"ANÁRKH" (Fatalidad)
QUASIMODO
[Manuel Antonio Rodolfo Quinn, Oaxaca, México 21 de abril de 1915- Boston, Massachusetts, EE.UU, 3 de junio de 2001 a la edad de 86 años]
Su origen étnico entronca (según confesión del mismo actor) con padre irlandés: Francisco Quinn, y madre mexicana. Cuando su familia consigue trasladarse a Los Ángeles, USA, en 1920, sumidos en la pobreza, realiza labores de limpiabotas y vendedor de periódicos callejero. Y ya convertido en un adolescente belicoso y rudo en sus modales, se dedica a ser retratista de grandes estrellas cinematográficas.
En 1935 inicia estudios de arquitectura que no acabaría nunca. A los 17 años se casa con una latina llamada Silvia, mucho mayor que él, que le introduce en el estudio del arte, y le obliga a tomar clases de dicción. Atraído por la interpretación, y apoyado por la famosa Mae West, debuta en el cine en 1936 con pequeños papeles en los estudios Paramount.
Cecil B. de Mille, que acabaría convirtiéndose en su suegro, le ofrece su primer rol relevante como nativo americano en "The Plainsman" junto a Gary Cooper y Jean Arthur.
Al cuarto año de su matrimonio, se divorcia de Silvia, y se casa con Katherine de Mille. En 1939, su primer hijo, Cristopher, de 4 años, muere ahogado en una piscina. Sus rasgos multiétnicos le proporcionan papeles secundarios que le encasillan en interpretaciones de indio, hampón y villano. Se siente discriminado en la vida real por los círculos sociales de Hollywood. Cecil B. De Mille, que no vio con buenos ojos la boda de Quinn con su hija Katherine, no representó jamás una ayuda importante en su carrera de actor.
Consigue su nacionalización estadounidense en 1947 (ello le evitaria su participación en la II Guerra Mundial). Su carrera cinematográfica, que abarcaría más de 100 películas, entre EE.UU y Europa, empieza por tanto en década de los 30. Empieza a ser reconocido por aquel entonces con "The Last Train from Madrid" ("El último tren de Madrid"), de James P. Hogan con Dorothy Lamour, Lew Ayres, Gilbert Roland, Karen Morley, y Lionel Atwill. "Daughter of Shanghai" ("Hija de Shangai"), ambas de 1937, dirigida por Robert Florey, con Buster Crabbe, Charles Bickford, y J. Carol Nash.
En 1938, interviene en "Dangerous to Know", de "The Buccaneer" ("Corsarios de Florida", dirigida por Cecil B. DeMille, con Fredric March, Franciska Gaal, Akim Tamiroff, Walter Brennan e Ian Keith.
Sigue en 1939 con "Island of Lost Men" ("La isla de la perdición"), dirigida por Kurt Neumann, y protagonizada por Anna May Wong, J. Carrol Naish y Broderick Crawford. Y "Union Pacific" ("Unión Pacífico", dirigida por Cecil B. DeMille, con Barbara Stanwyck, Joel McCrea, Akim Tamiroff, y Robert Preston.
En 1940 interpreta "Parole Fixer" ("Mercaderes del crimen"), de Robert Florey con William Henry, Virginia Dale, Richard Denning y Lyle Talbot. Y "The Texas Rangers Ride Again" ("Legión de tiradores"), dirigida por James P. Hogan, con Ellen Drew, John Howard, y Akim Tamiroff.
Y en 1941, "Blood and Sand" ("Sangre y arena"), dirigida por Rouben Mamoulian, con Tyrone Power, Rita Hayworth y Linda Darnell.
Y "They Died with Their Boots On" ("Murieron con las botas puestas"), 1941, dirigida por Raoul Walsh con Errol Flynn, Olivia de Havilland, Arthur Kennedy, Charley Grapewin. "Thieves Fall Out", de Ray Enright con Eddie Albert, Joan Leslie, Jane Darwell, y Alan Hale, ambas de 1941.
