El caleidoscopio de personajes impecablemente diseñado por John Frankenheimer (hombres con pies de barro capaces de socavar los estamentos de aquella mitología dudosa de tantos héroes furiosamene ampulosos, creados por los excesos fílmicos del Hollywood más espectacular, menos formalista, y, por ello, mejor comprendido por un público instigado exhaustivamente a digerir esas imposibles sensaciones -en su vida real- de ensueños y quimeras que tan inseparables resultaban de la gran pantalla) nos cogió algo desprevenidos (aunque luego, como sucede siempre, acabara por deteriorarse) por su gran capacidad de comunicación con lo que los europeos conocemos como "el pueblo llano", más apegado a las miserias de este mundo.
[John Michael Frankenheimer, nacido el Malba, Queens, New York el 17 de abril de 1930-Fallecido en Los Ángeles, California, el 6 de julio de 2002 de infarto agudo de miocardio a la edad de 72 años]
Frankenheimer formó parte, en consecuencia, como uno de los ejes más destacados, de aquella nueva generación de directores norteamericanos, llamada "de la televisión" (a la que, por primera y única vez, pudimos otorgarle nuestro voto de confianza, viniendo como venían de medio tan raquítico).
Una generación de cineastas que se lanzó a las calles para descubrirnos los infortunios que en ellas se cocían, y plenamente decidida a retratar los lugares más populares de sus ciudades, ponemos como ejemplo el Bronx neoyorkino, o el populismo más irascible de aquella América profunda, con sus ideologías más reaccionarias, de odios raciales o xenófobos, perfectamente enmarcables en el flamante examen de unas confraternizaciones más o menos forzadas, pero a la que no le importó dejarse fotografiar sin adornos ni maquillajes glamourosos. La pantalla fue invitada a compartir esa labor cotidiana en que consistía "otro tipo de aventura" a favor de una humanidad más desfavorecida, y el día a día que se encauzaba con más verosimilitud hacia los ineludibles designios de nuestras más duras realidades.
Y así se permitieron ciertos virtuosismos naturalistas que nos hablaban de ese otro americano de nivel medio, más adocenadillo, atrapado en los emigrantes batiburrillos integradores, aunque con las voces de antaño, y cuya imágenes no ofrendaban visiones y milagros a lo Frank Capra, sino el esfuerzo colectivo de un proletariado mucho más desaforado y auténtico entre sus sencillas jornadas laborales (la oscarizada "Marty" de Delbert Mann fue un buen ejemplo de todo lo expuesto)Y que durante tantos años, pese a hallarse con las espaldas contra el muro, había ofrecido irracionales cabeceos de superioridad racial, ondeantes bajo la mirada prepotente, barbuda, pero rozagante, del Tio Sam. (Hemos de resaltar que, anteriormente, ya hubieron algunas que otras excepciónes admirables, tipo "The Crowd" ("Y el mundo marcha"),1928, de King Vidor, en su etapa muda, durísima crónica social de un modesto empleado entre la jungla capitalista de los rascacielos, o "Street Scene" ("La calle"),1931, del mismo Vidor, uno de los documentos más convincentes sobre ciertos aspectos de la cotidianeidad más vulgar de la vida americana; y otras "raras avis" en plan relámpago que casi nadie recuerda).
Frankenheimer no dudó en filmar un posible golpe de estado militar en su brillante "Seven Days in May" ("Siete días en mayo"), 1964, con Burt Lancaster,. Kirk Douglas, Ava Gardner, Fredric March, y Edmond O'Brien) Fue, pues, una generación airada con inicios muy brillantes, capaces de atraer al público hacia temas más polémicos, de evidente modestia y espontaneidad, y que planificaron sus situaciones y diálogos en plan aventura urbana, más próximos a esa realidad palpable de nuestras peregrinaciones diarias en una búsqueda desesperada del sentido de la vida y de nuestros amores tan difíciles de compartir. En manos de estos jóvenes artesanos todo resultaría más creíble, al tratar de mantener, contra viento y marea (por lo menos en sus primeras incursiones cinematográficas) una audaz oposición al terreno del colosalismo, de la ficción, o de un cierto rizar el rizo con los avatares que las presiones comerciales imponían. Aquellos slogans dorados, idealizadores del "american way of life" (que aquí, en la un tanto desvencijada Europa, a muchos nos sonaba a chino), o del "bigger than life" después, bien enjaulados todos ellos por las cámaras de excelentes artífices, parecían irse definitivamente al traste. La corte hollywoodense se vió obligada a vivir una época en que los (por la Academia) considerados peores films, como de "andar por casa", podían ser mejores que la mayoría de las costosas producciones que salían de sus grandes estudios. Y al enfrentarse a ese parto traumático de aquellos nuevos valores que extrapolaban el juego escénico hacia los delirios no menos tortuosos del americanito de la calle, optaría por aceptar a sus nuevas criaturas, y repartir algún que otro Oscar entre los mismos, como quien reparte sus bienes más preciados a una inesperada plebe de autorcillos que, por increíble que resultara, no parecía mendigar tales reconocimientos académicos.
