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miércoles, 5 de febrero de 2025

VIVIEN LEIGH: "Una reina que el viento no se llevó" -2-

 










La novela río de Margaret Mitchell "Gone with the Wind" ("Lo que el viento se llevó") había sido publicada en Norteamérica en mayo de 1936. Vivien se hallaba en las pistas de esquí de Kitzbüel junto a Leigh para las Navidades. Su siempre tenue equilibrio la traicionó y se rompió un tobillo, y tuvo que descansar leyendo el libro que iba a cambiar su vida. Más tarde, cuando Margaret Mitchell se encontró por primera vez con Vivien Leigh, captó la fuerte afinidad entre Vivien y su propia Scarlett O'Hara. Pero Vivien había quedado aún más fuertemente impresionada cuando leyó la novela: para ella era como si estuviera encontrando a su doble en la heroína de "Lo que el viento se llevó". Las dos mujeres, la real y la ficticia, tenían una "dura honestidad hacia sí mismas"; y, sin embargo, en ocasiones críticas, se comportaban "igual que una criatura que sigue pensando que formular un deseo es conseguir ese deseo". No obstante, había una cosa en Scarlett que no encajaba con Vivien; las primeras palabras del libro dejaban esto muy claro: "Scarlett no era hermosa"..., pero la semejanza vuelve a ser restablecida sólo unas cuantas líneas después: "Los ojos verdes en ese rostro de cuidadosa dulzura eran turbulentos, voluntariosos, llenos de lujuria y anhelo hacia la vida, claramente en discordia con su conducta decorosa. Los modales le habían sido impuestos,... los ojos eran suyos"
Vivien estaba fascinada por la novela. ¿Cómo podía hacer que David O'Selznick, que acababa de iniciar una bien publicitada búsqueda a través de toda Norteamérica para hallar una chica que interpretara a Scarlett, se fijara en ella? -"Estás bajo contrato con Korda"-Le recordó Gliddon. A Korda las pretensiones de Vivien no le hicieron gracia. No lograba imaginarla como una Jezabel norteamericana, pero accedió a hacer que O'Selznick se fijara en su papel en "Fire over England" que iba a estrenarse en New York el 4 de marzo. Katharine Brown, la encargada de la oficina de Selznick observó que Vivien poseía "algo especial" cuando vio la película. Mandó un cable a su jefe, y Selznick replicó: "No me entusiasma Vivien Leigh. Puede que llegue a entusiasmarme, pero de momento todavía no he visto ninguna foto suya"

Jill Esmond, al igual que Leigh Holman, parecía haberse hecho a la idea de esperar y ver. Sus abogados rechazaron los intentos que hizo Olivier de hablar de un divorcio. Tal intransigencia le resultaba más dura de soportar a Vivien, que estaba impaciente por convertirse en la señora de Laurence Olivier. Se hallaban buscando casa. La alegría de Vivien animaba a ambos. "No voy a pensar en ello ahora; ya lo pensaré mañana".

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En febrero de 1940, Jill Esmond aceptó divorciarse de Laurence Olivier y Leigh Holman aceptó divorciarse de Vivien, aunque mantuvieron una fuerte amistad durante el resto de la vida de Leigh. Esmond recibió la custodia de Tarquin, su hijo con Olivier. Holman recibió la custodia de Suzanne, su hija con Leigh. El 31 de agosto de 1940, Olivier y Leigh se casaron en el rancho San Ysidro en Santa Bárbara, California, en una ceremonia a la que asistieron solo sus anfitriones, Ronald y Benita Colman y los testigos, Katharine Hepburn y Garson Kanin.
                     Vivien Leigh and Laurence Olivier in 1940. That year they married on a Ranch in Santa Barbara, California.

El reflejo de Scarlett ante cualquier problema le fue muy bien a Vivien durante aquellas semanas. Se acrecentaba en ella la sensación de que su matrimonio consumaría tanto sus talentos como su amor. Ella era la más decidida, y con mucho. Aparte de expresar su gran amor por Larry, sentía que debían ir unidos en sus carreras.

