El gran Henry Hathaway se aleja del thriller y de sus dramas aventureros, y disecciona el matiz traumático del intento de suicidio de su protagonista principal, poniendo en solfa los actos humanos más simples que han acompañado su existencia: un padre que huyó del insufrible ambiente familiar, la indecisa virilidad del hijo frente a los excesos maternales de una progenitora intransigente y anuladora, y una esposa desencantada que ha optado por abandonar el hogar matrimonial.



Amanece en New York. Un camarero
del servicio de habitaciones en un hotel de la ciudad descubre horrorizándose
a un joven, Robert Cosick- Richard Basehart, instalado la noche antes en una de las habitaciones, que acaba de subirse al estrecho saliente
de su habitación en el piso 15. Charlie
Dunnigan- Paul Douglas, un policía de tráfico en la calle de abajo, observa también al suicida. Una vez en la habitación, intenta convencerlo, sin éxito, de que
se salga de la cornisa. El subjefe de los servicios de emergencia de
la policía de Nueva York, Moskar-Howard Da Silva, le ordena a Dunnigan que regrese a la patrulla de
tráfico, pero que regrese cuando el joven Cosick, detenido todavía en la cornisa hable
con los psiquiatras convocados a la escena.
Aconsejado por un psiquiatra,
Dunnigan intenta relacionarse con Robert Cosick, como un humano a
otro, como un amigo a otro.





La policía identifica por fin Robert Cosick, y localiza a su madre, Christine Hill Cosick-Agnes Moorehead, una mujer histérica y victimista que con su comportamiento sobreexcitado excita aún más las ansias de suicidarse de su hijo. En realidad Cosick desprecia a su insoportable madre, divorciada de Paul E. Cosick- Robert Keith. Dunnigan obliga a la Sra. Cosick a revelar la
identidad de una tal "Virginia" mencionada por Robert, que resulta ser su
esposa separada.

Paul E. Cosick también acude al hotel newyorkino para tratar de convencer a su hijo
de que no cometa la locura del suicidio. No obstante, una vez se
encuentran los dos, Christine y Paul Cosick. no dudan en enfrentarse y mostrarse el todavía latente y recíproco rencor por sus viejos
problemas familiares. Conflicto que se desarrolla frente a la policía. Dunnigan busca reconciliar a Robert con su padre, que reconoce que fue educado por su progenitor en el odio hacia su madre.

La ciudad vibra, opina, se arrebata y reacciona ante una muerte
anunciada. Entre ellos destacan tres personajes. Entre ellos, un joven empleado de almacén Danny Klempner- Jeffrey Hunter, y Ruth- Debra Paget, que se han conocido por casualidad en la calle.



También Mrs. Louise Ann Fuller-Grace Kelly, que desde un bufete de abogados cercano, donde está a punto de firmar los
papeles finales de su divorcio, está también observando horrorizada lo que está sucediendo frente a ella.

La multitud parece, por tanto, poseer un rincón para los mismos
problemas
con que el suicida se enfrenta a una elección descabellada para
alejarse del medio hostil que se cierne ante él y del que ansía
liberarse. El suicidio, en consecuencia, se ofrece como desafío del
hombre aprisionado por
un impacto de orden personal, sombrío, inquietante, e irreversible
desde lo más hondo de su ser. Una lacerante búsqueda de emancipación
íntima y desesperada de esta vida
donde no parece haber podido encauzar sus sentimientos y emociones. Y mientras esto sucede, una
gran multitud sigue reuniéndose debajo de la cornisa. Los taxistas están apostando a cuándo
saltará. Y Mrs. Louise Ann Fuller, en medio de las formalidades legales,
sigue observando cómo se desarrolla el drama. Luego, conmovida por el
trágico acontecimiento al que asiste desde la distancia, decide
reconciliarse con su marido. También el psiquiatra Dr. Benson- Donald Randolph- se une al intento de tratar entrar en razón Robert Cosick. Mientras tanto, desde la azotea del hotel la policía se prepara para poder atrapar al joven suicida con lazos de cuerda. 
Después de un tiempo, Dunnigan
convence a Cosick de que todos saldrán de la habitación del hotel para que él
pueda descansar. Cuando el joven accede a volver a la habitación, un evangelista loco se cuela en la habitación
y Cosick regresa a la cornisa. Esto daña su confianza en Dunnigan. Cosick está ahora convencido de que toda la amabilidad proteccionista del policía no ha sido más que una treta para que una pequeña patrulla se deslice desde la gran azotea y agarrarlo.


