jueves, 25 de mayo de 2017

Roger Moore: "The Smiling Saint James Bond"


"El James Bond que no quería disparar"         







                     23 de mayo de 2017

              Roger Moore


(Robert George Moore fallece a los 89 años en Crans-Montana, 

Suiza) 


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Sustituyó a Sean Connery y a George Lazenby. Convertido así en el tercer James Bond , paseó 7 veces por la gran pantalla al personaje creado por el escritor británico Ian Fleming. Salió airoso de las dificultades narrativas, cada vez más exageradas en los trucajes fotográficos de las nuevas producciones, pero concediendo una inversión ideológica muy distanciada de la esplendidez inquietante y casi tóxica que creara su predecesor, el primero en encarar los ribetes de suspense y violencia de Bond, el inolvidable Sean Connery. Ello, sin embargo, no impidió a Roger Moore enfrentarse al personaje con una resuelta asimilación del "Agente con licencia para matar" tan amoral como simpática.


Bond, Bond, Bond, Bond, Bond, Bond to infinity!!

Pese a todo, no se trataba de desmitificar al mito que ostentara durante casi una década las siglas "007", "con licencia para matar con toda impunidad", y con el que Connery-Bond alcanzaría un celebridad mundial difícil de igualar. Aquel "Superman" de irresistible atractivo erótico, astuto, pícaro y suelto de manos, especialmente con la pistola, que proporcionaría a la industria conocida como "Cine-tebeo" ["Comic"] jugosos beneficios al estrenarse la serie en 1962 con "Doctor No", dirigida por el artesanal director inglés Terence Young, fue capaz de atraer a grandes masas de espectadores como si de un nuevo impulso renovador de la aventura moderna se tratase, con su acumulación de momentos explosivos, más próximos al disparate que a las seculares y respetables instituciones y costumbres del reino inglés. El agente secreto Bond se adueñó así de un nuevo cine espectáculo, cuyos sarcasmos, fanfarronadas, perspicacias y violencias contra el género masculino que se le enfrentaba y su tentador reclamo sensual hacia las bellas mujeres que sazonaban también generosamente sus aventuras extravagantes, cruzándose en su camino, ya fueran como encubiertos súper agentes femeninos [que se constituían en otros fieles anzuelos de seducción], preferentemente poco vestidas, o espías sofisticadamente desmitificadoras de pasadas heroínas, se erigió así en el perfecto reverso de aquellas seculares exaltaciones épico-heroicas de cuanta voracidad imperialista, en décadas pasadas, buscó el equilibrio entre los grandes espectáculos y la teatralidad compleja que caracterizaran, por poner un ejemplo, las versiones shakespirianas de Sir Laurence Olivier.

"Robot -Humano"
Las ensoñaciones megalómanas que intentaban hacerse realidad mediante la exhibición llamativa para públicos de paladar artístico más tosco pero a los que atrajo el gran despliegue de medios con que empezaron a adaptarse las aventuras sádico-eróticas del "robot humano" James Bond [como más de un crítico lo calificó] ideado por el visionario e ingenioso narrador inglés Ian Fleming, unas veces compasivo con las bellas damas asesinadas como en "Goldfinger", 1964, de Guy Hamilton, o su aplastante enfrentamiento de desarraigada contaminación exterminadora contra el impostor Angelo, de la organización secreta Spectra, y la no menos turbia cabecilla de asesinos, audaz y feroz Fiona Volpe, en "Thunderball", 1965, dirigida de nuevo por Terence Young, se adhirieron ya con pleno derecho a este nuevo estilo del "Cine-tebeo" ["Comic"], cuya desesperada voluntad de supervicencia, emergiendo entre la marea de majestuosas producciones con que una no menos esplendorosa gran cinematografía acertó a encontrar su pulso en Gran Bretaña a través de David Lean, John Schlesinger y Tony Richardson, contaminaron con su inquietud por engendrar estas especies de anticuerpos robotizados como el súper agente "007" el panorama espumeante de la nueva estética aventurera nacida en Gran Bretaña. Y con dimensiones que rebasarían ya cualquier intento de estudio psicológico [imposible frente al "robot humano"]  para entrar de lleno [y mantenerse todavía en pleno siglo XXI] en la lectura compleja, difícil, de humor feroz, de estructuras de circo del absurdo, de ciertas visiones desoladoras del mundo, y del balance mental con que el hombre ha tenido que enfrentarse a la opresiva duda de las investigaciones políticas y al espionaje, se incluyeron también en la mayor parte de films que compusieron la saga de Bond, [a fin de concederle cierto tipo de veracidad a la nueva aventura urbana de este súper agente al servicio del todopoderoso Gobierno inglés] la irracionalidad del Poder por antonomasia.
Robert George Moore había nacido en Londres, Reino Unido, el 14 de octubre de 1927. Hijo único de George Alfred Moore, policía y de Lillian "Lily" Pope, de origen inglés aunque nacida en Calcuta.Tras una apresurada evacuación a Holsworthy, circunscripción de Devon, una vez estalla la Segunda Guerra Mundial, el joven Moore se educa en el Dr Challoner's Grammar School en Amersham, condado histórico de Buckinghamshire, situado al sudeste de Inglaterra. A los 18 años, cercano el fin de la Segunda Guerra Mundial, fue conscripto para el servicio nacional. El 21 de septiembre de 1946, fue comisionado al Royal Army Service Corps como segundo teniente. Tuvo la matricula de servicio número 372394. Fue un oficial en the Combined Services Entertainment Section y posteriormente sería capitán, llegando a comandar un pequeño depósito en Alemania. Merced a la investigación policial en la que intervino su padre a raíz de un robo efectuado en el domicilio del director cinematográfico Brian Desmond Hurst. Roger, que había trabajado de aprendiz de un estudio de animación del que fue despedido por su juvenil inexperiencia, ya había conseguido actuar de extra en 1945 en el film "Caesar and Cleopatra". Era justo reconocer que por aquel entonces su impresionante atractivo físico acabaría por atraer a más de una admiradora. Y Hurst que vio en él al potencial joven, guapo y con cara de pícaro que gustaba a las mujeres, corrió con los gastos de una matrícula en The Royal Academy of Dramatic Art. Cursó tres años de estudio siendo compañero de clase Lois Maxvell, que más tarde se convertiría en la diligente Miss Moneypenny de la primera parte de la saga de James Bond.

