
Es durante la segunda mitad de la película donde la capacidad del director Marquand para generar tensión resulta más impresionante, uniendo los hilos de la película con eficacia y crueldad. Enmarca a Faber (Sutherland) con una gran amenaza, creando la ilusión de que Faber es ineludible, ya sea de pie en un portal lejano o llenando la pantalla. Lucy (Nelligan)
está excelente, con gran parte del peso dramático sobre sus hombros
como una mujer que no desea ser infiel, pero anhela una conexión más
profunda, así como una mujer que finalmente descubre que su amante es un
espía nazi. La actuación de Sutherland parece transitar por una línea extraña. Hay indicios de una infancia difícil, una sensación de que nunca ha habido nada en la vida de Faber más que espionaje y asesinato. Sus mentores y figuras paternas fueron todos criminales de guerra, y ciertamente parece que Faber siente algo por Lucy,
y resuelve sus asuntos con menos crueldad que en el resto de la
película. Si bien en principio un espía nazi es imperdonable, una
película podría presentar una figura reprensible con matices, pero Marquand nunca rehuye la afición de Faber por apuñalar a la gente. Finalmente, será Lucy quien pondrá un fin definitivo al espía. 





En
dicha isla vive el matrimonio formado por Lucy (Kate
Nelligan) esposa y madre que vive con su amargado esposo, David (Christopher
Cazenova), quien perdió las piernas, cuatro años antes, en un accidente de coche el día de
su boda. Además, tienen un hijo, Jo, de cuatro años, y en la isla también vive el pastor Tom. 








Faber ha logrado llegar hasta la casa del matrimonio y es recogido por Lucy. Ayudado por ellos, Faber se recupera, aunque David no se muestra muy seguro con respecto a la personalidad del desconocido que ha logrado salvarse de la última gran tormenta
Como era
de esperar, Lucy, rechazada sentimentalmente por su afligido
marido, inicia rápidamente una apasionada aventura con el
misterioso desconocido, sin saber su verdadera identidad ni sus planes de
informar a los alemanes de su paradero.














Cuando toma el jeep de David para volver, se encuentra con Lucy y el pequeño Jo, que preguntan por David. Faber miente e indica que está borracho. Lucy pregunta si dijo algo, la respuesta es negativa por parte de Faber. Y éste le dice que irá a buscarlo a la hora de la cena.

Lo que Faber no puede llegar a sospechar es que, cuando vuelve a casa de Tom para tratar de comunicar por radio con el submarino, el farero lo descubre y acaba asesinándole. Mientras tanto, Lucy, en un paseo por el acantilado con el pequeño Jo descubre el cadáver de David entre las rocas.







Lucy, convencida de que la muerte de David ha sido accidental, descubre la verdad cuando Faber, al volver a la casa, le indica que ha estado con él: "Acabas de ver a David" "Sí, hace un momento". Comprende que David ha sido asesinado por Faber, y trata de salir fingiendo que va en busca de su marido para traerlo a casa. Pero Faber tiene las llaves del jeep.









Aquella noche Lucy compartirá con Faber su último encuentro sentimental. "Vuelvo en seguida", miente, y se dispone a robarle las llaves del jeep, coge un revolver que David guardaba, y huye con Jo hacia la casa de Tom en busca de ayuda, ignorando que el pastor también ha sido asesinado.
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Faber lanza un cóctel molotov con la gasolina del jeep, tratando de que Lucy salga
al ver el fuego, pero ella trata de sofocarlo. Pero cuando no lo hace,
trata de penetrar en la casa. El helicóptero de la policía se pone en
marcha rumbo a la isla. 









"¡Mamá! ¡Mamá!, grita el pequeño Jo "Sí cariño. ya pasó. Ya pasó, Tienes que quedarte aquí. Quédate aquí. ¿Lo harás? No te muevas y espera a mamá" 

















Aunque
fácilmente podría haber sido un melodrama trivial, "Eye of the
Needle" se ve considerablemente potenciado por las dos actuaciones
principales. La actuación de Donald Sutherland como Faber, espía alemán al principio parece fría y
distante, pero en la segunda mitad revela algunos matices fascinantes de su
personaje, especialmente durante el largo enfrentamiento entre Faber y Lucy. Tan
serena y encantadora como cualquier estrella de la Edad de Oro de Hollywood, la
atractiva Kate Nelligan se convierte en una heroína excelente. Gracias
a su austera cinematografía y extraordinaria banda sonora sinfónica del siempre
genial Miklós Rózsa, la película logra evocar los clásicos del thriller de los
años 40, a la vez que inyecta niveles modernos de violencia impactante.
RICHARD MARQUAND


Conocido ante todo por dirigir la película de
"Star Wars" (en su momento), "The Return of the Jedi"
("El Retorno del Jedi"), 1995, con Carrie Fisher, Mark Hamill, Harrison Ford, Ian McDiarmid, James Earl Jones, John Altman, Michael Patrick y de nuevo Alec Guinness como Obi-Wan Kenobi, desempeña en "Eye of the Needle" ("El ojo de la aguja") su cometido como realizador
con la misma competencia que su posterior "Jagged Edge" ("Al
filo de la sospecha"), 1985, con Glenn Close, Jeff Bridges y Peter Coyote,
de trama similar, manteniendo la atmósfera británica, fuerte y singularmente
solitaria, de su alocada aventura de terror de 1978, "The Legacy"
("El Legado"), con Sam Elliott, Katharine Ross, y Roger Daltrey. En 1984 había dirigido "Until September" ("Un amante francés") con Karen Allen, Thierry Lhermitte, Christopher Cazenove, Hutton Cobb, y Michael Mellinger. 


En 1987, dirige "Hearts of Fire" ("Corazones de fuego"), con Fiona Flanagan, Rupert Everett, Bob Dylan, Julian Glover y Maury Chaykin. Se hizo famoso al dirigir la miniserie televisiva de 6 episodios en 1971, junto a Chriistopher Ralling y Fred Burnley: "The Search of the Nile" ("La búsqueda del Nilo"), con Kenneth Haigh (Nominado al Premio Bafta de TV) como Sir Richard F. Burton, Barbara Leigh-Hunt como Isabel Arundell, John Quentin, como John Hanning Spekes, y James Mason como narrador. 










































































































































































































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