La noche se acerca, y llega su esposa Virginia Foster-Barbara Bel Geddes. La joven sollozante ruega a Robert que salga de
la cornisa, ya que ve la posibilidad de poder encauzar de nuevo sus relaciones, lejos del autoritarismo insufrible de su anuladora madre. Mientras tanto, la policía, bajo el mando de Moskar,
está trabajando para atrapar a Robert y poner una enorme red debajo de él.
Dunnigan parece haber llegado a crear una inesperada y fraternal conexión con Cosick, citándole las cosas buenas de la vida, los momentos que todos deseamos para poder sobrellevarla de la mejor manera posible. Le habla de su familia y hasta promete llevar a Cosick a pescar "floppers" en
Sheepshead Bay. Mientras la patrulla policial prepara la red por si se produce una caída fortuita.

Robert, casi convencido por Dunnigan, está a punto de volver de nuevo a la habitación, cuando un niño en la calle
enciende accidentalmente un foco de luz que ciega a Cosick.
El joven cae entonces de la
cornisa. Pero, alejado ya del sentimiento suicida que lo llevó hasta el hotel, se las arregla para agarrarse a la red que la policía había puesto
sigilosamente debajo del alto ventanal. Robert Cosick, finalmente es salvado.

Y los jóvenes Danny y Ruth, entre la multitud que empieza a disgregarse, deciden seguir alimentando el sentimiento que los ha atraído.
[Nacido como Henri Leonard de Fiennes en Sacramento, California, el 13 de marzo de 1898- Fallecido en Hollywood el 11 de febrero de 1985 de infarto agudo de miocardio a los 86 años]

Era hijo de la actriz Jean Hathaway y de Rhody Hathaway,
también actor y representante teatral. Su infancia y adolescencia vivió inmersa dentro del mundo de la
interpretación, y él mismo empezó interviniendo en el teatro en pequeños papeles
infantiles, e incluso apareció como extra o figurante en viejas películas del oeste durante la etapa del "Silent Movie". Y sirvió en el ejército norteamericano durante la Primera Guerra Mundial. 
Y ya, como actor
secundario, en 1917, actuó en un corto titulado "The Storm Woman", de Ruth Ann Baldwin, periodista que se convirtió en
escritora y directora de cine mudo en activo durante la década de 1910. Fue una de las pocas mujeres que dirigió en la era temprana del cine. A pesar de que fue
una de las primeras directoras en Estados Unidos, no se sabe mucho sobre ella,
pero el trabajo que hizo en la citada década fue relevante para la sociedad en
la que vivía. [En agosto de 1916, después de trabajar para la incipiente
"Universal Pictures" durante varios años como escritora y como
editora de películas, Baldwin se convirtió en directora de la "Universal" Su primer film fue "The Mother Call", 1916, un drama de un
carrete]





Merced a los éxitos comerciales
que entrañaba el grácil, liviano, brillante, barroco, misterioso y monumental
estilo de las realizaciones de Hathaway, el gran estudio hollywoodense de la "20th Century Fox",
que encabezó la mayor parte de su vasta filmografía, vio garantizada durante
casi tres décadas, muchas veces gracias a él, la estabilidad de una gran parte de su mercado. Convertido en
uno de los valores más sólidos y cotizados, al amparo de aquellas ruedas bien
engrasadas de cuantos productivos trenes de mercancías capitalistas
transportasen hacia cualquier confín del mundo aquel milagro que suponía el
arte cinematográfico, "sonido e imagen en conserva", los géneros más
supervivientes, entre los que se contaban los ciclos aventureros, se repetían
con escasas variantes accidentales en su filmografía. Los especialistas en cine de perfil heroico, que además de ser grandioso
y monumental, debían glosar las glorias, no sólo pasadas, sino, a poder ser,
presentes de la historia, se estabilizarían en Hollywood como gran potencia
capaz de trazar una amplísima y tajante divisoria entre los importantes films de
aventuras, que abarcaron el favoritismo mayoritario del gran público
internacional, incluso en los países altamente desarrollados, y las llamadas
"cinematografías menores" en las que, por supuesto, la merma de
cantidad no significaba una ausencia
de calidad.