Moore: "Big Knit"











Sus limitaciones interpretativas, de escaso recorrido, tan sólo le abren puertas, a partir de 1950, como modelo de publicidad para revistas, que le permiten conseguir una facilona popularidad anunciando atractivas ropas masculinas de lana y pastas dentales. A raíz de estos reclamos propagandísticos será conocido como el joven "Big Knit" ("El gran tejido"). Se traslada a Hollywood e interviene como extra casi irreconocible en "Pickup on South Street" ("Manos peligrosas"), 1953, de Samuel Fuller. Posteriormente, en 1954, firma un intrascendente contrato con la MGM por siete años. Aparece también como extra irrelevante en "The Last Time I Saw Paris" ("La última vez que vi París"), de Richard Brooks, junto a Elizabeth Taylor y Van Johnson y en "Interrumped Melody", 1955, de Curtis Bernhartd, junto a Glenn Ford y Eleanor Parker, en un papel algo más representativo como hermano de Marjorie Lawrence, biopic de la cantante de ópera australiana que sufriera un terrible ataque de polio. Nuevamente como secundario en ese mismo año aparece en "The King's Thief", irrelevante aparición junto a estrellas consagradas como Ann Blyth, Edmund Purdom y David Niven.
En 1956, en "Diane", alcanza cierto relieve en su papel del príncipe Enrique II de Francia, amante de Diana de Poitiers, junto a Lana Turner. Decepcionado, Moore decide volver a Inglaterra en 1957. Su indiscutible atractivo masculino se ve entonces revalorizado cuando se convierte en un pequeño mito televisivo al interpretar la saga "Ivanhoe". En 1959, Warner Bros le ofrece el papel de galán protagonista, junto a Carroll Baker en "The Miracle", film de estilo sintético y gráfica esencia dogmática, basado en una medieval leyenda española de evocación Mariana, dirigido por Irving Rapper, y que fracasa estrepitosamente en taquilla.
Moore: "The Saint"
Escéptico ante las posibilidades de abrirse camino en la Meca del Cine, acude de nuevo a los menesteres cinematográficos subalternos que le ofrece la televisión, y, finalmente, su personalidad irónica y picaresca, a la que hay que añadir el marchamo fundamental de su gran encanto masculino, adquiere la consistencia esperada y admirada por millones de televidentes a partir de 1962,  en la serie "The Saint" ("El Santo"), interpretando al personaje Simon Templar, creado por el autor inglés Leslie Charteris, un ladrón que roba a personajes de cuestionable moral o abiertamente criminales. Emitida por Independent Television, el primer episodio (al que seguirían 118 más -71 en blanco y negro y 47 en color) vería la luz el 4 de febrero de 1962. La serie televisiva se convirtió en un éxito sin precedentes. Finalizó el 9 de febrero de 1969. Roger Moore, preludiando ya su futuro rol como el agente 007, un nuevo James Bond "que nunca quiso disparar", ofrecería la imagen perfecta del aventurero inglés sofisticado, flemático, aunque sin dejar por ello de mostrarse como un arquetípico y moderno Robin Hood.
"The Persuaders"
Una vez finalizada la famosa serie, en 1971, el ascenso al estrellato televisivo de Roger Moore se consolida en 1971 con su personaje de lord Brett Sinclair en una nueva serie de 24 capítulos titulada "The Persuaders" ("Los persuasores"), junto a Tony Curtis (como Danny Wilde). Bien acogida por la pequeña pantalla, Moore y Curtis forman dos figuras que renuevan las fuentes del género cómico al dar vida a dos millonarios, expertos seductores que reviven ciertas fantasías aventureras, ayudando a personas, especialmente bellas mujeres, a resolver problemas.
"Moore Bond"
En 1973,  Sean Connery decide abandonar las accidentadas etapas de James Bond, y su ilógico universo robotizado, cruel y comprometido al mismo tiempo que con el espionaje, con limadas historias amorosas. Y en 1969, pese al decididamente lujoso, mastodóntico y efectivo nuevo lanzamiento de su sucesor George Lazenby, dispuesto a ofrecer una nueva visión insólita y privada de la vida del súper agente, que acaba por primera vez contrayendo matrimonio con la principal protagonista femenina, la televisiva y exitosa Diana Rigg, y de la que finalizará enviudadando, el flamante lanzamiento de Lazenby en "On Her Majesty's Secret Service" que dirigiría Peter R. Hunt, fracasa ante un público que no ve en el nuevo héroe, ahora más humano, la originalidad y desparpajo inquietante que le imprimera Sean Connery.


























