"Una tercera solución" (El Archiduque) "¿Qué se le dirá al público?" "Que fue a coger una carta certificada, dos inspectores le vieron y le detuvieron, se dio a la fuga y se suicidó"... "¿Sí?"... "Alteza, en este caso los periodistas querrán detalles" "Quizá él rompió el sobre, y perdió los trozos o lo dejó en un coche. O la navaja con la que abrió el sobre..." "Bien, así hay que hacerlo público" 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


"Sugiero que salga a la luz por casualidad. Pero no en Viena. En Lemberg, en Budapest o en Praga. Que algún  periodista lo descubra. Le daremos las pistas. Examinaremos una lista de los periodistas de Praga" 
 
 
 
 
 


"¿Algo en contra? Me parece la mejor solución. Teniente Coronel Kubinyi su oposición ha llevado a esta propuesta. Visitará a Redl como antiguo compañero, y le entregará su revólver." (Kubinyi se alza alarmado) "Alteza, no puedo hacerlo. Un oficial no puede actuar contra un superior". (El Archiduque prevarica) "Por la gracia del Emperador y por mi decisión, Kubinyi es ascendido a coronel del ejército austro-húngaro. Mi orden tiene efecto inmediato"  
 
 
 
 
 
 
 
 



(Kristóf Kubinyi abandona la sala de oficiales y acompañado por sus soldados se dirige al hotel donde se aloja Redl) "Coronel, sabe cómo utilizar el arma" (Un revolver Browning será puesto a su disposición) "Dispondrá de un momento, pero sea breve" (Los dos ex amigos se observan) "No habrá juicio. ¿Quieres despedirte de alguien?"


Y cuando Von Kristóf se acerca a Redl para poner su mano en el hombro, éste se aparta despreciativo. Kubinyi abandona la habitación titubeante, aterrorizado y angustiado por el acto que acaba de cometer contra su amigo, y sin poder evitarlo acaba desmayándose delante de todos sus soldados.
 








Redl, sólo y abandonado en su habitación, abrocha su uniforme tembloroso. El Archiduque ha sido el verdadero artífice de todo aquel entramado para acabar con él. Redl tomará el revólver con los ojos llenos de lágrimas. Ha servido fielmente al Emperador y a su heredero al trono, y el precio de su fidelidad a la corona austro-húngara es su suicidio. Recorré varias veces la habitación con el revolver en la mano. Tan ardua decisión lo enloquece entre lágrimas por haber sido objeto de burla y víctima propiciatoria por parte del falsario y golpista Archiduque Francisco Fernando que odia a su tío el emperador de Austria y ansía usurpar su trono aun a costa de una guerra. Redl comprende demasiado tarde que su vida al fin y al cabo no ha sido más que una inutilidad. Un pelele para el ejército, su incongruencia, su crueldad y su indiferencia por el ser humano al que jamás duda en sacrificar por el Poder. En el exterior algunos oficiales esperan oír la detonación del disparo que acabará con la vida de Redl. El cuerpo del traicionado coronel Redl quedará, finalmente, tendido en la oscuridad de la habitación del hotel.
 






 

 


 





 
 
 
 
 
 
 

 



 
El Archiduque Francisco Fernando, sobrino del Emperador Francisco José I de Austria y Heredero al trono Austro-Húngaro, es asesinado en Sarajevo (Bosnia, región de los Balcanes) por el activista serbo-bosnio, Gavrilo Princip, miembro de la organización nacionalista serbia "La mano negra". Este magnicidio, tras desencadenar una fatal serie de acontecimientos, desembocaría en el estallido de la I Guerra Mundial 1914-1918.
 








 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 








Basada en una obra teatral de John Osborne, "A patriot for me", 1965, que, a su vez, se inspira en "The colonel Alfred Redl biography", Szabó estructura su película sobre la evolución minuciosamente examinada de la psicología, no tan sólo del personaje que da título al film, sino de los personajes claves que conformaron el universo vivencial de Redl y de sus mutuas relaciones. La sordidez del medio, la gradual transformación de los caracteres, el personaje convertido no en un monstruo de perversión, sino en el producto y víctima de una militarista sociedad corrompida, entre incisivas anotaciones críticas sobre el Imperio Austro-Húngaro, componen un impresionante retablo sobre la degradación militar, la pasión por el poder, el ritual de los uniformes, y un exhaustiva y virulenta crítica sobre la necromanía social que preludian los estallidos de las guerras, favorecidas por militaristas aberraciones patológicas. 
 



La famosa "Marcha Radetzky" de Johann Strauss arranca a la imagen y a su "trenzado amenazante" de controvertidas transiciones o evoluciones coreográficas, derroteros gráficos que se insertarán especialmente en los valores perpetuos con que el ejército ha refrendado a lo largo de los siglos la subjetividad de sus perspectivas históricas. Brote sonoro convincente que abrirá su gran puerta a esta magnífica pirueta barrocamente naturalista, salpicada por una narración visual inolvidable.
 











 

 


 
 
 
 

 

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