En 1942 colabora con Bob Hope, Bing Crosby y Dorothy Lamour en "Road to Morocco" ("Ruta a Marruecos"), de David Butler. Y "The Black Swan" ("El cisne negro"), de Henry King, con Tyrone Power, Mauren O'Hara y George Sanders.
En 1943, interviene "The Ox-Bow Incident", de William A. Wellman, junto a Henry Fonda, Dana Andrews, Harry Davenport y Mary Beth Hugues. Y "Guadalcanal Diary", de Lewis Seiler, con Preston Foster, Lloyd Nolan, William Bendix, y Richard Conte
En 1944, "China Sky" ("Los guerrilleros de Chanta") de Ray Enright, con Randolph Scott, Ruth Warrick, y Ellen Drew. Y en 1945, "Back to Bataan" ("La patrulla del coronel Jackson", dirigida por Edward Dmytryk, con John Wayne, Fely Franquelli, Richard Loo y Beulah Bondi.
En 1946 "California", dirigida por John Farrow, con Barbara Stanwyck, Ray Milland y Barry Fitgerald. Y en 1947, "Tycoon" ("Hombres de presa"), de Richard Wallace con John Wayne, Laraine Day, Judith Anderson, Sir Cedric Hardwicke y Lucio Villegas y "Black Gold" ("Oro negro"), dirigida por Phil Karlson, con Katherine De Mille Raymond Hatton, Kane Richmond, y Thurston Hall.
En 1951, "Mask of the Avenger" ("La espada de Montecristo"), dirigida por Phil Karlson, con John Derek, Jody Lawrance, Arnold Moss, y Eugene Iglesias.Y en 1952, "Against All Flags" ("La isla de los corsarios"), dirigida por George Sherman, con Errol Flynn, Maureen O'Hara, Mildred Natwick, y Alice Kelley.
En 1952, interviene "The World in His Hands" ("El mundo en sus manos"), de Raoul Walsh, con Gregory Peck, Ann Blyth, John McIntire, y Andrea King.
Y el gran Elia Kazan lo reclama para su superproducción "¡Viva Zapata!", con Marlon Brando, Jean Peters, Alan Reed, Arnold Moss y Joseph Wiseman. Quinn se alza finalmente con el Oscar al mejor actor secundario.
Afianzado tras el Oscar interviene todavía como secundario de lujo en "Ride, Vaquero!" ("Una vida por otra"), 1953, de John Farrow, junto a Ava Gardner, Robert Taylor y Howard Keel.
Seguirán "East of Sumatra" ("Al este de Sumatra"), de Budd Boetticher, con Jeff Chandler, Marilyn Maxwell, y Suzan Ball."City Beneath the Sea" ("La ciudad sumergida"), de Budd Boetticher con Robert Ryan, Mala Powers y Suzan Ball. "Seminole" ("Traición en Fort King"), con Rock Hudson, Barbara Hale, Hugh O'Brian y Richard Carlson, "Blowing Wild" ("Soplo salvaje"), de Hugo Fregonese, con Gary Cooper, Barbara Stanwyck, Ruth Roman y Ward Bond, todas de 1953.
En 1954, interpreta el thriller "The Long Wait" (" Tras sus propias huellas"), dirigido por Victor Saville, y coprotagonizado por Charles Coburn, Gene Evans y Peggie Castle.