Vivien Leigh y Laurence Olivier fueron dos de los actores de teatro más famosos del siglo XX. De 1936 a 1940 mantuvieron una apasionada y escandalosa relación adúltera. Cuando finalmente se casaron, su estatus como los Olivier los llevó a nuevas alturas como una famosa pareja teatral. La mayoría de la gente conocería a Vivien Leigh por su actuación ganadora del Oscar en la película de 1939 "Gone with the Wind" ("Lo que el viento se llevó"), y a Olivier por sus películas de Shakespeare, galardonado también con un Oscar por su versión cinematográfica de "Hamlet", pero estos logros en la pantalla fueron solo la punta del iceberg en lo que respecta al nivel de fama que disfrutaron y el impacto que tuvieron en la cultura popular. Entre las más famosas obras de teatro que intepretaron se contaron: "Macbeth", "Richard II", "Hamlet", "Romeo and Juliet", "The Doctor's Dilemma", "The Skin of Our Teeth", "Richard III"


                                                                        "The School for Scandal". 

"Antigone", "Caesar and Cleopatra", "Anthoy and Cleopatra", "The Sleeping Prince", "Macbeth", "Titus Andronicus", "South Sea Buuble", "Duel of Angels", "Lady of the Camelias", "Ivanov"  y "Tovarich", ya sin Olivier.



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Ahora que estaban viviendo juntos, Olivier empezó a influir cada vez más en la carrera de Vivien. El descontento (y las críticas destempladas de ella hacia Gliddon, que no se mostraba lo "suficientemente duro" al proporcionarle guiones de auténtica calidad) con su siguiente película lo atribuyó a la forma en que Olivier denigraba los papeles que a los dos les asignaba Korda. "A Yank at Oxford" ("Un yanqui en Oxford") le pareció horrenda a Vivien. Le dijo a Gliddon que su papel era totalmente absurdo e inadecuado. Odiaba mostrarse como una vampiresa de tres al cuarto, casada con un "librero apolillado", que recorría las calles de Oxford en bicicleta seduciendo a cualquier jovenzuelo, y básicamente (sin conseguirlo) a Robert Taylor. Maureen O'Sullivan había conseguido el papel principal. Era una estrella más importante que Vivien por haber interpretado a Jane en los "absurdos" Tarzanes de Johnny Weissmuller, y había aparecido en "David Copperfield" de George Cukor contratada por David O'Selznick

 
La relación de ambas (antiguas compañeras de estudios) fue algo difícil. Pero como ocurre a veces, el papel secundario es mucho más divertido de interpretar que no el de la estrella. Vivien mostraba el en film algunos de sus matices ocultos que luego emergerían en sus papeles más famosos: una chispa de la terca naturaleza de Scarlett O'Hara, y un atisbo de la ninfomanía de Blanche DuBois. Su papel cobró un atractivo "matiz maníaco" que probablemente no habría logrado darle otra actriz. La verdad es que "Un yanki en Oxford" le hizo más bien del que nunca habría podido haber sospechado. Convirtió a Robert Taylor en uno de sus más rendidos admiradores. Cuando volvió a Hollywood, a la M.G.M., el estudio asociado a Selznick, dijo que había trabajado con una muchacha animada y hermosísima. "Quizás deberían echarle una mirada", afirmó Taylor, que en 1940 intervendría junto a Vivien en "The Waterloo Bridge" ("El puente de  Waterloo")
 
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Vivir con Laurence Olivier significaba "poseer una vida dividida". Dejar a Leigh le había causado tristeza, pero no remordimientos. Leigh Holman no manifestó amargura ni le puso obstáculos cuando venía a la calle Little Stanhope para ver a la pequeña Suzanne, que ahora tenía tres años. Vivien, a su vez, rechazaba la influencia de su madre, Gertrude, pero necesitaba a menudo su compañía y su apoyo. Korda seguía resistiendo sus súplicas para hacer una prueba con ella como Scarlett O'Hara y mandarla a Selznick. Olivier, que nunca imaginó que pudiera conseguir el papel, le comunicó que Norma Shearer había sido elegida: "Viene en el Times". Y Clark Gable será Rhett Butler Así era; pero a la semana siguiente Selznick ya había cambiado de parecer.

 
La quinta película de Vivien para Korda fue "St.Martin's Lane-The Sidewalks of London" ("Callejón sin salida-Las calles de Londres"), 1938, de Tim Whelam, junto a Charles Laughton, cuyo físico y gordura la disgustaba por completo. El papel de una actriz cokney que iba representando por las calles y cometía pequeños robos, únicamente le ofreció cierta compensación: un amorío de pantalla con Rex Harrison. Pero su romance quedó severamente recortado antes del rodaje, para que no distrajera la atención del glotón disfrute que Laughton exhibía ante la humillación de que ella le hacía objeto en el amor y la vida en general.