Había empezado a trabajar como asistente de dirección del ya consagrado Victor Fleming en "To the Last Man", 1923 con Richard Dix, Lois Wilson, Noah Beery, Robert Edeson, Frank Campeau, y "Mantrap" ("Flor de capricho"), 1926, con Clara Bow, Ernest Torrence, Percy Marmont, Eugene Pallette, Tom Kennedy. Y siguieron "The Thundering Herd" ("La horda maldita"), dirigida por William K. Howard con Jack Holt, Lois Wilson, Noah Beery, Raymond Hatton, y Charles Ogle, "Bachelor Brides" ( "Las novias de un soltero"), 1926, también de William K. Howard con Rod La Rocque, Elinor Fair, Eulalie Jensen, George Nichols. Y con el inigualable y fascinante Josef von Sternberg, que se convertiría en su maestro como futuro director de grandes películas, "Underworld" ("La ley del hampa"), 1927, con George Bancroft, Evelyn Brent, Clive Brook, Fred Kohler, Helen Lynch, Larry Semon y Jerry Mandy, "The Last Command" ("La última orden"), 1928, con Emil Jannings, Evelyn Brent, William Powell, Jack Raymond, "Morocco" ("Marruecos"), 1930, con Gary Cooper, Marlene Dietrich y Adolphe Menjou, y "Shanghai Express" ("El expreso de Shanghai"), 1932, con Marlene Dietrich, Clive Brook, Warner Oland, y Anna May Wong.




De todas formas, entre los muchos directores que, en la actualidad,
pilotan sobre la añoranza de aquel hasta cierto punto perdido esplendor de la
épica clásica en los años dorados de Hollywood, y que bucean entre los
fondos grandilocuentes y aparatosamente pincelados por la hipérbole más
representativa del exceso en todas sus vertientes, con la que revisten sus obras
recientes, al valerse de las espectaculares armas o de todo el artificio
virtual que tan generosamente ha puesto entre sus manos la tecnología del siglo XXI, en vano buscaremos alguno que ni remotamente pueda compararse (entre
este trazado itinerario que nos conduce, a través de lujosas escenografías
irrepetibles, ya fueran en technicolor o en blanco y negro) a este gran técnico
de la dirección cinematográfica que fue Henry Hathaway.

Y cuya artesanía fue capaz de
conquistar unánimes elogios internacionales, imprimiendo un sello inconfundible
a su estilo fílmico. Dirigente prolífico e imperecedero que jamás malversó el
riguroso sentido de la precisión ambiental, prestigiosamente descriptiva en
cada una de las películas con que el mecenazgo de la "20th Century Fox" recompensó
su aportación a la edad de oro de Hollywood. Fue, pues, un
director al que le resultó imposible moverse sólo en un género. La eficacia del trabajo de Hathaway benefició a su carrera y confirmó la
aportación de los actores que intervinieron en sus películas.
Demostró, a partir de los años cuarenta, que era capaz de asumir los
compromisos más dispares y hacer de ellos obras en las que la eficacia
del espectáculo estuviera garantizado.



En 1934 realiza "Now and Forever" ( "Ahora y siempre"), con Gary Cooper, Carole Lombard y Shirley Temple, y en 1935, "The Lives of a Bengal Lancer" ("Tres lanceros bengalíes"), con Gary Cooper (actor en alza por aquellas fechas), Franchot Tone, Richard Cromwell y Guy Standing, y "The Real Glory" ( "La jungla en armas"), 1939, con Gary Cooper, David Niven, Broderick Crawford, Reginald Owen, y Andrea Leeds. Ambas serían el principio de su gran género de películas de aventuras.
En 1935, había dirigido "Peter Ibbetson" ("Sueño de amor eterno"), película de tipo surrealista por su poética un tanto empalagosa, (basada en la novela de George de Maurier), de nuevo con Gary Cooper, Ann Harding, Ida Lupino, y John Halliday. La siguiente fue ya una aventura "Souls at Sea" ("Almas en el mar"), 1937, contando otra vez con su actor, casi fetiche, Gary Cooper, George Raft, Frances Dee, Henry Wilcoxon y Harry Carey. Y la epopeya viajera a lo Maco Polo "The Black Rose" ("La Rosa Negra"), 1950, con Tyrone Power, Orson Welles, Cécile Aubry, Jack Hawkins, y Michael Rennie.