Y "Seven Cities of Gold" ("Siete ciudades de oro"), dirigida por Robert D. Webb, con Richard Egan, Michael Rennie, Jeffrey Hunter, Rita Moreno; "The Naked Street" ("La calle desnuda"), de Maxwell Shane, con Farley Franger, Anne Bancroft y Peter Graves; y "The Magnificent Matador" ("Santos el magnífico"), dirigida por Budd Boetticher, con Maureen O'Hara, Manuel Rojas, Richard Denning, y Thomas Gomez, las tres de 1955
Famoso a partir de entonces por "anular" con sus interpretaciones de actor de reparto el protagonismo a actores principales, consigue de nuevo el Premio de la Academia en 1957, con su papel de Paul Gauguin en "Lust For Life" ("El loco de pelo rojo") de Vincente Minnelli, film en el que un frustrado Kirk Douglas, magnífico en su interpretación de Vincent Van Gogh, vería como el Oscar le era arrebatado por Yul Brynner, mientras que su compañero de reparto volvía a ser premiado por tan sólo ocho minutos de presencia en la pantalla.
Tras conseguir su segundo Oscar, su protagonismo absoluto revierte en sus siguientes películas. Y su carrera internacional se
revaloriza hasta límites insospechados. Dirigido por grandes directores
norteamericanos como George Cukor en 1957 con "Wild is the Wind" ("Viento salvaje" ),con Anna Magnani y Tony Franciosa. Allen H. Miner y Oscar Rudolph lo dirigen en un nuevo y magnífico western "The Ride Back" ("El retorno del forajido")con William Conrad, Lita Milan, y Victor Millan. Y "The River's Edge" ("Al borde del río"), dirigida por Allan Dwan, con Ray Milland, Debra Paget, y Harry Carey Jr.
Martin Ritt, dirige "The Black Orchid" ("Orquídea negra") en 1958, con Sophia Loren e Ina Balin. Delbert Mann en "Hot Spell" ("atrapado en el deseo"), con Shirley Booth, Shirley MacLaine, Earl Holliman, y Eileen Heckart.
Y tres nuevos westerns, con Kirk Douglas, Earl Holliman y Carolyn Jones "Last Train from Gun Hill" ("El último tren de Gun Hill"), 1959, dirigido por John Sturges.
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"Warlock" ("El hombre de las pistolas de oro"), 1959, dirigida por Edward Dmytryk, con Henry Fonda, Richard Widmark, una maravillosa Dorothy Malone y Dolores Michaels.
Y "Heller in Pink Tights" ("El pistolero de Cheyenne"), 1960, dirigida por George Cukor, con Sophia Loren, Steve Forrest, Ramón Novarro, Edmund Lowe y Margaret O'Brien.
Desde
1978 a 2001 interviene todavía en 15 películas más, ya casi de escaso
relieve. Las más reseñables fueron "Lion of the Desert" ("El león del
desierto"), 1979, dirigida por Moustapha Akkad, con Oliver Reed, Irene Papas, Rod Steiger, y John Gielgud; "The Salamander" ("La salamandra roja"), 1981, dirigida por Peter Zinner, con Franco Nero, Christopher Lee, Claudia Cardinale, y Martin Balsam.Y "Jungle Fever" ("Fiebre salvaje"), 1991, dirigida por Spike Lee, con Annabella Sciorra, Wesley Snipes, Spike Lee, Debi Mazar, y Samuel L. Jackson.
En Italia había intervenido también, además de "L'Strada", en "Ulisses", 1954, de Mario Camerini, con Kirk Douglas, Silvana Mangano y Rossana Podesta, "Attila" ("Atila, hombre o demonio"), 1954, dirigida por Pietro Francisci, con Sophia Loren, Henri Vidal, y Claude Laydu, y "L'eredita Ferramonti" ("La herencia Ferramonti"), 1976, de Mauro Bolognini, con Fabio Testi, Dominique Sanda, y Gigi Proietti. Y en España "Crónica del alba-Valentina"), 1982, de Antonio Betancor, con Jorge Sanz, Paloma Gómez, y Marisa de Leza. La última en Gran Bretaña fue "The Passage" ("El pasaje"), 1979, dirigida por J. Lee Thompson, con James Mason, Malcolm McDowell, Patricia Neal, y Kay Lenz.