                                                                                
 

Hollywood había demostrado ya interés por Olivier, que estaba representado por Myron Selznick, hermano del gran productor norteamericano. Y su oficina londinense era dirigida por un atractivo ex oficial de la Guardia llamado Cecil Tennant. A través de Tennant, Olivier recibiría una oferta para interpretar "Wuthering Heights" ("Cumbres borrascosas") junto a Merle Oberon, y dirigido por William Wyler, director en alza tras haber realizado la nueva película de Bette Davis "Jezebel". Vivien también había sido contratada, caso de aceptar la oferta, pero en el nada agradecido papel secundario de Isabella -que fue interpretado por Geraldine Fitzgerald- Wyler dio su veredicto a Vivien: "Puede que te conviertas en una gran estrella. Pero como primer papel en una película norteamericana nunca conseguirás nada mejor que el de Isabella en "Cumbres borrascosas"... "Entonces no quiero ningún papel en su película"- declaró Vivien con firmeza. 
 

Inesperadamente, Vivien recibió una oferta por parte de Cecil B. De Mille. Proponía que actuara en "Unión Pacífic" con Joel McCrea y Robert Preston, a 2.000 dólares la semana, con una garantía de siete semanas cómo mínimo. Debía estar en Norteamérica entre el 15 y el 25 de Octubre de 1938, "... ¡Y podrás estar en Hollywood al mismo tiempo que Larry!", exclamó su representante, John Gliddon. Olivier dijo que era una oferta mejor que la de la M.G.M a Greer Garson. Finalmente Vivien decidió tirar por la borda el ofrecimiento de DeMille, ya que, de haber aceptado, tendría que abandonar para siempre cualquier posibilidad de obtener el papel de Scarlett O'Hara. Barbara Stanwyck fue la segunda elección de DeMille.  
 

Gliddon no pudo hacerla cambiar de parecer, "ni volvió a oir nada más de Cecil B. DeMille" El 1 de noviembre de 1938 recibió una carta de Vivien en la que la actriz le comunicaba el término de su contrato como único agente y representante. Cuatro días después, Vivien despedía a Olivier en Southampton. El SS Normandie partía con rumbo a New York. Habian abierto una botella de champán en su camarote poco antes de la salida: "Por Heathcliff", dijo Olivier con voz lúgubre. Y Vivien hizo sonar su copa, y con dulce y fascinadora voz exclamó: "Por Scarlett"...  
 

Wyler se convirtió, según Olivier, de "tentador en atormentador" Las primeras tomas mostraban a un Olivier que seguía enfocando la interpretación en la pantalla como si fuera un escenario. Y en Olivier se traslucía el mayor desprecio por su interpretación. Detestó la película al mismo tiempo que recibía cada uno de los latigazos de burla que Wyler pudo depositar sobre su rígido cuello. Goldwyn, el productor, aseguró que "Olivier era el actor más feo de todo el cine". Por otro lado, Olivier escribió a Vivien los penosos relatos de su humillación y sus sufrimientos durante el odioso rodaje de "Wuthering Heights" Vivien viajó 9.600 kilómetros- cinco o seis días en el Queen Mary hasta New York, y luego un vuelo de quince horas, con escalas, hasta Los Ángeles. "El amor, puro, exigente, incontenible y apasionado" había llevado a Vivien, casi en un estado de trance, a atravesar el Atlántico. 
Olivier
llevó a Vivien hasta el hotel Beverly Hills, y unas cuantas horas después era presentada a Myron Selznick, que había sido alertado por Olivier de que "alguien que podía ser posiblemente de un extraordinario interés" se hallaba en camino. Myron la miró, luego miró a Olivier, y resultó fácil leer lo que ocupaba sus pensamientos. "Creo que deberíamos llevarla a que conociera a David, ¿no te parece, Myron?"- dijo Olivier.
 