Siguieron "The Desert Fox" ("El zorro del desierto"), 1951, biopic sobre el mariscal nazi Field Marshal Erwin Rommel, con un fantástico James Mason, Cedric Hardwicke, Jessica Tandy, Luther Adler, y Everett Sloane, la audaz y colorista "Prince Valiant" ("El Príncipe Valiente"), 1954, basándose en los maravillosos comics de Hal Foster, con un reparto sensacional Robert Wagner, James Mason, Janet Leigh, Debra Paget, Sterling Hayden y Victor McLaglen, y "Leyend of the Lost" ("Arenas de muerte"), 1957, con John Wayne, Sophia Loren, y Rossano Brazzi.


Dirigió trece magníficos westerns, entre ellos: "The Shepherd of the Hills" ("El pastor de las colinas") 1941, con John Wayne, Betty Field, Beulah Bondi y Harry Carey, "Rawhide" ("El correo del infierno"), 1951, con Tyrone Power, Susan Hayward, Hugh Marlowe, Edgar Buchanan, "Garden of Evil" ("El jardín del diablo"), 1954, con Gary Cooper, Susan Hayward, Richard Widmark, Hugh Marlowe, Cameron Mitchel, "North to Alaska" ("Alaska, tierra de oro"), 1960, con John Wayne, Stewart Granger, la recién llegada y estupenda en su primer papel Capucine, Ernie Kovacs, y Mickey Shaughnessy.




"The Sons of Katie Elder" ("Los cuatro hijos de Katie Elder"), 1965, con John Wayne, Dean Martin, Martha Hyer, Michael Anderson Jr., "From Hell to Texas" ("Del infierno a Texas"), 1958, con Don Murray, Diane Varsi, Chill Wills, Dennis Hopper, "Nevada Smith", 1966, con Steve McQueen, Karl Malden, Brian Keith, Arthur Kennedy, Suzanne Pleshette y Janet Margolin, y "True Grit" ("Valor de ley"), 1969, que le valio su único Oscar a John Wayne, con Glen Campbell, Kim Darby, Jeremy Slate, y Jeff Corey.






Su incursión en el cine negro no resultó menos espectacular "Johnny Apollo", 1940, con Tyrone Power, Dorothy Lamour, Edward Arnold, y Lloyd Nolan, "The House on 92nd Street" ("La casa de la calle 92") 1945, con William Eythe, Lloyd Nolan, y Signe Hasso, así como "The Dark Corner" ("Envuelto en la sombra"), 1946, con Lucille Ball, Clifton Webb, William Bendix, Mark Stevens, "Kiss of Death" ("El beso de la muerte"), 1947, con Victor Mature, Richard Widmark, Brian Donlevy, Coleen Gray, Karl Malden, "Call Northside 777" ("Yo creo en ti"), 1948, con James Stewart, Richard Conte, Lee J. Cobb, Helen Walker.

Y "13, rue Madeleine" ("Calle Madeleine nº 13"), 1946, con James Cagney, Richard Conte y Annabella, que fue una magnfíca incursión en el cine de espionaje contra la maquinaria nazi.
En 1953 dirige el inolvidable thriller obsesivo, en technicolor, de "Niagara" ("Niágara"), con la primera gran interpretación de la fascinante Marilyn Monroe, Joseph Cotten y Jean Peters, y el drama romántico "Woman Obsessed" ("La mujer obsesionada"), 1959, con Susan Hayward y Stephen Boyd.