Trece hijos
(Lorenzo Quinn, pintor y actor) y dos matrimonios más jalonan su vida:
Iolanda Addolari en 1965; Katty Benvin, su secretaria, en 1997. Fallece
en Boston en 2001 a los 86 años. Sus cenizas, por deseo del propio
actor, fueron esparcidas en el Cañón del Cobre, Chihuahua, su tierra
natal.
ESMERALDA
A través de la suntuosidad vivificante que la belleza de Gina
Lollobrigida propone en el lenguaje intuitivo que el público percibe de
esa temática influenciadora que ejerce sobre él el cine-mercancía, de
buena manufactura, se convierte de nuevo en aquella esplendorosa y
sugestiva sintaxis visual, mujer fascinante donde las haya, que ella
misma supo crear y mitificar. La cámara acaricia su Esmeralda sin llegar a
saciarse jamás de su belleza arrebatadora. Asistimos a la peripecia
estilística de un intenso fatalismo romántico, y que, como precioso
fetichismo al que hay que mimar, servirá de pretexto para intercalar un
imborrable número musical de la Lollo, repleto de rítmicos movimientos
arabescos, que, en algunos momentos, enlazan su impactante y hermosísima
presencia con sus inolvidables años de "maggiorata postneorrealista
Vehículo incómodo que requiere un proceso de caracterización, que, a
fin de exponer con convicción las sutilezas del conflicto psicológico en
que se debate el controvertido personaje, debe basarse en la pura
dinámica visual de su deforme monstruosidad. La imagen del campanero de
Nôtre-Dame resistirá siempre mucho mejor la carcoma del tiempo a
través de la literatura
que del Séptimo Arte. No obstante, a pesar de sus limitaciones, este
hombre contrahecho y giboso, movido como cualquier ser humano por
pasiones y sentimientos, se beneficia de una magnífica interpretación
por parte de un Anthony Quinn, que, ya premiado por la cinematografía
hollywoodense, y cada vez más afianzado en la europea, se muestra
espontáneo, regocijante, ingenuo y apasionado. Y pese a su obligada
caracterización esperpéntica, el actor sabe recurrir a una matización
expresiva, lo menos grotesca posible, de su difícil personaje. Y con
perspicaz intuición dota a su Quasimodo de una sobriedad y contención
interpretativa elogiable en todo momento.
La creatura bella bianco vestita
"... El verdugo llevaba arrastrando por el suelo un bulto blanco, al
que iba unido la cabrita Djali. Este hombre se paró al pie de la
horca... Entonces Quasimodo le pudo ver bien. Llevaba a una
joven vestida de blanco y con un dogal al cuello. Quasimodo la
reconoció: ¡era ella! La cuerda dio varias vueltas girando sobre sí
misma y Quasimodo, que no respiraba ya hacía algunos instantes, vio desaparecer el cuerpo de Esmeralda. Dom
Claudio, en tanto, con el cuello estirado y los ojos fuera de las
órbitas, contemplaba el horrible grupo del hombre y de la mujer, de la
araña y de la mosca..."
La Fosa de Montfaucon
"...
En la noche que siguió al suplicio de Esmeralda, las gentes de
los bajos fondos se llevaron su cuerpo del cadalso para trasladarlo a la
fosa de Montfaucon. Dos años después de los acontecimientos con los
que acaba esta historia, se encontraron dos esqueletos, uno de los
cuales estaba fuertemente abrazado al otro. Cuando se intentó separarlos
se convirtieron en polvo"
Alain Cuny
Frollo
[Nacido en Saint-Malo, Bretaña, el 12 de julio1908- París, 16 de mayo 1994 a la edad de 85 años]
Estudia
medicina, e interviene por primera vez en la cinematografía francesa en
1930, de manos de Marcel Carné, en "Les visiteurs du soir", 1942, con con Arletty, Marie Déa, Fernand Ledoux, y Pierre Labry. Trabaja con Federico Fellini en "La dolce vita", 1960, con Marcello Mastroianni, Anita Ekberg, Anouk Aimée, e Yvonne Furneaux.
