El guion de "La ley del deseo" no sólo era controvertido como inmoral, y por ello inaceptable hasta tal punto que ni TVE quiso comprar nunca los derechos de emisión. El magnífico Eusebio Poncela, que había triunfado en la extraordinaria serie de TVE "Los gozos y las sombras", de 1981, fue elegido por Almodóvar para dar vida a un director de cine pornográfico de éxito llamado Pablo Quintero (alter ego de Almodóvar), que vive enamorado de un joven amante bisexual Juan (Micky Molina), pero que no corresponde enteramente a la pasión que por él siente Pablo. Aún así, el director cinematográfico lleva una vida bastante independiente hasta el día que conoce a Antonio (Antonio Banderas). un joven admirador fanático de sus películas, pero que oculta su orientación sexual, y no cejará de perseguir a Pablo hasta mantener una relación con él y pretender acapararlo por completo.

Pero la relación pasional entre ambos, debido al celo inflexible y celoso de Antonio, acaba convirtiéndose en totalmente tóxica e inaceptable. Una noche lee la carta que Pablo envía a Juan, a quien no ha conseguido olvidar indicándole "que lo adora", y que se ha marchado de Madrid y trabaja en un chiringuito playero en Andalucía, de cuya región es también Antonio. El cineasta quiere escapar del afán posesivo de Antonio.. Éste lee la misiva amorosa de Pablo, y celoso decide acabar con Juan, se va en moto hasta donde trabaja el muchacho, lo emborracha, asesinándolo cerca del faro de la playa donde trabaja. Pero el criminal plan de Antonio no da sus frutos.

Cuando Juan aparece muerto, el director de cine se convierte en sospechoso porque la policía ha encontrado un retazo de la camisa de Juan en la playa idéntica a la que llevaba Pablo y que Antonio también adquirió. Pablo acude a la casa de Antonio que vive con su madre (Helga Liné).

Antonio llevaba la noche del crimen dicha camisa, y acabará quemándola para no ofrecer pistas.

Pablo y Antonio se pelean en el terrado de la casa, y cuando por fin descubre que Antonio ha asesinado a Juan, aquél huye en su coche sin rumbo, sufre un accidente de coche del que queda amnésico.

Pablo Quintero tiene una hermana transexual (víctima siendo niño y varón de la pederastia de un sacerdote durante su infancia escolar) llamada Tina, gran admiradora de su hermano, y que también aspira a convertirse en una de las más prometedoras actrices en los films de Pablo.

Éste y Tina cuidan y adoran a Ada (Manuela Velasco) que siente la misma adoración por Pablo y es la hija de un amor fracasado de Tina con otra mujer (interpretada, paradójicamente por Bibi Ándersen).

Tina muestra que es capaz de interpretar cualquier drama y Pablo le consigue que represente en escena el famoso texto de Jean Cocteau, el monólogo "La voz humana") junto a la pequeña Ada sobre una mujer al borde de un ataque de nervios. Y cuando Tina descubre entre bambalinas a su ex amante, su interpretación se hace más intensa, e incluso la lleva a destrozar mobiliario como gesto de despecho.

Es durante su estancia en el hospital de Pablo cuando su vulnerable hermana Tina acude a verle y comparte con él las heridas emocionales de un alma destrozada por el desamor y las canalladas de un incestuoso padre del que llegó a enamorarse (y por quien ella tomó la decisión de iniciar su proceso de transición social y modificación corporal).

Pero Tina se enfrenta por primera vez con la policía que investiga el crimen de Antonio, sabiendo que su hermano Pablo es completamente inocente.

Antonio ha conocido a Tina y finge estar enamorado de ella con el fin de poder llegar a Pablo a través de Tina. Cuando éste recobra la memoria, se entera de la relación de su hermana con su antiguo amante, capaz de cometer un nuevo asesinato en la persona de Tina y de Ada.

Desde la clínica llama a su hermana, y le advierte del peligro en que se hallan ella y Ada, pide a Tina que mienta y le diga a Antonio que ha muerto. Tina se entera entonces del engaño y de que Antonio ha tramado toda esa situación amorosa para intentar volver con su hermano Pablo. Antonio no cree en la muerte de Pablo, y cuando Pablo, con muletas y la policía acuden al domicilio de Tina, Antonio la tiene maniatada, y portador de un revólver, y amenaza con matarla si Pablo no sube al piso. La pequeña Ada ha logrado huir y no puede aceptar tampoco la idea de que Pablo haya muerto. Uno de los policías de la calle intenta subir al piso pero Antonio lo golpea también. Pablo accederá, y Antonio deja libre a Tina, que tras la terrible decepción amorosa no puede contener sus lágrimas al verse libre pero cruelmente engañada.

Pablo se enfrenta a Antonio que, enloquecido, ha asomado al balcón amenazando al cuerpo policial exclamando que está muy loco. En realidad, Antonio únicamente ansía un último encuentro sexual con Pablo. Finalmente, Antonio demuestra que su pasión por Pablo es real y sincera, pero sabiéndose perdido, acaba suicidándose de un disparo ante los ojos aterrorizados de Pablo que acaba destrozando con su muleta la maldita máquina de escribir a la que achaca todo el drama que ha tenido lugar entre ellos y también ha sido la causante de la muerte de Juan.

LA GRAN SECUENCIA

"¡VAMOS, RIÉGUEME,... RIÉGUEME!"

CARMEN MAURA: "Ahí me llevaron a un bar, me secaron completamente (el pelo y el maquillaje), y entonces la volvimos a hacer. Lo que también es curioso de esa escena es que está hecha en doblaje, pues el sonido no valió. La hice con Pedro diciéndome: "Riégueme.. No se corte. ¡Riégueme!". Pero fíjate cómo quedó luego de bonita la escena. Esa es una de las cosas mágicas del cine: todo es mentira pero luego todo es verdad".