[Nacido en New York, EE.UU., el 2 de marzo de 1914-Fallecido en Santa Mónica, California, el 8 de diciembre de 1990 de enfermedad cardiovascular a la edad de 76 años]
Siempre resulta difícil soslayar los remakes de las obras maestras, y en especial si se trata de una de las grandes joyas, como ya se ha indicado, del cine nipón como es "Rashomon". Naturalmente el film de Martin Ritt no se puede comparar con aquella apasionante épica social del Medioevo japonés. Akira Kurosawa y Toshiro Mifune "fueron demasiado gigantescos como para que alguien pudiera superarlos".
Sin embargo, Martin Ritt ha logrado despertar siempre gran expectación en todos sus proyectos artísticos. Fue el único que se atrevió con William Faulkner: "The Sound and the Fury" ("El ruido y la furia"), 1950, con Yul Brynner, Joanne Woodward, Margaret Leighton, Ethel Waters, Jack Warden, Françoise Rosay, John Beal, Albert Dekker, y Stuart Whitman.
"The Long, Hot Summer" ("El largo y cálido verano"), 1958, protagonizada por Paul Newman, Joanne Woodward, Orson Welles, Tony Franciosa, Lee Remick, Angela Lansbury, y Richard Anderson. Y con total maestría acercó a Paul Newman a su terreno más genuino y próximo como antiguo alumno del Método "Actor's Studio", con neuras, psicopatías, y excesos sexuales incluidos.
Y en 1963, le brindó, el mejor papel de su vida en "Hud", 1963, junto a una cautivadora y suntuosamente irónica Patricia Neal -galardonada con el merecidísimo "Premio Oscar de la Academia"- en su adaptación del relato de Larry McMurtry: "Horseman, Pass By", desolador retrato costumbrista de un mediocre pueblo ganadero del sur norteamericano. La película estuvo coprotagonizada por Melvyn Douglas (Oscar al "Mejor actor Secundario") Brandon De Wilde, y Whit Bissell. Film con el que Ritt casi rozó la genialidad. Consiguió 5 nominaciones al "Golden Globe", incluyendo "Mejor Película" Premios BAFTA: "Mejor Actriz Extranjera" (Neal). 3 nominaciones.
Y no olvidemos que también debemos a este gran director uno de las interpretaciones más memorables de Richard Burton y de Claire Bloom en la modélica "The Spy Who Came In From The Cold" ("El espía que surgió del frío") de 1965, coprotagonizada por Oskar Werner, Bernard Lee, Michael Hordem y Peter van Eyck, adaptación magistral e inquietante de uno de los más afamados best-sellers de espionaje escritos por John Le Carré. Sin pretensiones generalizadoras, catapultar a Paul Newman fue quizás una de las obsesiones más rivindicativas de Martin Ritt.
La revisión de aquella cumbre del film de Akira Kurosawa, era, por supuesto, innecesaria. El discurso ideológico permanece un tanto descafeinado en "The Outrage" ("Cuatro confesiones") una vez extrapolado al marco en el que tiene lugar: el mismísimo Oeste americano. El mundo del portentoso Kurosawa era inasimilable. Ritt
se embarcó en un proyecto insólito y complicado, muy al gusto de los
horrores y errores de cine hollywoodense. Y aunque por desgracia, su
loable empeño no acabara de triunfar en su intento de dar verosimilitud
al encuentro desastroso, racista y primario de tres personajes que
ocultan y descubren al mismo tiempo su más íntima podredumbre
primigenia, convierte la película en un excelente trazado clásico del western,
convenientemente dosificado entre un pequeño torbellino tan emocional
como caótico, elaborado para gozar con las maldades de los hombres y
mujeres, y las consecuencias de victimizarse y de aplicarse en las
propias carnes los premios y castigos de que son merecedores
privativamente cada uno de sus actos.
[Juan Carrasco {Paul Newman}, un bandido mexicano, secuestra a una pareja formada por el Coronel Wakefield {Laurence Harvey} y su esposa Nina {Claire Bloom}. El asunto
acaba trágicamente. El hilo conductor de la historia serán las
declaraciones realizadas a lo largo del juicio por tres testigos
involucrados en el caso, un predicador {William Shatner}, un estafador {Edward G. Robinson}, un prospector {Howard Da Silva}, y un piel roja {Paul Fix}. Cada uno de los cuales expondrá su propia
visión de los hechos ante el sheriff {Albert Salmi} y el juez {Thomas Chalmers}]
"RASHOMON" VERSUS "THE OUTRAGE"
La inevitable grandiosidad de "Rashomon" era una barrera infranqueable. Pero Martin Ritt quiso adentrarse en la senda de los fieles servidores del arte cinematográfico y, sin excederse, llegar a reservarse una vigorosa estructura directiva como alumno aventajado en esa parcela reservada a los "crême de la crême" del gran maestro Akira Kurosawa.
Lo respetó y nunca engañó a nadie. Conocía bien sus limitaciones. ¡Y nosotros aplaudimos por ello a Mr. Ritt!