Y "Satyricon", 1969, con Martin Potter, Hiram Keller, Max Born, Salvo Randone, Capucine, Magali Noël, y Tanya Lopert.
Aparece en el papel de Sitting Bull (su última interpretación) en
el western bufo rodado en un París en obras, por Marco Ferreri en 1974, "Touch pas á la femme blanche"blanche", con Catherine Deneuve, Marcello Mastroianni, Michel Piccoli, y Philippe Noiret.
El perturbador rostro de Alain Cuny, que no ha de servirse de los excesivos recursos expresionistas que refleja el desasosegante drama en que se ve envuelto su personaje, confieren a su interpretación el tono espectral y alucinante en todo momento requerido por la imagen del arcediano de Nôtre-Dame creado por Victor Hugo: "Claudio Frollo no era un ente vulgar. Destinado, desde niño, al estado eclesiástico, su padre le encerró en el convento de Torchi, situado en la Universidad, y allí creció entre el misal y el lexicón. Era triste y grave... Al volver, el día de Quasimodo, de decir misa, le llamó la atención el grupo de las viejas murmuradoras que rodeaban el tablado de los niños expósitos. Entonces fue cuando se aproximó a la pobre criatura... Una compasión profunda le hizo apoderarse del niño. Cuando le desenvolvió del saco quedó pasmado de su deformidad... Le bautizó con el nombre de Quasimodo. En efecto, sólo era una quisicosa...
París se tendía a los pies de Dom Claudio, con las mil agujas de sus edificios, con el río serpeando bajo los puentes y con el pueblo ondulando por las calles.
Por su sonrisa petrificada, hubiérase dicho que en Claudio Frollo sólo los ojos estaban
vivos. La gitana bailaba; hacía dar vueltas a la pandereta. A Claudio
Frollo le tembló todo el cuerpo. Vio a un desconocido, era sin duda el
compañero de la gitana: ¿Quién será ese hombre?- se preguntó-¡siempre la
he visto sola!... Bien está, maese Pedro Gringoire,
¿pero cómo os
encuentro acompañando a esa bailarina de Egipto?... Porque es mi
mujer... Los ojos tenebrosos del sacerdote se inflamaron: ¿Os
atrevistéis a poner la mano sobre esa joven?"
Actor
asociado a la prestigiosa Comédie Française desde 1952. Premiado con el
Premio César, Apareció junto a Annie Girardot y Alain Delon en "Traitement de Choc", 1973, de Gérôme Savignat. En "Hiver 54, l' abbe Pierre"
de Denis Amar, 1989, en la que también intervino Claudia Cardinale y Lambert Wilson, Y en "The Art Dealer", 2015, su último film, de Claude Weinstein, con Anna Sigalevitch y Michel Bouquet.
Pierre Gringoire: imaginativo poeta que se debate en un ridículo idealismo de reflejos filosóficos. Hirsch se alza con una interpretación tan teatralizante como efectiva frente a los mástiles totémicos que salpican el París medieval, poblado por el hechizo fantasmal y la procesión dantesca de cuantos personajes pueblan la obra literaria y la película. La aparición de Esmeralda, que salva su vida cuando cae en manos del género humano más desfavorecido que habita en la famosa "Corte de los milagros" de París lo convierten en el humilde y palpitante servidor de la hermosa gitana.
El film de Jean Delannoy sabe rehuir las formas dislocadas, de acentuado extremismo, siempre sujetas a ciertas servidumbres pictórico escenográficas de una historiografía falsa y extravagante impuesta por Hollywood en sus precedentes versiones. La película se erige en una fantasía colorista, estilizada, de loable linealidad, con una encomiable aportación argumental que elige y expresa cuidadosamente la perturbadora temática de Victor Hugo, consiguiendo potenciar la más degustable y entretenida adaptación de su gran obra sin desquiciar en exceso la fidelidad al texto. Enriquecida, además, por una magnífica banda sonora de Georges Auric.
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