Pero sin duda la mejor de todas las aventuras "negras" fue "Diplomatic Courier" ("Correo Diplomático"), 1952, con Tyrone Power, Patricia Neal, Karl Malden, Stephen McNally, y Hildegard Knef, con mucho ajetreo internacional, porque el Estado norteamericano
encarga al protagonista, Mike Kells, una misión en Salzburgo, y subirse a un tren
para lograr un documento sobre los planes invasivos de Stalin. Tras un
asesinato del contacto, Kells tiene que trasladarse a Trieste, donde prosigue la
acción. Se elige la ciudad italiana de Trieste, próxima al "Telón de Acero", como
epicentro de un misterio tan difuso como unos planes secretos de
invasión rusa, de los que no se aporta ningún detalle. Con secuencias notables: la persecución por el teatro romano; el
cabaret y el simpático y nada gratuito número de travestismo, que luego
tendrá su incidencia en la trama. Se suceden así multitud de escenarios y localizaciones en sus apenas noventa y cuatro minutos.

El motor de este típico thriller de espionaje de posguerra mundial es un "MacGuffin" hitckcockiano clásico. El film se benefició también con ciertos aires de clásicos como "The Third Man" ("El tercer hombre"), 1949, de Carol Reed.
Henry Hathaway hoy es un director un tanto olvidado por la crítica cinematográfica,
pero, a pesar de ello, es uno de los grandes realizadores norteamericanos, por su obra de
amplio espectro, medida y muy hábil. Hizo un cine artesanal pero vitalista, limpio de polvo y paja, y de una nitidez visual excepcional y bellísima, porque fue uno de los primeros en atreverse a viajar con la cámara a cuestas y rodar en los más extraordinarios exteriores. La Academia de Hollywood nunca le concedió ningún galardón, pero el Séptimo Arte siempre estará en deuda con su grandeza creadora. [John Richard Basehart- Nacido el 31 de agosto de 1914 en Zanesville, Ohio U.S- Fallecido el 17 de septiembre de 1984 en Los Ángeles, California, a la edad de 70 años]

Hijo de Mae (de soltera Wetherald) y Harry T. Basehart. Fue uno de los cuatro hermanos nacidos de un editor
de un periódico local de mínima tirada popular en Zanesville, y que enviudó muy pronto. John Richard pudo, sin embargo, asistir a la universidad. Pero luego trabajó brevemente como locutor de radio, e intentó seguir los pasos periodísticos de su padre como reportero. Escribió artículos que lo llevaron hasta serias controversias con el periódico en que trabajó. A causa de una de estas historias fue despedido.

Decidido a abrirse un nuevo camino lejos del periodismo, trató por todos los medios de emprender carrera como actor. En 1932 hizo su primera representación teatral con "Wright Players Stock Company" en su ciudad natal, y posteriormente pasó cinco
años interpretando papeles variados e interesantes en el "Hedgerow Theatre", esta vez afincado en Filadelfia. A partir de 1938, comenzó a trabajar en Broadway, New York, y además realizó algunas giras por diferentes ciudades.





Siete años más tarde, 1945, recibió el premio al "Mejor Actor Revelación
del Círculo de Críticos de Drama de Nueva York" por la obra de John Patrick "The Hasty Heart" ("Alma en tinieblas"), en el que Basehart interpretaba a un arroante soldado escocés, Lachie MacLachlan,
que regresa gravemente herido de la guerra de Birmania. En el hospital le
pronostican poco tiempo de vida, se muestra totalmente displicente con sus compañeros de enfermería, y sólo acepta cierta confianza con la ayudante sanitaria Margaret Parker, aunque, finalmente, sabiéndose moribundo, comprende el valor de la amistad que tratan de profesarles sus compañeros que, tras recaudar algo de dinero, acaban por regalarle un típico "kilt", faldellín de regimiento escocés, y, humorísticamente, satisface la curiosidad del resto de los hombres que lo acompañan en la enfermería demostrándoles que ninguna prenda interior encubre sus interioridades bajo el "kilt".

La directora Bretaigne Windust buscaba un genuino escocés como protagonista principal en "The Hasty Heart", y Basehart no solo realizó una burla lo
suficientemente auténtica como para ganar el papel, sino que también consiguió el
premio de la crítica de New York de 1945 como el actor más prometedor del
año. Su acento era tan bueno que un líder visitante de casta escocesa le
dijo al actor que conocía a su clan.