David Selznick meets Vivien Leigh at the filming of the burning of Atlanta at the Selznick International Pictures studios, Culver City, December 10, 1938

La secuencia del incendio de Atlanta, en la noche de Hollywood, era una especie de faro que indicaría a todo el mundo que
David O'Selznick estaba cumpliendo su fanfarronería de producir la mayor película épica de la historia del cine. Se quemaban viejos decorados de exteriores y se despejaba a la vez el terreno para la construcción de los exteriores de "Gone with the Wind" ("Lo que el viento se llevó") Antes de que el incendio se apagara esa noche, el 10 de diciembre de 1938, Vivien ya había aparecido como un ave fénix de entre las cenizas. Apenas David estuvo lo bastante cerca para oír a Myron, éste le grito: "¡Eh, genio, conoce a tu Scarlett O'Hara!" Vivien estaba en tal posición que David O'Selznick vio su rostro iluminado por el fuego que aún seguía ardiendo con fuerza...


Años más tarde, cuando se preguntó a Cukor, que se hallaba allí presente, lo que mejor recordaba de ese encuentro, el director respondió abriendo la novela en la primera página y leyendo el segundo párrafo sobre Scarlett y sus verdes ojos...

Al día siguiente, Leigh leyó una escena para Selznick, quien organizó una prueba de cámara con el director George Cukor.
   
 
Poco después, consiguió el papel de Scarlett. El rodaje resultó difícil para Leigh. Cukor fue despedido y reemplazado por Victor Fleming, con quien Leigh se peleaba con frecuencia. Ella y Olivia de Havilland (elegida para el papel de Melania Hamilton) se reunían en secreto con Cukor por la noche y los fines de semana para pedirle consejo sobre cómo debían interpretar sus papeles. Leigh se hizo amiga de Clark Gable, su esposa Carole Lombard y Olivia de Havilland, pero chocó con Leslie Howard, con quien se le exigió que interpretara varias escenas emotivas. A veces se le exigía a Leigh que trabajara siete días a la semana, a menudo hasta altas horas de la noche, lo que aumentaba su angustia, y echaba de menos a Olivier, que estaba trabajando en la ciudad de Nueva York. En una llamada telefónica de larga distancia a Olivier, declaró: "Gato, gato, ¡cómo odio actuar en el cine! ¡Odio, odio y no quiero volver a hacer otra película nunca más!"
Cukor escribió: "Leigh es la oscura encarnación de Scarlett" elogiando  la "increíble locura" de Vivien.  
 
 








 
 
 

Olivia de Havilland defendió a Leigh contra las acusaciones de su comportamiento maníaco durante el rodaje de la película: "Vivien fue impecablemente profesional, impecablemente disciplinada en "Lo que el viento se llevó."

Tenía dos grandes preocupaciones: hacer su mejor trabajo en un papel extremadamente difícil y estar separada de Larry [Olivier], que estaba en Nueva York" "Lo que el viento se llevó" le trajo a Leigh una atención y fama inmediatas, pero se la citó diciendo: "No soy una estrella de cine, soy una actriz. Ser una estrella de cine, solo una estrella de cine, es una vida tan falsa, vivida por valores falsos y por publicidad. Las actrices siguen adelante durante mucho tiempo y siempre hay papeles maravillosos que interpretar"


La película ganó 10 premios de la Academia, incluido un premio a la Mejor Actriz para Leigh, quien también ganó, entre otros muchos, un Premio del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York a la Mejor Actriz.

El 15 de diciembre de 1939 se estrenó en Atlanta, en el Loew's Grand Theater "Gone with the Wind".

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fue uno de los acontecimientos más trascendentales de la historia de Atlanta: una gala repleta de estrellas con Vivien Leigh con Olivier,  Selznick y Olivia de Havilland, Clark Gable con Carole Lombard. Leslie Howard, que había aceptado su papel como Ashley Wilkes a regañadientes, declinó la invitación al acontecimiento.




 

Hattie McDaniel [Wichita, Kansas, 10 de junio de 1893-Woodland Hills, California, 26 de octubre de 1952] que consiguió el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto, como la inolvidable Mamy, por ser actriz de color, al igual que el resto de componentes de actores y actrices de color como la gran Prissy-Butterfly McQueen [Tampa, 7 de enero de 1911-Augusta, Georgia, 22 de diciembre de 1995, que murió trágicamente en un incendio provocado por un calentador de queroseno en su casa de Augusta el 22 de diciembre de 1995, a la edad de ochenta y cuatro años] tampoco fue invitada. Atlanta y sus habitantes sureños demostraron una vez más sus miserables espíritus racistas.




 


























 


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