Urge, pues, tras el encontronazo con la taquilla, ofrecer el nuevo retrato de un Bond que proyecte ante los espectadores una convicción más contagiosa y atractiva que la de Lazenby, y la conveniencia de dar al ya casi mítico producto una nueva apariencia no menos épica y violenta que la de su primer protagonista. Pero al elegir  a Roger Moore, su 007 renace con una nueva inspiración (en recuerdo de sus éxitos como "The Saint") que azotará sus historias con menos pólvora y que, corrobando una elegancia figurativa y las nuevas frivolidades, menos cruentas y más desenfadadamente galantes aunque no menos heroicas, tendrá los suficientes alicientes para recomendar su visión. La farsa jovial de las ahora mucho más modernas aventuras de James Bond se apoyarán en el carácter risueño, renovador e irónico de Moore  [algunos críticos afirmarían que fue "el mejor Bond", junto con Connery] Y la inversión del productor Albert R. Broccoli y Harry Saltzman vuelve así a rentabilizarse con las siguientes realizaciones (7 en total).
Timothy Dalton: Bond frío y virulento










 
Las nuevas adaptaciones se realizarán concienzudamente valiéndose de las nuevas tecnologías que ofrenda la década de los 80. Roger Moore, ya con 58 años, decide abandonar el personaje y Timothy Dalton, que ya lo había rechazado en dos ocasiones, acepta en 1987 convertirse en el cuarto 007 con  "The living Daylights" ("007: Alta Tensión") dirigida por John Glen. Dalton se acerca en esta siguiente entrega mucho más a las características del personaje de Fleming, y se convierte así (según sus admiradores) en el más virulento, frío, y sarcástico de los cuatro James Bond que le precedieron. En 1989, de nuevo de manos de John Glenn interpreta "Licence to Kill". En 1993 las batallas legales entre las productoras acaban y se espera que Timothy Dalton regrese nuevamente a retomar su personaje en la siguiente película de la saga, que posteriormente sería "GoldenEye", aunque el contrato con el actor ya había expirado y los productores estaban en conversaciones con él para renovarlo. Sin embargo, el actor inglés sorprendió a todos en 1994 cuando anunció que ya no regresaría como James Bond pues no se sentía motivado para retomar el personaje tras un paréntesis de cinco años. En una entrevista, Dalton declaró: "Se suponía que yo haría una película más, pero ésta fue cancelada debido a que MGM y los productores de los films entraron en una batalla legal. Después de eso ya no me sentí motivado para hacer otro film más". Tras la negativa de Timothy Dalton, los productores tantearon para el papel de James Bond a Mel Gibson, pero no se llegó a concretar. Dos meses más tarde se anunció que el actor irlandés Pierce Brosnan sería el siguiente James Bond.

In Memorian: Roger Moore
"Live and Let Die"1973 
"The Man with the Golden Gun" 1974
"The Spy who Loved me" 1977
"Moonraker" 1979
"For your Eyes only" 1981
"Octopussy" 1983
"A View to a Kill" 1985
En 1991 fue nombrado por la "UNICEF" Goodwill Ambassador, cargo que ha ocupado hasta su muerte.  Fue honrado como caballero por la reina Isabel II en 2003 por "services to charity" (servicios de caridad.

El primer Bond de la historia, Sean Connery, ha transmitido en unas declaraciones para Entertainment Weekly su pesar por la defunción de Moore, quien le sustituyó tras 'Diamantes para la eternidad'.
"Me apenó mucho escuchar que Roger había fallecido.  Tuvimos una relación inusualmente larga para los estándares de Hollywood, llena de bromas y risas. Le echaré de menos."
Por su parte, Pierce Brosnan, quien debutó en la franquicia con la más que decente 'Goldeneye', ha expresado, a través de un cálido y personal comunicado en su cuenta oficial de Facebook, sus condolencias y "su más profunda admiración por Sir Roger Moore" (R.I.P)


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