["The Hasty Heart", sin embargo, fue llevada a la pantalla grande sin Basehart en 1949, dirigida por Vincent Sherman, con el actor irlandés Richard Todd (que fue nominado al Oscar y al "Golden Globe" por su interpretación de Lachie MacLachlan), y coprotagonizada por Patricia Neal, Ronald Reagan, y Anthony Nicholls]




A partir de 1945, Richard Basehart empieza a recibir sus primeras ofertas cinematográficas. Debutó en la gran pantalla con "Repeat
Performance", 1947, en la compañía "Eagle-Lion", una película "negra" menor dirigida por Alfred L. Werker, con Joan Leslie, Virginia Field, Louis Hayward y Tom Conway,
seguida, en "Warner Brothers", con el thriller gótico "Cry Wolf" ("El
aullido del lobo"), 1947, dirigida por Peter Godfrey con Errol Flynn, Barbara Stanwyck y Geraldine Brooks. Su tercera película finalmente le valió elogios de la
crítica por interpretar a un asesino sociópata (buscabroncas callejero) perseguido sin descanso a
través de túneles de drenaje en "He Walked By Night" ("Orden: Caza sin cuartel", 1948, un drama
policial procesal filmado en un estilo semidocumental, dirigido por Alfred L. Werker y Anthony Mann con Scott Brady y Roy Roberts. La revista "Variety" ofreció una crítica
positiva, comentando "Con este papel, Basehart se establece como uno de
los hallazgos de más talento de Hollywood en los últimos años. Logra eclipsar en gran
medida al resto del elenco ..."



Richard Basehart pasa así a convertirse en uno de los actores más carismáticos de las siguientes décadas. Destacaría especialmente en personajes atormentados o introvertidos,
retratando a la perfección estados de angustia mental y presentimientos nefastos. Su galería de personajes se enriquecería de forma inquietante aunque no menos fascinante. Fue un terrorífico Maximilien Robespierre, arquitecto jefe de "Reign of Terror" nuevamente retitulada como "The Black Book" ("El reinado del
terror"), 1949, ambientada durante la Revolución Francesa, y dirigida por Anthony Mann, con Robert Cummings, Richard Hart, y Arlene Dahl. Y uno de los
Hatfields enemistados en "Roseanna McCoy", 1949, dirigida por Irving Reis con Farley Granger, Joan Evans, Charles Bickford, y Raymond Massey.

En 1950, aparece como un timorato y engañado marido en el film de "crime noir" "Tension", de John Berry, con la excitante Audrey Totter, Cyd Charisse y Barry Sullivan.

Y en "14 Hours" ("Catorce horas"), 1951, -nunca estrenada en España- dirigida por Henry Hathaway, con Paul Douglas, Barbara Bel Geddes, Debra Paget, Agnes Moorehead, Robert Keith, Howard Da Silva, Jeffrey Hunter, y Grace Kelly, (y basada en el suicidio real del ciudadano John William
Warde de Manhattan en 1938), en la que Richard Basehart llevó a cabo un extraordinario "tour de force" interpretativo encaramado en la alta cornisa de un edificio de oficinas neoyorkino amenazando a la multitud allí concentrada con saltar al vacío. Durante gran parte de la duración de la película, la cámara se
centró firmemente en el rostro del actor. Basehart recordó más tarde que
"era el sueño de un actor, en el que acaparaba la lente de la cámara, y el
papel me pedía que actuara principalmente con mis ojos, labios y músculos de la
cara". El crítico del "New York Times", Bosley Crowther, calificó su
actuación como "sorprendente y conmovedora".


Intervino también en el film bélico sobre la guerra de Corea "Fixed Bayonets!" ("A bayoneta calada") de Samuel Fuller, con Gene Evans, Michael O'Shea, y con el cameo primerizo, en el papel del soldado Doggie, de un desconocido James Dean. Y como George Healey en la versión de esperado trazado melodramático hollywoodense "Titanic" ("El hundimiento del Titanic"), 1953, del perfeccionista artesano del espectáculo naturalista Jean Negulesco, con Clifton Webb, Barbara Stanwyck, Robert Wagner, Audrey Dalton, Brian Aherne y la simpar Thelma Ritter.

En 1954, rodada en Gran Bretaña, aparece en un nuevo "film noir", el thriller "The Good Die Young" ("Los buenos mueren jóvenes", de Lewis Gilbert, con Laurence Harvey, Gloria Grahame, Joan Collins, John Ireland, Margaret Leighton, Stanley Baker y Robert Morley.

