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sábado, 8 de octubre de 2022

White Cargo (Cargamento blanco) -2-

"Tondelayo es como un sortilegio de brujería, una brisa ardiente de carne y epidermis. Y en vez de sangre, es opio. Y del fluido de su cuerpo, emana una droga de vasallaje. Un arrebatado volcán que al amor incita. Belleza atisbada entre la candente brisa de la noche. El eslabón indígena que convierte al hombre en mendigo de su aliento. Perla de la selva. Narcótico febril. Lascivo fruto en la intimidad de la fronda. Una diosa complaciente del deseo. Un don exótico y nardo de misterios. Y en el dulce instante de la noche, pasión entre los brazos"



Witzel  alecciona a Langford  aunque interiormente considera que la plantación irá de mal en peor. Los nativos incluso acabarán riéndose de él.
Al cabo de seis meses, durante la noche, Witzel se presenta en su bungalow para echarle en cara su inutilidad, y ambos discuten: "No tiene lo que hace falta. Vuelva a casa". Langford se defiende: "¿Para oírle decir: le dije que renunciaría? Me pone de los nervios. Estoy harto de sus malditas profecías" Witzel exclama: "Todos los nativos de por aquí se ríen de ti a tus espaldas"
Langford se excusa: "Cuánta ayuda me das" Y Witzel se burla: "¿Qué crees que soy, una canguro?" Y Langford le insulta: "Creo que eres un canalla"

                                              AWYLA

Tondelayo vuelve de nuevo esa noche al bungalow de Langford, le llama Awyla-"mi hombre-,  y le hace arrumacos a fin de que él la acepte. Además, le pide que ponga música del gramófono, y bailará para él.


Langford intenta resistirse a su encantos y trata de echarla del mismo. Cuando sale de allí, se clava a propósito una astilla en el pie para que Langford la vueva a acoger. Es la treta de la que Tondelayo se vale  siempre. Y cuando Langford insiste en que se marche, aduciendo que hace demasiado calor, como una esclava lo abanica con gran diligencia.   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 

 

 


En aquel momento se oye la voz de Witzel que viene hacia el bungalow, y Tondelayo corre a esconderse en la habitación de su Awyla, aunque éste le dice que no entre allí. Pero la muchacha atemorizada por la presencia de Witzel, que  la detesta y conoce todas sus mentiras para conquistar a los hombres, como está haciendo ahora con Langford, se oculta debajo de la cama. Langford se enfrenta a Witzel,  y le indica que siga hacia adentro ya que está en su casa y que quizás también quiera abrir sus maletas y su correo. Witzel le dice que quería de su trabajo un cuadrante de todos los árboles nuevos del Sector Noroeste. Langford  contesta que no trabaja de noche. Y Witzel, siempre provocativo, exclama con menosprecio: "Quizás algún día, por variar, me manden a un hombre con agallas" Cuando Witzel se va, Langford le pide a Tondelayo que se vaya ahora del bungalow. Ella exclama que tiene miedo de que Witzel la vea salir de allí. Y Langford se asegura de que Witzel ya se ha ido. Luego la acompañará de nuevo como hizo la noche anterior, cada vez más atraído por sus encantos. Aparece una barca en el río y la muchacha se asusta.  "No te harán daño", asegura Langford.

 

 

 


 
 
 





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