Television's "Golden Age": 1953-1960
Frankenheimer fue contratado como asistente del director Sidney Lumet para la serie de dramatización histórica de "CBS You Are There", y más adelante de la citada "Danger" de Charles Russell, y "Person to Person" de Edward R. Murrow. A finales de 1954, Frankenheimer reemplazó a Lumet como director en "You Are There" y "Danger" bajo un contrato de cinco años. Su debut como director fue "The Plot Against King Solomon", 1954, un éxito de crítica. Las primeras películas de Frankenheimer abordaron temas contemporáneos como "la delincuencia juvenil, la criminalidad y el entorno social" y están representadas por "The Young Stranger" ("Un joven extraño"), 1957, interpretada por James MacArthur, Kim Hunter, James Daly, y James Gregory ."The Young Savages" ("Los jóvenes salvajes"), 1961, con Burt Lancaster, Dina Merrill, Edward Andrews, y Vivian Nathan.
Aquel año de 1962 dirige "Birdman of Alcatraz" ("El hombre de Alcatraz"), con Burt Lancaster, Karl Malden, Edmond O'Brien, Neville Brand, Hugh Marlowe, Thelma Ritter, y Betty Field, y "The Manchurian Candidate" ("El mensajero del miedo") (Nominada al Golden Globe como Mejor Director), con Frank Sinatra, Laurece Harvey, Janet Leigh, Angela Lansbury y James Gregory.
Tras "Seven Days in May" ("Siete días de mayo"), en 1964, vuelve a contar con Burt Lancaster para el magnífico film bélico rodado en Europa "The Train" ("El tren"), con un extraordinario Paul Scofield como ambicioso oficial nazi, Jeanne Moreau, Albert Rémy, Michel Simon y Suzanne Flon.
En 1966 rueda la inquietante "Seconds" ("Plan diabólico") con una inusual interpretación de Rock Hudson, y Salome Jens, John Randolph, Will Geer, Jeff Corey, Murray Hamilton, y Richard Anderson. Y "Grand Prix", estrenada en el sistema CINERAMA con James Garner, Eva Marie Saint, Yves Montand, Toshirô Mifune, Brian Bedford, Jessica Walter. Antonio Sabato y Françoise Hardy.
"The Fixer" (El hombre de Kiev"), en 1968, en Gran Bretaña, con Alan Bates (nominado al Oscar como Mejor Actor), Dirk Bogarde, Georgie Brown, Hugh Griffith, David Warner, Elizabeth Hartman e Ian Holm. "The Extraordinary Seaman", con David Niven, Faye Dunaway, Alan Alda, y Mickey Rooney
Frankenheimer entra en la década de los 70 con la adaptación de la novela de Madison Jones "I Walk the Line" ("Yo vigilo el camino"), con un Gregory Peck que lleva a cabo la que sin duda sería su mejor interpretación para la gran pantalla, una inolvidable Tuesday Weld, Ralph Meeker, Stelle Prasons y Richard Dunning, y una gran balada musical de Johnny Cash. Y viaja a Afganistan para rodar "The Horsemen" ("Orgullo de estirpe"), del escritor Joseph Kessel, con un impecable Omar Sharif, Jack Palance, Leigh Taylor-Young y Peter Jeffrey, ambas de 1973.
"Impossible Object", también conocida como ("Sueños imposibles"), con Alan Bates, Dominique Sanda, Michel Auclair, Evans Evans, y Paul Crauchet, sufrió dificultades de distribución y no tuvo un gran lanzamiento. Luego vino una película de cuatro horas "The Iceman Cometh" (El repartidor de hielo"), según la obra teatral de Eugene O'Neill, también en 1973, protagonizada por Lee Marvin, Fredric March, Robert Ryan, Bradford Dillman, Jeff Bridges, y Don McGovern.
De 1975 a 1979, dirige "French Connection II" secuela de la filmada en 1971 por William Friedkin, con los mismos actores, Gene Hackman (Nominada al Globo de Oro y BAFTA al Mejor Actor), Fernando Rey, Bernard Fresson,y Jean-Pierre Castaldi. "Black Sunday" ("Domingo negro"), con Robert Shaw, Bruce Dern, Marthe Keller, y Fritz Weaver.
Y el film de terror, monstruo incluido, "Prophecy" ("Profecía maldita"), con Robert Foxworth, Talia Shire, Armand Assante, y Richard Dysart.
Las preocupaciones sociales de Frankenheimer desaparecieron en gran medida de su trabajo durante las siguientes dos décadas (1980-1990). Se identificó cada vez más como un "director de acción" alcanzando un punto culminante en la espeluznante e innecesaria "52 Pick-Up" ("52, vive o muere"), 1986, con Roy Scheider, John Glover, y Ann-Margret. Y perduró en su trabajo hasta sus últimos largometrajes, incluidos "Ronin", 1998, con Robert De Niro, Jean Reno, Natascha McElhone, Stellan Skarsgård, y Skipp Sudduth. Y "Reindeer Games" ("Operación Reno"), 2000, con Ben Affleck, Charlize Theron, Gary Sinise, y Dennis Farina.