Pese a todo, Basehart, carismático, convincente y gran revalorizador del arte interpretativo en la pantalla grande, trató siempre, por ello mismo, no llegar a convetirse en un actor-estrella del Hollywood más convencional. Tras estos últimos éxitos, seleccionó y varió meticulosamente sus roles, evitando,
como él mismo dijo, "los estereotipos indigestos y manipulados comercialmente por Hollywood a fin de acumular una cuenta
bancaria bien hinchada". A raíz de la repentina muerte de su primera
esposa, Stephanie Klein, con la que estuvo casado desde 1940 hasta su fallecimiento en 1950, Basehart decidió alejarse de Estados Unidos.
Viajó a Italia, donde conoció a la extraordinaria actriz italiana Valentina Cortese, [Milán 1 de enero de 1923 – Milán 10 julio 2019], con la que contrajo matrimonio en marzo de 1951.


Cortese había firmado contrato en la citada década con la productora norteamericna "20th Century Fox", y junto a su marido intervino aquel mismo año en la producción estadounidense, el magnífico thriller "The House on Telegraph Hill" ("La casa de la colina"), dirigida por el prestigioso Robert Wise, coprotagonizada, además de Richard Basehart y Valentina Cortese, por William Lundigan, y Fay Baker.

Ese mismo año interpretó al Lieutenant Dick Rennick en el modélico film bélico y de espionaje, rodado en la Alemania de posguerra, "Decision Before Dawn" ("Decisión al amanecer"), dirigida por Anatole Livak, con Oskar Werner, Hans Christian Blech, O.E. Hasse, Dominique Blanchar, y la exquisita Hildegard Knef.

Pero Basehart, a caballo entre Europa y Estados Unidos, enriqueció con su presencia una sucesión de
películas europeas. Interpretó espléndidamente al malogrado payaso "Il Matto" en el inigualable clásico de
Federico Fellini "La Strada", 1954, junto a Giulietta Masina y Anthony Quinn.

Se convirtió en un noble bravucón que
reclamaba sus títulos y su propiedad en "Le avventure di Cartouche" 1955, dirigida por Steve Sekely y Gianni Vernuccio, con Patricia Roc, Massimo Serato y Akim Tamiroff. Y de nuevo para Fellini interpretó a un miembro de una banda de estafadores en "Il bidone" ("Almas sin conciencia") 1955, con Broderick Crawford, Giulietta Masina, Franco Fabrizi y Lorella De Luca.







Viajó a España en 1957, contratado por el contagioso, humorístico y no menos genial director español Luis García Berlanga (que ya había dirigido también en 1956 a Valentina Cortese en su inolvidable "Calabuch"), para intervenir en la fallida coproducción hispano-italiana "Los jueves milagro" ("Giovedì miracoloso"- "Miracle Thursdays"-) con José Isbert, Paolo Stoppa, Alberto Romea, Juan Calvo, José Luis López Vazquez y Félix Fernandez, que podría haberse tratado de una auténtica joya del neorrealismo crítico
español, pero fue cruelmente masacrada y remontada por la Curia
Católica española y la Censura Franquista, destrozando el esquema
subversivo y negrísimo de la visión de Berlanga para ofrecer nuevo retrato, esta vez milagrero, de la España traumatizada por la Dictadura Fascista.






Residente en Europa, se convirtió para John Huston en el entrañable marinero Ishmael, en la monumental versión aventurera de la novela de 1851 de Herman Melville, rodada en las Islas Canarias, "Moby Dick", 1956, con Gregory Peck, Leo Genn, James Robertson Justice, Harry Andrews, y Orson Welles en su extraordinaria aparición como el páter Mapple).

Richard Brooks lo reclama en 1958 para que se convierta, en una interpretación impactante, en el cínico, agnóstico y provocador Ivan Karamazov, en su sensacional adaptación para "Metro-Goldwyn-Mayer", de la fascinante novela de Fiódor Dostoyevski "The Brothers Karamazov" ("Los hermanos Karamazov"), formando parte de un efectivo y no menos subyugante reparto compuesto por Yul Brynner, Claire Bloom, Maria Schell, Lee J. Cobb,William Shatner, Albert Salmi, David Opatoshu, Simon Oakland y un inolvidable actor infantil llamado Miko Oscard.
Aparece en "Portrait in Black" ("Retrato en negro") en 1960, en uno de sus últimos papeles destacados en dicha década, junto a Lana Turner, Anthony Quinn, Sandra Dee, John Saxon, Lloyd Nolan, Ray Walston, Virginia Grey y Anna May Wong; thriller a caballo del melodrama y rodado en Technicolor, que fracasó en taquilla, pese a su atractivo reparto y nada desdeñable factura, en parte debido a la dirección un tanto irregular de Michael Gordon.

En ese mismo año 1960, el segundo matrimonio
de Basehart con Valentina
Cortese, de cuyo enlace nació un hijo, el actor Jackie Basehart, había terminado en divorcio, y el actor regresó a Estados Unidos,
donde ya encontró pocas oportunidades en la pantalla grande.

Fue entonces la
pantalla chica la que revitalizaría su carrera con numerosas apariciones como invitado en
la serie y su larga temporada televisiva, la popular "Voyage to the Bottom of the Sea" ("Viaje al fondo del mar"), 1961, dirigida por Irwin Allen, con Walter Pidgeon y Robert Sterling. El cast también se compuso para la pantalla grande de Peter Lorre, Joan Fontaine, Barbara Eden, Michael Ansara, y Frankie Avalon. Sus últimos elogios de la critica fueron por su papel de Henry Wirtz, comandante
del campo de prisioneros más infame de la Confederación, en el drama para televisión
ganador de premios "Emmy" y "Peabody""The Andersonville Trial", 1970, dirigido por George C Scott, y coprotagonizado por William Shatner, Cameron Mitchell, Richard, Cassidy, y Martin Sheen. 

Richard Basehart fue un declarado un activista de derechos humanos, y se opuso también, firmemente, al uso experimental de animales. Con su tercera esposa, Diana
Lotery, creó la organización benéfica de bienestar animal, "Actors and Others
for Animals", en 1971. Murió después de sufrir una serie de accidentes
cerebrovasculares en Los Ángeles el 17 de septiembre de 1984 a la edad de 70
años.
"14 horas" para amortiguar los efectos del miedo y de la desesperanza, narrado con garra. "14 horas" para que Richard Basehart, ¡qué gran actor!, nos emocione con sus "defensas privativas", sus titubeos, su angustia y soledad. Mientras Paul Douglas y Barbara Bel Geddes, estupendos, tratan de encauzar, desde la sinrazón, el camino del suicida. Todo ello entre un cúmulo de situaciones que recargarán de atmósfera asfixiante esta dolorosa aventura urbana impecablemente diseñada por Henry Hathaway. Cine americano puro, en blanco y negro, ¡pero a corazón abierto!



Para comenzar incluso antes del comienzo,
"14 Hours" se basa en un artículo de una revista de 1938 en
"The New Yorker" que contaba la triste historia de John William
Warde. En una cálida tarde de martes de julio, Warde estaba sentado con su
hermana y un grupo de amigos en el piso 17 del "Hotel Gotham" en Manhattan. Algo
que dijo su hermana hizo que Warde, clínicamente deprimido, se precipitara
hacia una ventana abierta y salió al saliente donde permaneció durante once
horas. Su hermana trató de hacer que entrara en vano.
John William Warde trabajó como empleado de banco
en Southampton hasta que sobrevivió a un intento de suicidio con un cuchillo en
julio de 1937 y pasó tres meses en el Psiquiátrico "Central Islip". Una
nota sobre los papeles de liberación del "asylum" en noviembre de 1937 declaraba: "La
psicosis maníaco-depresiva del paciente parece haberse detenido"



El policía Charles V.
Glasco sugirió a su sargento que podía hacerse pasar por botones y tratar de
convencer a Warde de que saliera de la cornisa. Glasco casi lo había logrado
cuando un fotógrafo irrumpió en la habitación. Esto hizo que Warde saltara, con
los pies por delante. Golpeó la marquesina de cristal del hotel y luego
aterrizó, muerto, en la acera. Mientras saltaba, se escuchó a las 10.000
personas que se habían reunido alrededor de la intersección decir al unísono:
"¡Aquí viene!" antes de que, tras los gritos de muchos de los que contemplaan la escena, se alzara luego el silencio mientras aterrizaba en
el suelo.









